Historia de España
España, Reino de España
Historia de España
España,
también denominado Reino de España, es un país soberano miembro
de la Unión Europea, constituido en Estado social y democrático de
Derecho y cuya forma de gobierno es la monarquía parlamentaria. Su
territorio, con capital en Madrid, ocupa la mayor parte de la Península
Ibérica, al que se añaden los archipiélagos de las Islas Baleares (en el
mar Mediterráneo occidental) y el de las Islas Canarias (en el océano
Atlántico nororiental), así como en el norte del continente africano las
plazas de soberanía de las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, además
de los distritos y posesiones menores de las
islas Chafarinas, el peñón de Vélez de la Gomera y el peñón de
Alhucemas. El enclave de
Llivia, en los Pirineos, completa el conjunto de territorios junto
con la isla de Alborán, las islas Columbretes y una serie de islas e
islotes frente a sus propias costas.
Tiene una extensión de
504.645
km², siendo el cuarto país más extenso del continente, tras
Rusia,
Ucrania
y
Francia.
Con una altitud media de 650 metros sobre el nivel del mar, es el quinto
país más montañoso de
Europa,
tras
Suiza,
Austria,
Andorra
y
Liechtenstein. Su población es de 46.745.807 habitantes, según datos
del
padrón municipal de
2009.
De acuerdo con la
Constitución Española, el
castellano o español es la lengua oficial del Estado. En 2006, era
la lengua materna del 89% de los españoles. Otras lenguas, también
españolas, son reconocidas como cooficiales en diversas comunidades
autónomas, conforme a los
estatutos de autonomía. La Constitución reconoce que las modalidades
lingüísticas de España son uno de sus patrimonios culturales, objeto de
especial respeto y protección
El territorio peninsular
comparte fronteras terrestres con
Francia
y con el
principado de Andorra al norte, con
Portugal al oeste y con el
territorio británico de
Gibraltar al sur. En sus territorios
africanos,
comparte fronteras terrestres y marítimas con
Marruecos. Comparte con Francia la
soberanía sobre la
isla de los Faisanes en la desembocadura del río
Bidasoa y cinco
facerías pirenaicas.
Etimología
El nombre de España deriva
de
Hispania, nombre con el que los
romanos designaban geográficamente al conjunto de la
Península Ibérica, término éste a su vez, derivado del nombre
Iberia, preferido por los autores griegos para referirse al mismo
espacio. Sin embargo, el hecho de que el término Hispania no es de raíz
latina ha
llevado a la formulación de varias teorías sobre su origen, algunas de
ellas controvertidas.
«Hispania» proviene del
fenicio
i-spn-ya, un término cuyo uso está documentado desde el segundo
milenio antes de Cristo, en inscripciones
ugaríticas. Los fenicios constituyeron la primera civilización no
ibérica que llegó a la península para expandir su comercio y que fundó,
entre otras, Gadir, la actual
Cádiz, la
ciudad habitada más antigua de Europa Occidental. Los romanos tomaron la
denominación de los vencidos cartagineses, interpretando el prefijo i
como "costa", "isla" o "tierra", con ya con el significado de
"región". El lexema spn, que en
hebreo se puede leer como saphan, se tradujo como "conejos"
(en realidad
damanes, unos animales del tamaño del conejo extendidos por África y
el Creciente Fértil). Los romanos, por tanto, le dieron a Hispania el
significado de "tierra abundante en conejos", un uso recogido por
Cicerón,
César,
Plinio el Viejo,
Catón,
Tito Livio y, en particular,
Cátulo, que se refiere a Hispania como península
cuniculosa (en algunas monedas acuñadas en la época de
Adriano
figuraban personificaciones de Hispania como una dama sentada y con un
conejo a sus pies). Abundando en el origen fenicio del término,
Isidoro de Sevilla, en sus
Etimologías, postula que tiene su origen en Ispani, el
topónimo fenicio-púnico de
Sevilla,
ciudad a la que los romanos denominaron
Hispalis.
Sobre el origen fenicio
del término, el historiador y hebraísta
Cándido María Trigueros propuso en la
Real Academia de las Buenas Letras de Barcelona en 1767 una teoría
diferente, basada en el hecho de que el alfabeto fenicio (al igual que
el hebreo) carecía de vocales. Así spn (sphan en
hebreo y
arameo) significaría en fenicio "el norte", una denominación que
habrían tomado los fenicios al llegar a la península Ibérica bordeando
la costa africana, viéndola al norte de su ruta, por lo que i-spn-ya
sería la "tierra del norte".
Por su parte, según
Jesús Luis Cunchillos en su Gramática fenicia elemental
(2000), la raíz del término span es spy, que significa
"forjar o batir metales". Así, i-spn-ya sería la «la tierra en la
que se forjan metales».
Aparte de la teoría de
origen fenicio, la más aceptada (si bien el significado preciso del
término sigue siendo objeto de discusiones), a lo largo de la historia
se propusieron diversas hipótesis, basadas en similitudes aparentes y
significados más o menos relacionados. A principios de la
Edad Moderna,
Antonio de Nebrija, en la línea de Isidoro de Sevilla, propuso su
origen autóctono como deformación de la palabra ibérica
Hispalis, que significaría la ciudad de occidente. y que, al
ser Hispalis la ciudad principal de la península, los fenicios, y,
posteriormente los romanos dieron su nombre a todo su territorio.
Posteriormente,
Juan Antonio Moguel propuso en el
siglo
XIX que el término Hispania podría provenir de la palabra
eúscara
Izpania que vendría a significar que parte el mar al estar
compuesta por las voces iz y pania o bania que
significa "dividir" o "partir". A este respecto,
Miguel de Unamuno declaró en 1902: "La única dificultad que
encuentro [...] es que, según algunos paisanos míos, el nombre España
deriva del vascuence 'ezpaña', labio, aludiendo a la posición que tiene
nuestra península en Europa".
Otras hipótesis suponían
que tanto Hispalis como Hispania eran derivaciones de los nombres de dos
reyes legendarios de España, Hispalo y su hijo Hispano o Hispan, hijo y
nieto respectivamente de
Hércules.
A partir del periodo
visigodo, el término
Hispania, hasta entonces usado geográficamente, comenzó a
emplearse también con una connotación política, como muestra el uso de
la expresión Laus Hispaniae para describir la historia de los
pueblos de la península en las crónicas de
Isidoro de Sevilla. Existen varias teorías sobre cómo surgió el
propio gentilicio "español"; según una de ellas, el sufijo "-ol" es
característico de las lenguas romances
provenzales y poco frecuente en las lenguas romances habladas
entonces en la península, por lo que considera que habría sido importado
a partir del
siglo
IX con el desarrollo del fenómeno de las peregrinaciones medievales
a
Santiago de Compostela, por los numerosos visitantes
francos que recorrieron la península, favoreciendo que con el tiempo
se divulgara la adaptación del nombre latino hispani a partir del
"espagnol" o "espanyol" con el que ellos designaban a los
cristianos de la antigua Hispania. Posteriormente, habría sido la
labor de divulgación de las élites formadas las que promocionaron el uso
de "español" y "españoles": la palabra españoles aparece
veinticuatro veces en el
cartulario de la
catedral de Huesca, manuscrito de 1139-1221, mientras que en el
capítulo
Estoria de Espanna de la Crónica General redactada entre
1260 y 1274 por iniciativa de
Alfonso X el Sabio, se empleó exclusivamente el
gentilicio espannoles, adaptación ya al
castellano de entonces que progresivamente evolucionó hasta ser la
lengua oficial de España.
Historia
Edad Antigua
Los
iberos
fueron los primeros pueblos de los que se tiene constancia escrita de
que ocuparon la
península Ibérica. Se sabe que había poblaciones protoiberas, por
restos arqueológicos. Los griegos y fenicios fueron los que dejaron los
primeros escritos, aunque nunca entraron en contacto con ellos. Los
vascones entrarían en esta categoría.
Actualmente, se definen
los iberos por sus rasgos culturales. Según este criterio, los
turdetanos o túrdulos, que ocuparon las tierras del antiguo reino de
Tartessos, se consideran iberos; mientras que, según criterios
etnográficos o lingüísticos, no lo serían. La bibliografía sobre los
iberos ofrece con frecuencia datos contradictorios y esto se debe a que,
a veces, se adopta un criterio y otras, otro.
Entre los años
1200 a. C. y
800 a. C. tomaron forma en su configuración posterior las
comunidades prerromanas del noroeste y la cornisa cantábrica, entrando
en la
Edad del Hierro. Las poblaciones que ocupaban una amplia franja
entre estos dos pueblos se conocen como
celtíberos.
Parece ser que las
montañas en que vivían los vascones nunca fueron completamente
romanizadas, por lo que se considera el origen de esta población
incierto, y de seguro muy antiguo, como su lengua, barajándose la
posibilidad de que se tratase de una población protoibérica.
Alrededor del año
1100 a. C., los
fenicios llegaron a la península y fundaron, 80 años después de la
guerra de
Troya,
Gadir, la Gades romana, que hoy es
Cádiz.
Ello sitúa la fundación en el 1104 a. C. y la convierte en la ciudad de
Europa Occidental de cuya fundación se tienen referencias más antiguas.
A su vez, los griegos fundaron sus colonias en la costa mediterránea de
Iberia,
nombre que dieron a la península.
Entre la primera y segunda
de las
Guerras Púnicas entre
Roma y
Cartago,
los cartagineses invadieron la península. Sus colonias más importantes
las establecieron en la isla de
Ibiza y en
Cartagena, nombre que debiera hacer referencia a la nueva Cartago y
absorbieron otras ciudades inicialmente fenicias como Cádiz o Málaga.
Derrotada Cartago, Roma
iniciaría una paulatina ocupación de la península, que se prolongaría a
lo largo de casi 200 años. En las primeras décadas de la ocupación los
romanos tuvieron que hacer frente al largo sitio de
Numancia, ciudad celtíbera ubicada en las orillas del
Duero, en
las proximidades de la actual
Soria,
que se prolongaría por casi 30 años, y a la guerra de guerrillas
planteada por el caudillo lusitano
Viriato.
Tras la muerte de Viriato
(139 a. C.),
la lucha de los pueblos prerromanos contra Roma se volvería más
disgregada y esporádica, aunque no finalizaría totalmente hasta los
tiempos del emperador
Augusto con el relativo
sometimiento de cántabros y astures.
La ocupación culminaría
con el pleno dominio de la península bajo el poder romano y su
conversión en provincia bajo el nombre de
Hispania. El nombre de Hispania deriva de Ispania y este a su vez
probablemente de una palabra púnica, con el significado de tierra de
conejos, aunque hay otras posibilidades (ver Etimología en el punto 1 de
este mismo artículo).
Por primera vez aparece
con sentido histórico en
Tito Livio
59 a. C., que habla de Hispania y de hispani (hispanos, con
sentido unitario).
Los habitantes de Hispania
adoptaron la cultura
romana, su lengua y sus leyes, adquiriendo gran importancia dentro
del imperio, puesto que incluso tres emperadores romanos,
Trajano,
Adriano
y
Teodosio, además del filósofo
Lucio Anneo Séneca y otros personajes importantes, nacieron en la
península.
Edad Media
En el año
409,
suevos,
alanos y
vándalos invadieron la
península Ibérica. Pocos años después, en el
416, los
visigodos entraron en
Hispania como aliados de Roma, expulsando a alanos y vándalos de la
península y arrinconando a los suevos en la
Gallaecia.
La primera idea de
Hispania/España como país se materializa con la monarquía visigoda. Los
visigodos aspiraban a la unidad territorial de toda Hispania y la
consiguieron con las sucesivas derrotas a los
suevos,
vascones y
bizantinos. La unidad religiosa vendría con la reconciliación de
católicos y arrianos y con los
concilios de la Iglesia Visigoda, un órgano en el que, reunidos en
asamblea, el rey y los obispos de todas las diócesis del reino sometían
a consideración asuntos de naturaleza tanto política como religiosa, con
vocación de legislar en todo el territorio nacional. Así,
San Isidoro de Sevilla en su Historia Gothorum se congratula
porque
Suintila "fue el primero que poseyó la monarquía del reino de toda
España que rodea el océano, cosa que a ninguno de sus antecesores le fue
concedida...". La monarquía visigoda estableció además una capital que
centralizaba tanto el poder político como el religioso en
Toletum. Sin embargo, el carácter electivo de la monarquía
visigótica determinó casi siempre una enorme inestabilidad política
caracterizada por continuas rebeliones y asesinatos.
En el año
689 los
árabes llegan al África más noroccidental. El año
711, tras la
victoria de los árabes frente a los godos en la
batalla de Guadalete, se inició la
Invasión musulmana de la Península Ibérica, convirtiéndose ésta en
un
emirato o provincia del imperio
árabe llamada
al-Ándalus
con capital en la ciudad de
Córdoba.
El avance musulmán fue
veloz. En el
712 cayó
Toledo,
la primera capital visigoda. Desde entonces, fueron avanzando hacia el
norte, y todas las ciudades fueron capitulando o conquistadas. En el
716
controlaban toda la península, aunque en el norte era más bien nominal
que militar. Los visigodos resistieron algunos años en más en la
Septimania, hasta el 719. A partir de entonces, dirigieron sus
esfuerzos hacia el otro lado de los
Pirineos, contra el reino
Carolingio. Esto permitió revueltas en la poco controlada zona
noroeste de la península.
Después de la caída del
reino visigodo la península quedó dominada hasta la
cordillera Cantábrica, donde estaban los pueblos
astures,
cántabros y
vascones, escasamente sometidos al reino godo; y dada su escasa
importancia, no sufrieron demasiado la presión del
Islam,
que había sustituido en la península Ibérica al poder ejercido por el
reino godo. Muchos de los señores godos o hispanorromanos se
convirtieron al Islam, conservaron sus posiciones y poder.
En el año
718 en la
actual
Asturias un noble llamado
Pelayo se sublevó contra los musulmanes. La sublevación fracasa y es
detenido. Hacia el
722 vuelve a
intentarlo y tiene lugar lo que la historiografía denominó la
batalla de Covadonga, donde Pelayo y un grupo de
astures
(entre los que se encontraban, según algunos historiadores, nobles
visigodos; el origen de Pelayo es también incierto)[25]
vencieron a una expedición de castigo musulmana. Este hito serviría para
marcar el momento de fundación del
Reino de Asturias y dar inicio al período conocido como la
Reconquista, entendido como el restablecimiento del poderío
cristiano en la península Ibérica.
En la parte nororiental de
la península y en la
Septimania goda, los godos que habían huido al reino de los francos
pidieron ayuda a estos. Así
Carlomagno emprendió una serie de campañas militares con la
intención de establecer un territorio de distensión militar, más
conocido como
marca. La
Marca Hispánica se constituyó a principios del
siglo
IX para evitar la penetración de los musulmanes en el territorio del
Reino de los Francos. Así fue como los francos dividieron ese
territorio en diversos condados, donde señores feudales de origen franco
o godo representaban al rey de los francos; teniendo, por tanto, un
desarrollo algo diferente al que experimentaron los reinos cristianos
ibéricos occidentales. Estos condados en pleno proceso de feudalización
se emanciparían de facto del dominio franco después de la crisis
carolingia del
siglo
IX, al empezar a transmitirse hereditariamente los condados; si
bien, hasta 988,
los
condes de Barcelona renovaron el pacto de vasallaje con los reyes
francos.
Los siglos
VIII y
IX
significarían un creciente poderío musulmán en la península, a pesar de
la oposición los núcleos cristianos del norte. A fines del siglo VIII,
el
omeya
Abderramán I, huido de Siria, hace de al-Ándalus, en lo político, un
emirato independiente del
Califato de Damasco.
En el
siglo X,
Abderramán III convierte
al-Ándalus
en
califato independiente de
Damasco,
ya con autonomía religiosa y no sólo política, como hasta entonces. Es
una época de pujanza cultural, gracias a las innovaciones en las
ciencias, las artes y las letras; con una especial atención que
dedicaron al desarrollo de las ciudades. Las ciudades más importantes
fueron
Valencia,
Zaragoza,
Toledo,
Sevilla
y
Córdoba. Ésta, durante el
siglo X,
con
al-Hakam II, llegó a ser la mayor ciudad de
Europa Occidental, contando con 500.000 habitantes y mayor centro
cultural de la época. Sin embargo, la decadencia de los territorios
musulmanes empezó en el
siglo
XI, cuando comenzaron las pugnas entre las distintas familias reales
musulmanas y el califato se desmembró en un mosaico de pequeños reinos,
llamados de
taifas.
Mientras tanto, cerca de
los
Pirineos aparecieron otros dos reinos cristianos:
Navarra y
Aragón. Al avanzar la expansión cristiana por la península, el que
hasta entonces había sido
reino de Asturias, con su capital fijada en
Oviedo
desde el reinado de
Alfonso II el Casto, se transformó en
reino de León en 910 con
García I al repartir
Alfonso III el Magno sus territorios entre sus hijos. Años después,
en 914,
muerto el rey, sube al trono
Ordoño II de León, que aglutina bajo su corona a los territorios de
Galicia, Asturias y León, fijando definitivamente en esta ciudad su
capital y confirmando su supremacía como
reino de León.
El avance de las
conquistas hacia el sur y la aglutinación en torno a León de un
territorio cada vez más amplio trae consigo el nacimiento de
«subunidades» político-territoriales en su interior: es el caso del
Castilla. Este será adquirido por el rey navarro
Sancho III el Mayor, que lo dejará a su muerte en herencia a su hijo
Fernando. Casado este con la hermana del rey leonés, formará una
coalición navarro-castellana que, tras una guerra y la muerte del rey de
León en la
batalla de Tamarón le permitió acceder al trono de éste. Sin
embargo, a su muerte los territorios vuelven a ser repartidos entre sus
hijos: son el
reino de León, el
reino de Galicia,
Castilla, que también adquiere el rango regio y la ciudad de
Zamora. A lo largo de los siglos siguientes, estos territorios
pasarán a manos del mismo o de distintos monarcas en sucesivas
ocasiones, conformando la
Corona de Castilla, con unas únicas
Cortes. Los distintos territorios conservaban su carácter de reino y
diversas particularidades jurídicas (el rey que aglutinaba bajo su
corona todos estos territorios se titulaba Rey de León, de Castilla, de
Galicia... añadiendo sucesivamente los de los nuevos territorios que se
iban conquistando), sin que sin embargo conservaran una autonomía
similar a la de la Corona de Aragón. Asimismo, nacerá de León otra
unidad territorial de gran trascendencia posterior:
Portugal, que se constituirá como reino. Cabe señalar, por último,
como uno de los momentos más destacados los reinados de
Alfonso VI y
Alfonso VII en León la adopción del título de
emperador, el primero como "emperador
de las dos religiones", el segundo como "emperador de España".
El devenir de los reinos
cristianos peninsulares en las décadas siguientes pasará por la
constitución de cuatro unidades monárquicas: la denominada
Corona de Castilla, concepto que implica la existencia de un solo
monarca sobre diversos y distintos reinos y territorios (León y la
propia Castilla, además de Galicia y otros); la
Corona de Aragón, que se había constituido mediante la unión
dinástica en
1137 del reino de Aragón y el
condado de Barcelona; el
reino de Navarra y el
reino de Portugal. Así como toda una serie de reinos de taifa
musulmanes.
En el siglo XIII, la
Corona de Castilla, la más pujante de las hispánicas, amplió sus
dominios hacia el sur peninsular, mientras que la de Aragón añadiría los
reinos de
Valencia y de
Mallorca con el rey
Jaime I el Conquistador, y posteriormente formarían parte de esta
Corona:
Cerdeña,
Sicilia
y otros territorios del Oriente mediterráneo.
A finales de este periodo,
1402, y en
competencia con Portugal, la Corona de
Castilla inició la
conquista de las islas Canarias hasta entonces habitadas
exclusivamente por los
guanches.
La ocupación inicial fue llevada a cabo por parte de señores
normandos que rendían vasallaje al rey
Enrique III de Castilla. Este proceso de conquista no concluirá
hasta 1496
y será culminado por la propia acción de la corona castellana.
Mientras en la
Corona de Aragón, la gran mortandad provocada por la epidemia de la
Gran Peste de
1348, así
como de las malas cosechas que empezaron con el ciclo de
1333 («lo
mal any primer»), provocaron una gran inestabilidad tanto social
como económica.
A la muerte del Rey
Martín I el Humano (1410),
los representantes de los Estados que constituían la Corona de Aragón,
eligieron en el
Compromiso de Caspe a
Fernando de Antequera, de la castellana
Casa de Trastámara como futuro rey
Fernando I en quien recaían por herencia materna los derechos
dinásticos. A pesar de una revuelta protagonizada por el
Conde de Urgel, Fernando I fue coronado y comenzó el reinado de los
Trastámara en la Corona de Aragón.
Después de la expansión
por el
Reino de Nápoles en el periodo de
Alfonso V el Magnánimo, la Corona de Aragón sufrió una crisis en el
Principado de Cataluña provocada por las disputas entre
Juan II, hijo de Fernando de Antequera, y la
Generalidad de Cataluña y el
Consejo de Ciento (Consell de Cent), debidas a la detención
de su hijo y heredero
Carlos de Viana; así como por las tensiones de las clases sociales
entre la
Busca y la Biga y las revueltas de los campesinos de
Remensa,
que coincidieron con la
Guerra Civil Catalana (1462
- 1472) y
debilitaron a
Cataluña, que perdió de ese modo la hegemonía en la Corona
aragonesa.
En contrapartida
Valencia se convirtió en el puerto marítimo que centralizó la
expansión comercial de la Corona de Aragón. Muestra de su pujanza es que
alcanzó los 75.000 habitantes a mediados de
siglo
XV. Paralelamente, la capital levantina experimenta un auge cultural
conocido como
Siglo de Oro Valenciano.
Aragón, sin salida al mar,
quedó como proveedor de cereal, ganado y lana del resto de los estados
de la Corona. Su economía era fundamentalmente agrícola y los
privilegios de los ricos hombres y nobles impidió el desarrollo de una
burguesía competente, por lo que su peso en el marco de equilibrios
entre los estados de la Corona aragonesa disminuyó.
Con la subida al trono de
Fernando el Católico, segundo hijo y heredero de Juan II, (1479)
las tensiones sociales se redujeron; con la firma de la
Sentencia Arbitral de Guadalupe (1486)
se asentó una nueva estructura en el campo catalán para acabar con la
conflictividad del medio rural.
Edad Moderna
Al final de la Edad Media,
con el matrimonio de
Isabel I de Castilla y
Fernando II de Aragón, estas dos coronas peninsulares se aliaron,
conquistando el reino musulmán de
Granada en
1492 y, posteriormente, el de
Navarra en
1512 que continuó siendo un
reino, acuñando moneda propia y con aduanas en el
río Ebro hasta las
guerras carlistas del
siglo
XIX. Los reyes navarros se refugiaron en sus posesiones allende de
los Pirineos y posteriormente se convertirían en
reyes de Francia.
También comenzaron una
política matrimonial con
Portugal que culminó en
1580,
cuando
Felipe II de España subió a su trono, uniendo por última vez bajo un
mismo soberano toda la península Ibérica.
En
1492, se
decreta la expulsión de los
judíos que no hubiesen aceptado la conversión al cristianismo,
imitando a
Felipe IV de Francia. El
12 de octubre de ese mismo año
Cristóbal Colón, en nombre de los Reyes Católicos, llega, por
primera vez, a
América
con sus naves (en memoria de este hito se estableció el doce de octubre
como el día de la
Fiesta Nacional de España, antiguamente denominada también de la
Hispanidad). Empieza la carrera por la exploración y
conquista de las tierras americanas, a la que se unirían
posteriormente otros países como
Portugal,
Francia
e
Inglaterra comenzando la
colonización europea de América partiendo a
islas
del Caribe hasta
mesoamérica a cargo de
Francisco Hernández de Córdoba y después
Hernán Cortes. La Monarquía Española se convierte, en un proceso
iniciado al final de la
Reconquista, en la nación más poderosa e influyente del mundo.
Durante el reinado de los Reyes Católicos se inicia también una tímida
expansión norteafricana, conquistándose varias ciudades, entre ellas
Melilla
(1497).
Tras la muerte de Isabel
la Católica, en
1504, su
hija Juana la sucede en el trono de Castilla. Juana estaba casada con
Felipe I, al que llamaron el Hermoso, hijo del Archiduque de Austria
y Emperador del Sacro Imperio Romano-Germánico. Felipe muere muy joven y
a Juana se la incapacita por loca. Su hijo
Carlos I de España hereda las Coronas de
Castilla y
Aragón,
además del sacro Imperio Romano-Germánico y las posesiones de la Casa de
Borgoña. En su madurez, decide retirarse a la vida religiosa
recluyéndose en el
Monasterio de Yuste (Cáceres)
en 1556. Su
hijo
Felipe II hereda la
Corona Hispánica con todas sus posesiones y su hermano
Fernando I de Habsburgo el Sacro Imperio Romano-Germánico.
Felipe II de España se corona
rey de
Portugal en
1580 con el nombre de Felipe I de Portugal. El ordinal «segundo» lo
mantuvo para respetar la vía castellana (Felipe
I de Castilla fue Felipe el Hermoso). Durante su reinado se producen
la gran victoria de
Lepanto en
1571 con la que se consiguió frenar la expansión de los turcos en el
Mediterráneo y la desastrosa aventura de la
Grande y Felicísima Armada en
1588.
España, y en mayor medida
Castilla, dada la prohibición de comercio para la Corona de Aragón,
sigue prosperando bajo la dinastía Habsburgo, gracias al comercio con
las colonias americanas; pero al mismo tiempo sostiene guerras contra
Francia,
Inglaterra y las
Provincias Unidas.
Cuando el último rey de la
dinastía de los Habsburgo,
Carlos II de España, murió sin descendencia; Felipe de Borbón,
sobrino nieto de Carlos II y nieto del rey de
Francia,
Luis XIV, le sucedió en el trono con el nombre de
Felipe V de España, siendo aceptado y jurado por todos los
territorios de España. A los pocos años de reinado, se produce la
Guerra de Sucesión Española.
Entre
1707 y
1716, los
Decretos de Nueva Planta de Felipe V suprimen o reducen los fueros y
costumbres de los reinos y territorios que habían luchado contra él en
la Guerra de Sucesión.
Algunos quieren ver en
estos decretos una unificación legal de España, pero, por un lado, los
decretos, al ser diferentes para Valencia, Aragón (donde primero fue
igual que el de Valencia, pero luego fue modificado), Baleares y
Cataluña, afectaron de forma diferente a cada territorio, y además,
tanto Navarra como las Provincias Vascongadas y el
Valle de Arán, que no habían faltado a su juramento de lealtad a
Felipe V, siguieron manteniendo sus fueros. En
1713,
España firma el
Tratado de Utrecht con el que pierde sus posesiones europeas y, por
tanto, deja de ser la primera potencia mundial. El resto del
siglo XVIII, fue el siglo de la
Ilustración.
Fernando VI y
Carlos III, hijos y sucesores de Felipe V, hacen una política de
renovación que modernizó España, en lo que se conoce como
Despotismo Ilustrado. En este siglo, si bien España continúa siendo
una importante potencia, Francia y el Reino Unido pasan a ocupar un
protagonismo cada vez mayor en el escenario internacional.
Edad Contemporánea
La Edad Contemporánea no
empezó muy bien para España, en
1805, en la
Batalla de Trafalgar la escuadra hispano-francesa fue derrotada ante
Gran Bretaña, con lo que significa el fin de la supremacía española
en los mares mundiales a favor de
Gran Bretaña, mientras
Napoleón que había tomado el poder tras triunfar la
Revolución Francesa, aprovechando las disputas entre
Carlos IV y su hijo Fernando, ordenó el envío de su ejército contra
España en 1808,
con el pretexto de invadir
Portugal y contando con la complicidad de
Manuel Godoy, a quien había prometido el trono de una de las partes
en las que pensaba dividir el país vecino; imponiendo a su hermano
José I en el trono. Ello ocasiona la
Guerra de la Independencia Española, que duraría 5 años. En ese
tiempo se elaboró la primera
Constitución española, y una de las primeras del mundo, en las
denominadas
Cortes de Cádiz. Fue promulgada el
19 de marzo de
1812,
festividad de S. José, por lo que popularmente se la conocía como La
Pepa. Tras la derrota de las tropas de Napoleón en la
batalla de Vitoria en
1813;
Fernando VII vuelve al trono de España.
Durante el reinado de
Fernando VII la
monarquía española experimentará el paso del
viejo régimen al
estado Liberal. Tras su llegada a España, Fernando VII deroga la
Constitución de 1812 y persigue a los liberales constitucionalistas,
dando comienzo a un rígido absolutismo. Mientras tanto la
Guerra de Independencia Hispanoamericana continuará su curso, y a
pesar del esfuerzo bélico de los
defensores de la monarquía española, al concluir el conflicto
únicamente las islas de Cuba y Puerto Rico, en América, seguirán
formando parte del territorio nacional de España, que al terminar la
década ominosa y con el apoyo liberal a la
Pragmática Sanción de 1830 a su vez se organizará nuevamente en
monarquía parlamentaria. De esta forma ambos procesos
revolucionarios darán origen a los nuevos estados nacionales existentes
en la actualidad, y el final del reinado de Fernando VII señala también
la extinción del
Absolutismo en todo el mundo hispánico.
La muerte de Fernando VII
abre un nuevo periodo de fuerte inestabilidad política y económica, su
hermano
Carlos María Isidro apoyado en los partidarios absolutistas, se
rebela contra la designación de
Isabel II, hija de Fernando VII, como heredera y reina
constitucional, y contra la derogación de la
Ley
Sálica de la dinastía Borbón, que impedía la sucesión de mujeres a
la corona, estallando la
Primera Guerra Carlista. El reinado de Isabel II se caracteriza por
la alternancia en el poder de progresistas y moderados si bien esta
alternancia se motiva más por pronunciamientos militares de ambos signos
que por una pacífica cesión del poder en función de los resultados
electorales.
La revolución de
1868,
denominada La Gloriosa, obligó a Isabel II a abandonar España. Se
convocaron Cortes Constituyentes que se pronunciaron por el régimen
monárquico y, a iniciativa del
General Prim, se ofrece la corona a
Amadeo de Saboya, hijo del rey de Italia. Su reinado fue breve por
el cansancio provocado por los políticos del momento y el rechazo de
importantes sectores de la sociedad, además de por la pérdida de su
principal apoyo, el mencionado General Prim, asesinado antes de que
Amadeo llegara a pisar en España. Seguidamente se proclamó la
I República, que tampoco gozó de larga vida, aunque sí muy agitada:
en once meses tuvo cuatro presidentes (Figueras,
Pi y Margall,
Salmerón y
Castelar); durante este convulso periodo se produjeron graves
tensiones territoriales llegándose a producir fenómenos tan pintorescos
como la declaración de la ciudad de Cartagena como "Cantón
independiente" y finalizó en 1874 con los pronunciamientos de los
generales
Martínez Campos y
Pavía, que disolvió el Parlamento.
La
Restauración proclama rey a
Alfonso XII, hijo de Isabel II. España experimenta una gran
estabilidad política debida al sistema de gobierno preconizado por el
político conservador
Antonio Cánovas del Castillo. Se basa en el turno de los partidos
Conservador (Cánovas del Castillo) y Liberal (Sagasta) en el gobierno.
En 1885
murió Alfonso XII y se encargó la regencia a su viuda
María Cristina, hasta la mayoría de edad de su hijo
Alfonso XIII, nacido tras la muerte de su padre. La rebelión
independentista de Cuba en
1895 induce
a los
Estados Unidos a intervenir en la zona y tras el confuso incidente
de la explosión del
acorazado Maine el
15 de febrero de
1898 en el
puerto de
La
Habana, declara la guerra a España. Con la derrota, España perdió
sus últimas colonias (Cuba,
Filipinas,
Guam y
Puerto Rico) en ultramar.
Siglo XX
El
siglo
XX comienza con una gran crisis económica y la subsiguiente
inestabilidad política. Hay un paréntesis de prosperidad comercial,
propiciado por la neutralidad española en la
Primera Guerra Mundial. La sucesión de crisis gubernamentales, la
marcha desfavorable de la
Guerra del Rif, la agitación social y el descontento de parte del
ejército, desembocan en el Golpe de Estado del general
Primo de Rivera, el
13 de septiembre de
1923.
Estableció una
dictadura militar que fue aceptada por gran parte de las fuerzas
sociales y por el propio rey
Alfonso XIII.
Durante la dictadura se
suprimen libertades y derechos. La difícil coyuntura económica y el
crecimiento de los partidos republicanos hace la situación cada vez más
insostenible. En
1930, Primo
de Rivera presentó su dimisión al rey y se marchó a París, donde murió
al poco tiempo. Le sucedió en la jefatura del Directorio el general,
Dámaso Berenguer; y, después, por breve tiempo, el
almirante Aznar. Este período fue denominado
Dictablanda.
Decidido a buscar una
solución a la situación política y establecer la Constitución, el rey
propicia la celebración de elecciones municipales del
12 de abril de
1931, éstas
dieron una rotunda victoria a las candidaturas republicano-socialistas
en las grandes ciudades y capitales de provincia, si bien el número
total de concejales era mayoritariamente monárquico. Hubo
manifestaciones organizadas exigiendo la instauración de la República,
lo que lleva al rey a abandonar el país. Una vez que el rey abandonó sus
obligaciones se proclamó la
II República el
14 de abril.
Durante la República se
produjo una gran agitación política y social, marcada por una acusada
radicalización de izquierdas y derechas. Los líderes moderados fueron
boicoteados y cada parte pretendió crear una España a su medida. Durante
los dos primeros años, gobernó una coalición de partidos republicanos y
socialistas. En las elecciones celebradas en
1933,
triunfarón las derechas y en
1936, las
izquierdas. La creciente ola de violencia incluyó quema de iglesias, la
sublevación monárquica de
Sanjurjo, la
revolución de 1934 y numerosos atentados contra líderes políticos
rivales.
El
17 de julio de
1936 se
sublevaron las guarniciones del
África Española, dando comienzo la
Guerra Civil. España quedó dividida en dos zonas: una bajo la
autoridad del gobierno republicano y otra controlada por los sublevados,
en la que el general
Francisco Franco fue nombrado Jefe de Estado. El apoyo alemán e
italiano a los sublevados, mucho más firme que el soporte de la
Unión Soviética y
México
a la España republicana, y los continuos enfrentamientos entre las
facciones republicanas, permitieron la victoria de los sublevados el 1
de abril de
1939.
La victoria del general
Franco supuso la instauración de un régimen autoritario. El desarrollo
de una fuerte represión sobre los vencidos, obligó al exilio a miles de
españoles y condenó a otros tantos a la muerte o al internamiento en
campos de trabajo. A pesar de que Franco mantuvo al país no beligerante
en la
II Guerra Mundial, su no disimulado apoyo a las
potencias del Eje condujo a un aislamiento internacional de carácter
político y económico. No obstante, los condicionamientos de la
guerra fría entre
Estados Unidos y la
Unión Soviética y sus respectivos aliados hicieron que el régimen
franquista sea tolerado por las potencias "occidentales" y finalmente
reconocido por las mismas finalizando su aislamiento. Se firmaron
acuerdos con Estados Unidos permitiendo la instalación de bases
militares conjuntas hispano-estadounidenses en España. En
1956,
Marruecos, que había sido protectorado español y francés, adquirió
su independencia y se puso en marcha un plan de estabilización económica
del país. En
1969, Franco nombró a
Juan Carlos de Borbón, nieto de Alfonso XIII,
príncipe de España, su sucesor a título de Rey. A pesar de que el
régimen mantuvo una férrea represión contra cualquier oposición
política, el desarrollo industrial y económico español resultó muy
importante durante la dictadura.
El dictador murió el
20 de noviembre de
1975.
Juan Carlos I fue proclamado rey dos días después. Se abrió un
periodo conocido como
Transición. Culminó con el establecimiento de una
Monarquía Parlamentaria en
1978,
después de la renuncia a sus derechos históricos realizada por D.
Juan de Borbón, padre del rey. Tras las primeras elecciones
democráticas,
Adolfo Suárez, del partido
Unión de Centro Democrático (centro-derecha), fue elegido presidente
de Gobierno. Llevó a cabo importantes reformas políticas e inició las
negociaciones para la entrada de España en la
Comunidad Económica Europea. Dimitó en
1981.
Durante este periodo la banda terrorista vasca
ETA cometió un gran número de atentados, especialmente contra
miembros del ejército y de las fuerzas de seguridad, así como otros de
carácter indiscriminado. Durante la sesión de votación de investidura
del sucesor de Suárez,
Leopoldo Calvo-Sotelo (UCD), el
23 de febrero (23-F), tuvo lugar un intento de
golpe de Estado promovido por altos mandos militares. El Congreso de
Diputados fue tomado por el teniente coronel
Tejero.
El intento fue abortado el mismo día, teniendo lugar la intervención del
rey Juan Carlos en defensa del orden constitucional. En 1981 se firmó en
Bruselas el protocolo de adhesión a la
OTAN, dando
inicio al proceso de integración en la Alianza que terminó en la
primavera de 1982, durante el gobierno de UCD.
En las elecciones
siguientes (1982),
venció el
Partido Socialista Obrero Español, con
Felipe González como presidente de gobierno. Se mantuvo en el poder
durante las tres siguientes legislaturas. En
1986 España
se incorporó a la
Comunidad Económica Europea, precursora de la
Unión Europea y ese mismo año se celebró un referéndum en el que se
consultó al pueblo sobre la permanencia o no en la OTAN. El PSOE
defendió el sí. En
1992 España
apareció de forma llamativa en el escenario internacional con la
celebración de los Juegos Olímpicos en
Barcelona, la declaración de
Madrid
como Ciudad Cultural Europea y la celebración en
Sevilla
de la
Exposición Universal
EXPO 92.
Durante este periodo se
produjo una profunda modernización de la economía y la sociedad
españolas, caracterizada por las reconversiones industriales y la
sustitución del modelo económico tardofranquista por otro de corte más
liberal —lo que condujo a tres importantes huelgas generales—, la
generalización del pensamiento y los valores contemporáneos en la
sociedad española, el desarrollo del
estado de las autonomías, la transformación de las Fuerzas Armadas y
el enorme desarrollo de las infraestructuras civiles. Sin embargo, hubo
también una situación de elevado desempleo y hacia el final del mismo se
produjo un importante estancamiento económico, que no inició su
recuperación hasta
1993
—cuando la tasa de desempleo descendió del 23% al 15%—, y se destapó el
caso
GAL de
terrorismo de estado.
Las elecciones de
1996 dieron
la victoria al
Partido Popular, con
José María Aznar como presidente, cargo que ejerció durante dos
legislaturas, obteniendo en las
elecciones generales de 2000 la mayoría absoluta.
Siglo XXI
El
siglo
XXI empezó con los efectos del
11 de septiembre de
2001, que
llevaron a España a implicarse en dos conflictos: la
Guerra de Afganistán y la
invasión de Iraq. Este último conflicto y la gestión del
atentado del 11 de marzo de 2004 en
Madrid
provocaron un distanciamiento entre el gobierno y parte de la opinión
pública española. Todo ello desembocó en la elección de un nuevo
gobierno del
PSOE, tras las
elecciones generales celebradas el
14 de marzo de
2004.
El
euro,
moneda oficial en la llamada «Zona Euro» de
Europa
desde 1999,
se convirtió en la moneda de cambio oficial el
1
de enero de
2002, reemplazando a la peseta. Los ciudadanos lo empezaron a usar
en la vida cotidiana, a pesar de las protestas por la subida encubierta
de los precios que supuso este cambio de moneda. Entre
1993 y
2007 se
produjo una importante expansión de la economía española, basada
fundamentalmente en el sector de la construcción, que quedó amenazada
por las consecuencias globales de la
crisis económica de 2008.
A finales del siglo XX
España recibió a una gran cantidad de
inmigrantes de países latinoanoamericanos como
Ecuador,
Colombia,
Argentina,
Bolivia,
Perú o
República Dominicana, así como de diferentes zonas de
África,
Asia y
Europa.
El fuerte crecimiento económico de tipo expansivo que ha presentado el
país desde 1993 ha requerido una gran cantidad de mano de obra. Según
anunció el director del Banco de España en febrero de 2007, España se
podría situar como la séptima mayor economía del mundo.[26]
El
Partido Socialista Obrero Español ganó las
elecciones celebradas el
14 de marzo de
2004,
convirtiéndose
José Luis Rodríguez Zapatero en el quinto presidente del gobierno de
la democracia.
Con Zapatero como
Presidente del Gobierno se retiran las tropas españolas que permanecían
en
Iraq. Ello
ocasionó un considerable enfriamiento de las relaciones diplomáticas con
los
Estados Unidos. Se firmó la
Constitución Europea y se realizó el referéndum de la Constitución
Europea, en el que los ciudadanos españoles aprueban el tratado. También
se aprobó el
matrimonio homosexual, entre otras reformas de carácter social
prometidas en el programa electoral de los socialistas.
El miércoles
22 de marzo de
2006 la
organización terrorista
ETA anunció su segundo alto al fuego, roto el sábado
30 de diciembre de ese mismo año con la colocación de una furgoneta
bomba en la recién estrenada Terminal 4 del
Aeropuerto de Barajas,
atentado en el que dos personas perdieron la vida.
Las elecciones del
9
de marzo de
2008 dieron la victoria de nuevo al
PSOE y renovaron el gobierno de
José Luis Rodríguez Zapatero. Los socialistas ganaron los comicios
con 169 escaños (5 más que en las elecciones de
2004)
frente a los 154 del
Partido Popular (6 más que en las elecciones de
2004). Los
partidos nacionalistas sufrieron un importante descenso, a excepción de
CIU que mantuvo sus 10 diputados.
Izquierda Unida perdió su grupo parlamentario propio en el
Congreso de los Diputados, al obtener solamente 2 escaños. Las
elecciones de
2008 consolidaron y reforzaron el bipartidismo.
Gobierno y política
España es una
monarquía parlamentaria, con un monarca hereditario que ejerce como
Jefe de Estado —el
Rey de España—, y un
parlamento bicameral, las
Cortes Generales.
División de poderes
El
poder ejecutivo lo forma un
Consejo de Ministros presidido por el
Presidente del Gobierno, que ejerce como
Jefe de Gobierno. Es el
monarca quien propone al Presidente del Gobierno tras las
elecciones generales y quien lo mantiene en el cargo mientras
conserve la confianza del Congreso de los Diputados.
El
poder legislativo se establece en las
Cortes Generales, que son el órgano supremo de representación del
pueblo español.
Las Cortes Generales se
componen de una
cámara baja, el
Congreso de los Diputados, y una
cámara alta, el
Senado.
El Congreso de los
Diputados cuenta con 350 miembros elegidos por votación popular, en
listas cerradas y mediante representación proporcional elegidos por
circunscripciones provinciales, para servir en legislaturas de cuatro
años.
El sistema no es
absolutamente proporcional puesto que existe un número mínimo de escaños
por circunscripción (3) y se usa un sistema proporcional levemente
corregido para favorecer las listas mayoritarias (el
Sistema d'Hondt).
El Senado cuenta
actualmente con 259 escaños, de los cuales 208 son elegidos directamente
mediante voto popular, por circunscripciones provinciales, en cada una
de las cuales se eligen 4 senadores, siguiendo un sistema mayoritario (3
para la lista mayoritaria, 1 para la siguiente), excepto en las islas,
Baleares y Canarias (en los que la circunscripción es la isla) y los
otros 51 son designados por los órganos regionales para servir, también,
por períodos de cuatro años.
El
poder judicial está formado por el conjunto de Juzgados y
Tribunales, integrado por Jueces y Magistrados, que tienen la potestad
de administrar justicia en nombre del Rey (véase
Poder Judicial de España).
Estado de las Autonomías
España es en la actualidad
lo que se denomina un “Estado de Autonomías”, un país formalmente
unitario pero que funciona como una
federación
descentralizada de
comunidades autónomas, cada una de ellas con diferentes niveles de
autogobierno. Las diferencias dentro de este sistema se deben a que
el proceso de traspaso de competencias del centro a la periferia fue
pensado en un principio como un proceso asimétrico, que garantizase un
mayor grado de autogobierno sólo a aquellas comunidades que buscaban un
tipo de relación más federalista con el resto de España –comunidades
autónomas de régimen especial– (Andalucía,
Cataluña,
Galicia,
Navarra
y
País Vasco).
Por otro lado, el resto de
comunidades autónomas –comunidades autónomas de régimen común–
dispondría de un menor autogobierno. Sin embargo, estaba previsto que a
medida que fueran pasando los años, estas comunidades fueran adquiriendo
gradualmente más competencias.
Hoy en día, España está
considerada como uno de los países europeos más descentralizados, ya que
todos sus diferentes territorios administran de forma local sus sistemas
sanitarios y educativos, así como algunos aspectos del presupuesto
público; algunos de ellos, como el País Vasco y Navarra, además
administran su financiación pública sin casi contar (a excepción del
cupo) con la supervisión del gobierno central español.
En el caso de Cataluña,
Navarra y el País Vasco, están equipados con sus propios cuerpos
policiales, totalmente operativos y completamente autónomos que
remplazan las funciones de la
Policía Nacional en estos territorios, salvo en
Navarra
todavía en proceso de traspaso (véase
Mossos d'Esquadra,
Ertzaintza, y
Policía Foral de Navarra).
Defensa
La responsabilidad de la
defensa nacional recae en las Fuerzas Armadas que tienen asignadas por
medio del artículo octavo de la
Constitución Española "la misión de garantizar la soberanía e
independencia de España defender su integridad territorial y el
ordenamiento constitucional".
Las Fuerzas Armadas
Españolas se han dividido tradicionalmente en tres armas:
Ejército de Tierra,
Armada y
Ejército del Aire. A estas armas se suma la
Guardia Real, un cuerpo protocolario segregado que realiza labores
fundamentalmente de seguridad.
España forma parte de las
naciones más importantes del
EUFOR, y
del
Eurocuerpo, así mismo ocupa una posición destacada en la estructura
de la OTAN,
en la que ingresó en
1982.
Además de ser la sexta flota naval más poderosa y poseer el cuerpo de
Infantería de Marina más antiguo del mundo.
Política internacional
España forma parte de
organizaciones globales como las
Naciones Unidas (desde el
14 de diciembre de
1955), la
Organización del Tratado del Atlántico Norte (desde el
30
de mayo de
1982) y la
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico;
continentales como la
Unión Europea (desde el
1
de enero de
1986), la
Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa, el
tratado de la
Unión Europea Occidental y de la
Agencia Europea de Defensa; y organizaciones que estrechan lazos
históricos y culturales del vínculo transatlántico como la
Unión Latina, la
Comunidad Iberoamericana de Naciones, y la
ABINIA.
El gobierno español
contribuye a la financiación de la ONU en un 2,52% de su presupuesto
anual (2006).
Derechos humanos
En materia de
derechos humanos, respecto a la pertenencia en los siete organismos
de la Carta Internacional de Derechos Humanos, que incluyen al
Comité de Derechos Humanos (HRC), España ha firmado o ratificado:
En la firma y ratificación
de la
Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o
Degradantes (CAT)
y en la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las
Formas de Discriminación Racial (CERD),
España ha reconocido la competencia de recibir y procesar comunicaciones
individuales por parte del Comité para la Eliminación de
Discriminación Racial perteneciente a la Comisión de Derechos
Humanos.
Organización territorial
España es una
nación organizada territorialmente en 17
comunidades autónomas y 2
ciudades autónomas. El Título VIII de la
constitución establece la organización territorial del Estado en
municipios,
provincias y comunidades autónomas, éstas con competencias para
gestionar sus propios intereses con un amplio nivel de autonomía,
poderes legislativos, presupuestarios, administrativos y ejecutivos en
las competencias exclusivas que el Estado les garantiza a través de la
Constitución y de cada
Estatuto de autonomía. Aunque
Navarra
no se constituyó propiamente en Comunidad Autónoma, siendo una
Comunidad Foral, y no habiendo desarrollado un Estatuto de
Autonomía, sino articulando un
amejoramiento de sus
fueros tradicionales, es considerada comunidad autónoma a todos los
efectos, según la interpretación del Tribunal Constitucional.
Cada comunidad autónoma
está formada por una o varias
provincias, haciendo un total de 50.
Desde
2003 se ha
adoptado la
Nomenclatura de las Unidades Territoriales Estadísticas, o unidades
NUTS, de tres niveles, con fines meramente estadísticos basados en las
normativas europeas y fijados por el
Eurostat. Las 50 provincias españolas y las dos ciudades autónomas
se encuentran clasificadas en los niveles NUTS-3; las 17 comunidades
autónomas se encuentran clasificadas en los niveles NUTS-2; y para los
niveles NUTS-1 se han creado los
grupos de
comunidades autónomas.
Reclamaciones territoriales y territorios
en disputa
España reclama
históricamente la retrocesión de la colonia (actualmente
Territorio Británico de Ultramar) de
Gibraltar, si bien se ha mostrado últimamente favorable a fórmulas
de soberanía compartida. La reclamación comenzó desde el momento en que
tropas angloholandesas tomaron la plaza en nombre del
archiduque Carlos durante la
Guerra de Sucesión Española (1704), pasando posteriormente a manos
británicas mediante el
Tratado de Utrecht (1713). La reclamación, que incluyó operaciones
militares, fue particularmente intensa durante el siglo XVIII,
languideció durante el XIX y primera mitad del XX y fue llevada por el
gobierno franquista a
Naciones Unidas durante la década de 1960. Allí, encuadrada en los
procesos descolonizadores, España obtuvo el respaldo a su postura al
reconocer las resoluciones al efecto (2231 y 2353) que el proceso
descolonizador debía respetar el derecho a la integridad territorial de
España y que los intereses, y no los deseos de los gibraltareños, debían
ser respetados (Véase
Historia de Gibraltar). España no reconoce, sin embargo, la
soberanía británica sobre el istmo que une el continente con el peñón.
Por otra parte,
Portugal no reconoce la soberanía española sobre la comarca
pacense de
Olivenza, que incluye los municipios de Olivenza y
Táliga
(si bien no reclama activamente su soberanía), cedida por Portugal a
España mediante el
tratado de Badajoz (1801). Las resoluciones del
Congreso de Viena son interpretadas de forma divergente por ambos
países. Mientras que Portugal estima que aquellas obligaban a España a
devolver Olivenza, España opina que se trata de una simple declaración
de buenos deseos, sin capacidad resolutiva, razón por la que Olivenza
siguió unida a España. Finalmente, España no reconoce las pretensiones
de soberanía de Portugal sobre las
islas Salvajes.
También la soberanía
sobre el deshabitado
islote de Perejil se encuentra disputada con Marruecos. Aunque
desalojada tras el
incidente de la isla Perejil (2002), por acuerdo entre ambos países
no se encuentra asentada allí ninguna fuerza militar o policial, sin que
ninguna de las partes haya renunciado a sus pretensiones de soberanía.
Por otra parte,
Marruecos reclama informalmente la cesión de los territorios de
Ceuta y
Melilla,
así como las denominadas
plazas de soberanía en el continente africano. Algunos movimientos
irredentistas en Marruecos, como el partido
Istiqlal, reclaman la inclusión en el denominado "Gran
Marruecos" de las
islas Canarias.
Independentismo
Existen en España diversos
movimientos políticos de signo
independentista, ligados a
nacionalismos periféricos, como por ejemplo el
vasco, el
gallego o el
catalán, que reclaman la independencia de España de los territorios
en los que son activos. Estos movimientos se dan principalmente en
Cataluña,
Galicia,
Navarra
y el
País Vasco, donde existen partidos explícitamente independentistas
como la
Unión do Povo Galego,
Esquerra Republicana de Catalunya,
Aralar
o
EA, así como los seguidores de la llamada
izquierda abertzale que no se desvinculan de ETA (su última
denominación formal es
Batasuna, partido ilegalizado en España pero legal en
Francia).
Por otro lado, partidos como el
BNG,
PNV y
CiU oscilan entre posturas autonomistas y abiertamente
independentistas.
Geografía
Situada en Europa
Occidental, ocupa la mayor parte de la
península Ibérica y, fuera de ella, dos archipiélagos principales
(el de las
islas Canarias en el
océano Atlántico y el de las
islas Baleares en el
mar Mediterráneo), dos ciudades,
Ceuta y
Melilla,
en el norte de
África,
la
isla de Alborán y una serie de islas e islotes se encuentran frente
a las costas peninsulares, como las
islas Columbretes. Además, consta de posesiones menores no
continentales como las
islas Chafarinas, el
peñón de Vélez de la Gomera y el
peñón de Alhucemas, todos frente a la costa africana.
En extensión territorial
es el cuarto país de Europa, por detrás de
Rusia
(que es el mayor, incluso teniendo en cuenta solo el territorio
contenido en Europa, ver cita 10),
Ucrania
y Francia,
y el segundo de la
Unión Europea.
Los límites físicos de
España son los siguientes: al oeste,
Portugal y el
océano Atlántico; el
mar Mediterráneo al este; el
estrecho de Gibraltar, océano Atlántico y mar Mediterráneo al sur; y
los
Pirineos, junto con el
golfo de Vizcaya y el
mar Cantábrico al norte.
Clima
España tiene un
clima muy
diverso a lo largo de todo su territorio. Predomina el carácter
mediterráneo en casi toda su geografía. Las costas del sur y
mediterráneas tienen un clima denominado mediterráneo de costa que
también posee el Valle del
Guadalquivir: temperaturas suaves, precipitaciones abundantes casi
todo el año excepto en verano.
A medida que nos
adentramos en el interior el clima es más extremo, nos encontramos con
el clima mediterráneo continental, que abarca casi toda la Península,
temperaturas bajas en invierno, altas en verano y precipitaciones
irregulares (dependiendo de la posición geográfica). Por lo general, las
comunidades occidentales reciben más precipitaciones que las orientales.
Así pues,
Galicia y el
Cantábrico poseen un clima oceánico, caracterizado por la abundancia
de precipitaciones durante todo el año especialmente en invierno, y unas
temperaturas frescas.
El
clima de montaña se puede observar en altitudes altas,
Cordillera Cantábrica,
Pirineos, altos puntos de la C. Ibérica,
Sistema Central y
Cordilleras Béticas, así como en altitudes altas en
Canarias, donde se dan temperaturas bajas (inviernos fríos o muy
fríos) y precipitaciones generalmente abundantes.
Los climas áridos o
semiáridos (menos de 300 mm anuales) los encontramos en ciertos puntos
peninsulares del este:
Almería
(famoso el
desierto de Tabernas) o el
Cabo de Gata (donde se registran menos de 200 mm anuales),
Granada (Guadix),
Murcia,
Alicante y
Valle del Ebro donde el
efecto foehn es el principal causante de tan bajas precipitaciones.
El carácter
subtropical es característico de las
Islas Canarias, con unas temperaturas cálidas durante todo el año y
pocas precipitaciones (más abundantes en las islas occidentales). Sin
embargo, este clima también se da en las costas sureñas de la península
(Málaga,
Granada,
Almería),
donde tienen temperaturas relativamente suaves durante todo el año,
aunque las precipitaciones son algo más abundantes que en Canarias.
Sistemas montañosos
El relieve de España se
caracteriza por ser bastante elevado, con una
altitud
media de 660 metros, y
montañoso
si lo comparamos con el resto de países de
Europa,
con excepción de
Suiza,
Austria
y los microestados de
Andorra
y
Liechtenstein, cuya altitud promedio es bastante mayor. En la España
peninsular, el relieve se articula en torno a una gran
Meseta Central que ocupa la mayor parte del centro de la
Península Ibérica y que tiene una altitud media de 660 metros. Fuera
de la meseta, está la
depresión del
río Guadalquivir, situada en el suroeste de la península, y la del
río Ebro, en el noreste de la misma. Los principales sistemas
montañosos son:
Pirineos,
sistema Ibérico,
cordillera Cantábrica,
sistema Central y
cordilleras Béticas (Subbética
y
Penibética)
Demografía
España contaba con
46.661.950 habitantes al 1 de enero de 2009.
La densidad de población,
de 92,46 hab/km², es menor que la de la mayoría de otros países de
Europa Occidental y su distribución a lo largo del territorio es muy
irregular: las zonas más densamente pobladas se concentran en la costa y
alrededor de
Madrid, mientras que el resto del interior se encuentra muy
débilmente ocupado.
Áreas metropolitanas
La creación de entidades
administrativas que agrupen a los municipios que constituyen un
área metropolitana está en manos de las comunidades autónomas. Hasta
el momento, no existe ninguna área metropolitana regulada por un órgano
administrativo. Así, por ejemplo, el
Área Metropolitana de Barcelona fue suprimida en
1987 por la
Generalidad de Cataluña. Algunas áreas metropolitanas coinciden, no
obstante, con
comarcas,
cuya regulación está también en manos de las comunidades autónomas.
En cualquier caso, según
estudios no oficiales, las áreas metropolitanas en sentido demográfico
que sobrepasaban en 2006 los 500.000 habitantes son las siguientes:
Principales áreas
metropolitanas.
Distribución de la población por islas
Islas de España por
población (INE
2007):
Inmigración en España
En los últimos años España
presenta una considerable disminución en la tasa de inmigración neta,
dejando de poseer una de las mayores tasas de
inmigración de Europa (en 2005 de 1,5% anual sólo superado en la UE
por Chipre)[42]
En la actualidad su tasa de inmigración neta llega solo al 0,99%,
ocupando el puesto n° 15 en la
Unión Europea.[43]
Es además, el 9° país con mayor porcentaje de inmigrantes dentro de la
UE, por debajo de países como
Luxemburgo,
Irlanda,
Austria
o
Alemania.[44]
En 2005 recibió el 38,6% de la
inmigración extracomunitaria hacia la UE, sobre todo de ciudadanos
de origen
iberoamericano, de otros países de
Europa Occidental, de
Europa Oriental y del
Magreb.
En 2009, un 12% de la población residente es de origen extranjero, con
un mayor número de
rumanos
(796.576 personas),
marroquíes (710.401) y
ecuatorianos (413.715). Los ciudadanos de la
Unión Europea representan un 40,5% del total de ciudadanos
extranjeros.
Lenguas
El idioma oficial y el más
hablado en el conjunto de España, por un 99% de la población, es el
español, lengua materna del 89% de los españoles que puede recibir
la denominación alternativa de
castellano. La estimación del número de hablantes en todo el mundo
va desde los 450 a los 500 millones de personas, siendo la segunda
lengua materna más hablada tras el
chino mandarín. Se prevé que se afiance como segunda lengua de
comunicación internacional tras el
inglés en el futuro, y es la segunda lengua más estudiada tras el
inglés.
Además se hablan otras
lenguas, que pueden ser oficiales en sus regiones de acuerdo con la
Constitución o los Estatutos de Autonomía de cada Comunidad Autónoma.
Ordenadas por número de hablantes, estas lenguas son:
-
Catalán (9% de la
población), cooficial en
Cataluña e
Islas Baleares. Es hablado también, sin estatus de cooficialidad,
en la llamada
Franja de Aragón y en la comarca del
Carche murciano. Oficialmente se denomina
Valenciano en la
Comunidad Valenciana, donde también es cooficial.
-
Gallego (5% de la
población), cooficial en
Galicia. Es hablado también en algunas zonas de las provincias
de
Asturias,
León y
Zamora, sin estatus de cooficialidad.
-
Euskera (1% de la
población), cooficial en el
País Vasco y tercio norte (zona vascófona) de
Navarra, donde se denomina estatutariamente vascuence. Es
hablado también en la zona mixta de Navarra (donde el euskera, sin
ser oficial, goza de cierto reconocimiento) y de forma muy
minoritaria en la no vascófona.
-
Occitano, oficial en
Cataluña, donde es hablado, en su variedad
aranesa, en los municipios del
Valle de Arán (Lérida).
También se hablan una
serie de lenguas o dialectos
románicos que no tienen estatus de lengua oficial: el
asturleonés hablado en
Asturias (llamado
asturiano o
bable, reconocido por medio del artículo 4 del
estatuto de autonomía que promueve su uso y protección), en zonas de
Cantabria (llamado
cántabro, montañés o pasiego),
León,
Zamora,
Salamanca (llamado
leonés) y
Extremadura (llamado
altoextremeño); y el
aragonés en el norte de
Aragón.
Igualmente, el
portugués en algunas localidades fronterizas extremeñas,
prácticamente desaparecido.
España ratificó el 9 de
abril de 2001 la
Carta Europea de las Lenguas Minoritarias o Regionales del
Consejo de Europa.
Economía
España es actualmente la
octava potencia económica mundial, como así lo ha sido en numerosos
años, y ha llegado a ser la séptima, según el PIB nominal.
Tradicionalmente España ha sido un país agrícola y aún es uno de los
mayores productores de Europa occidental, pero desde mediados de la
década de 1950 el crecimiento industrial fue rápido y pronto alcanzó
un mayor peso que la agricultura en la economía del país. Una serie de
planes de desarrollo, que se iniciaron en 1964, ayudaron a expandir
la economía, pero a finales de la década de 1970 comenzó un periodo de
recesión económica a causa de la subida de los precios del
petróleo, y un aumento de las importaciones con la llegada de la
democracia y la apertura de fronteras. Con posterioridad, se incrementó
el desarrollo de las industrias del
acero,
astilleros, textiles y mineras. En la actualidad, la
terciarización de la economía y de la sociedad española queda clara
tanto en el producto interior bruto (contribución en 2005: un 67%) como
en la tasa de empleo por sectores (65%). Los ingresos obtenidos por el
turismo permiten equilibrar la
balanza de pagos. Desde que España ingresó como miembro de pleno
derecho en la Unión Europea las políticas económicas han evolucionado en
función de esta gran organización supranacional (PAC, IFOP, ...).
Agricultura
La agricultura fue hasta
la
década de 1960 el soporte principal de la economía española, pero
actualmente emplea solo alrededor del 5% de la población activa. Los
principales cultivos son
trigo,
cebada,
remolacha azucarera (betabel),
maíz,
patatas (papas),
centeno,
avena,
arroz,
tomates y
cebolla. El país tiene también extensos viñedos y huertos de
cítricos y olivos. En
2005 la
producción anual (expresada en t) de cereales fue de 14 millones; de los
cuales 3,8 fueron de trigo, 8,3 de cebada, 4 de maíz y 126.100 t de
centeno. La producción anual de otros importantes productos era: 6,7
millones de toneladas de remolacha azucarera, 2,6 millones de patatas,
5,9 millones de uvas, 3,9 millones de tomates, casi 3 millones de
naranjas, y algo menos de 1 millón de cebollas.
Las condiciones climáticas
y topográficas hacen que la
agricultura de secano sea obligatoria en una gran parte de España.
Las provincias del litoral mediterráneo tienen sistemas de regadío desde
hace tiempo, y este cinturón costero que anteriormente era árido se ha
convertido en una de las áreas más productivas de España, donde es
frecuente encontrar
cultivos bajo plástico. En el valle del Ebro se pueden encontrar
proyectos combinados de regadío e hidroeléctricos. Grandes zonas de
Extremadura están irrigadas con aguas procedentes del río Guadiana por
medio de sistemas de riego que han sido instalados gracias a proyectos
gubernamentales (Plan Badajoz y regadíos de Coria, entre otros). Las
explotaciones de regadío de pequeño tamaño están más extendidas por las
zonas de clima húmedo y por la huerta de Murcia y la huerta de Valencia.
Ganadería
En especial la
ovina y la
porcina, tiene una importante trascendencia económica. En
2005 la
cabaña ganadera contaba con 22,7 millones de cabezas de ganado ovino,
25,1 millones de ganado porcino, 6,5 millones de
ganado vacuno, 3 millones de ganado
caprino,
240.000 cabezas de
ganado caballar y 131 millones de
aves de corral.
En España se produjeron
cerca de 32 millones de kg de
miel en el
año 2001.
Silvicultura y pesca
El corcho es el principal
recurso forestal de España y en 2001 la producción fue de 57.581
toneladas. La producción de pulpa de papel y madera de los bosques
españoles es insuficiente para cubrir las necesidades del país.
La industria pesquera es
menos importante hoy para la economía española que en tiempos pasados, a
pesar de que ocupa los primeros puestos entre los países europeos tanto
por el volumen de su flota como el de las capturas. La captura anual
ascendió a 1,2 millones de t en 2004 y estaba formada principalmente por
atún, calamares, merluza, sardinas, anchoas, caballa, pescadilla y
mejillones. Desde hace unas décadas la acuicultura (marina y
continental) ha tenido un gran desarrollo, destacando la cría de dorada,
lubina, mejillón, truchas, rodaballo y salmón; la producción total en
2003 fue de 311.287 toneladas.
Minería
La minería española desde
1996 ha
estado marcada por la reducción progresiva y obligada en la extracción
de carbones, un cierto estancamiento en la minería metálica y el
crecimiento constante de los minerales y rocas industriales (celestina,
sulfato sódico, sepiolita, fluorita, yeso, feldespato, pizarra, mármol,
granito…) cada vez con mayor peso en el sector minero. En
2003 la
producción minera anual (en
toneladas) englobaba unos 20,6 millones de
carbón
y lignito,
265.000 de
mineral de hierro, 70.000 de concentrados de
cinc, 2.000 de
plomo,
6,5 millones de
yeso, y 2.409.554 barriles de
petróleo crudo al año.
En
2001 los
principales productos mineros energéticos fueron el lignito y la hulla;
entre los minerales metálicos destacó el cinc y entre las rocas y
minerales industriales, la
sal común y las arcillas especiales. Las principales minas de carbón
están en la
provincia de Asturias y en el norte de la
provincia de León; los principales depósitos de mineral de hierro se
encuentran alrededor de
Santander y
Bilbao;
Almadén,
en la provincia de
Ciudad Real fue muy productiva en la extracción de
mercurio; y
Andalucía destaca por la minería metálica, con más de la mitad de la
producción del país.
Industria
En España se producen,
entre otros, textiles, hierro y acero, vehículos de motor, productos
químicos, confección, calzado, barcos, refino de petróleo y cemento,
destacando por su valor los sectores industriales de la alimentación y
bebidas y del material de transporte, entre los que cabe destacar el
sector del automóvil y el
sector industrial aeronáutico. España es uno de los primeros
productores mundiales de vino; la producción en 2003 fue de unos 30
millones de hectolitros. La industria siderúrgica, antes de su
reconversión de la década de
1990,
estuvo concentrada en
Bilbao,
Santander,
Oviedo
y Avilés.
Energía
El sector energético en
España supone aproximadamente un cinco por ciento del Producto interior
bruto del país, su importancia va más allá de su participación en la
producción total, al constituir un sector de carácter estratégico del
que necesitan todas las ramas de la actividad económica, siendo la
energía considerada necesaria para cualquier clase de producción de
bienes y servicios. Uno de los elementos más destacados del sector
energético en España, en los dos últimos siglos, ha sido la escasez y
pobreza de los recursos energéticos existentes en el territorio
nacional. Esta escasez ha condenado tradicionalmente al sistema
energético nacional a una situación de déficit y dependencia exterior.
El grado de autobastecimiento exterior se cifra en 2008, en un
veinticinco por ciento. que se deriva de un consumo de
energía primaria en 2008 de 142.070 Kilotoneladas
equivalentes de petróleo (Ktep), con un descenso del 3,1% sobre el
de 2007.
La demanda energética en
España desde el año 2002 ha ido creciendo en torno al 3,5 % anual, con
algunas variaciones, como en el año 2003 con un crecimiento próximo al
7 %. Con un incremento de consumo desde los 211.500
GWh del 2002 a los 253.600 del año 2006.
En 2008, el 50% de la
energía producida en España fue de origen
nuclear (15.368 Ktep o miles de toneladas equivalentes de petróleo),
el 15% procedió del carbón, el 6% de la energía hidraúlica y el 29% de
otras energías renovables.
En
energías renovables, España es el primer productor de energía solar
y el segundo de energía eólica del mundo en el 2008.
Tras el "boom" de
instalación de paneles fotovoltaicos en España durante el 2008, la
potencia real de producción de energía solar podría alcanzar los 3.130
MW, superando a Alemania que era el primer productor, según datos de la
Comisión Nacional de la Energía (CNE).
Desde hace unos años en
España es mayor la capacidad teórica de generar energía eólica que
nuclear con 16.740 MW instalados en el 2008. En el 2003 España llegó a
ser el mayor productor mundial, pero se prevee que EE.UU., Alemania y
China estarán por delante en el 2010. España y Alemania también llegaron
a producir en 2005 más electricidad desde los parques eólicos que desde
las
centrales hidroeléctricas.
La producción de energía
hidráulica en España puede llegar a los 2.220 MW en el 2010. La segunda
mayor producción de la U.E. tras Italia.
Según un informe de
Ernst & Young de octubre de 2008, España es el quinto país del mundo
más atractivo para invertir en energías renovables, tras Estados Unidos,
Alemania, India y China.
Reservas internacionales
Las
reservas internacionales son depósitos de moneda extranjera
controlados por bancos centrales y otras autoridades monetarias. Las
reservas internacionales de España durante 2008 superaron los 19.000
millones de dólares estadounidenses.
Las reservas
internacionales de España son 1.93 billones de dólares inferiores a las
de China, 990.000 millones de dólares inferiores a las de Japón, 360.000
millones a las de Rusia, 90.000 millones a las de Francia, 50.000
millones a las de Estados Unidos. Por otra parte, son 4.000 millores
superiores a las de Bélgica, 7.000 millones a las de Portugal o 11.000
millones a las de Finlandia.
Turismo
España es el segundo país
del mundo que recibe más turistas extranjeros, según datos de la
Organización Mundial de Turismo, tan sólo por detrás de
Francia,
y disfruta de una cuota del 7% del turismo mundial, por delante de
Estados Unidos e
Italia.
El turismo le reportó a
España 48.181 millones de euros durante el año 2006, lo que supone un
4,7 por ciento más que en 2005, y la sitúa en segunda posición en
ingresos económicos, por detrás de Estados Unidos, y por delante de
Francia e Italia.
Entre enero y diciembre de
2006
recibió un total de 58,8 millones de turistas extranjeros, un 4,5% más
de los registrados en el mismo período del año anterior, según datos del
Ministerio de Industria, Turismo y Comercio.
Cataluña es el primer destino
turístico de España. Los 15 millones de turistas que recibió suponen un
25,3% del total de las llegadas registradas en toda España, y
representan un incremento del 6,9% respecto al mismo período del año
anterior.
El segundo destino
turístico de España son las
islas Baleares, que recibieron 10,1 millones durante el 2006, un
4,7% más que el año anterior. Las
islas Canarias, con 9,6 millones de turistas (un 1,8% más que el año
anterior) es el tercer destino turístico por delante de
Andalucía, que alcanzó los 8,5 millones (un 2,3% más), la
Comunidad Valenciana, con 5,5 millones (un 1,5% más) y
Madrid, que recibió 3,9 millones de turistas (un 14,7 % más). Cabe
señalar que la capital española alberga la sede de la
Organización Mundial del Turismo.
Según las previsiones de
la Organización Mundial de Turismo, la llegada de turismo extranjero a
España crecerá una media del 5% anual en los próximos veinte años, lo
que hace prever que España recibirá 75 millones de turistas extranjeros
en el año 2020, casi 20 millones más que los recibidos en el año 2005.
Moneda y banca
La unidad monetaria es el
euro
(aproximadamente, un euro se cambia a 1.50 dólares estadounidenses) y se
emite por el
Banco de España, en coordinación con el
Banco Central Europeo. Desde el 1 de enero de
1999, el
euro se vinculó al valor de la
peseta,
con un cambio fijo de 166,386 pesetas por euro. El 1 de enero de
2002, la
peseta dejó de circular, siendo el euro la única moneda de curso legal,
aunque los ciudadanos en posesión de pesetas siempre podrán cambiarlas
por euros en el Banco de España.
El país cuenta con un
potente sistema bancario, con gran número de
bancos
comerciales y
cajas de ahorros, que en total alcanzan una capitalización
79.770.000.000 €, el 6,50% del total mundial (datos de abril de 2008)[cita requerida],
y que le sitúa el 4º del mundo, por detrás de Estados Unidos de América,
Reino Unido y Suiza. Dos bancos españoles se sitúan entre los 20
primeros del mundo por capitalización bursátil: SCH (11º) y BBVA (19º).
Las principales
bolsas se encuentran en
Madrid,
Barcelona,
Bilbao
y
Valencia. En otras ciudades operan
bolsines.
Exportaciones a |
Importaciones de |
País |
Porcentaje |
País |
Porcentaje |
Francia |
19,3 % |
Alemania |
15,0 % |
Alemania |
11,4 % |
Francia |
14,5 % |
Portugal |
9,4 % |
Italia |
8,5 % |
Reino
Unido |
8,5 % |
Reino
Unido |
5,8 % |
Italia |
8,4 % |
Países
Bajos |
4,9 % |
Estados
Unidos |
4,0 % |
China |
4,3 % |
Países
Bajos |
3,1 % |
Bélgica |
3,7 % |
Bélgica |
2,8 % |
Portugal |
3,3 % |
Otros |
33,1 % |
Otros |
40,0 % |
Fuente:
INE, 2005 |
Comercio exterior
En 2003 España importó
productos por valor de 210.860 millones de dólares y las exportaciones
ascendieron a 158.213 millones de dólares con lo cual España importa más
de lo que exporta. Entre las principales importaciones se encontraban
combustibles minerales y lubricantes, maquinaria y equipos de
transporte, crudo, productos manufacturados, alimentos, animales vivos y
productos químicos. Los principales productos exportados son: maquinaria
y equipos de transporte, alimentos y animales vivos, vehículos de motor,
hierro y acero, textiles y artículos de confección. Los principales
intercambios comerciales de España tienen lugar con los demás países de
la Unión Europea (destacando
Francia,
Alemania,
Italia,
Reino Unido, los países del
Benelux
y
Portugal),
Estados Unidos y
Japón.
Los ingresos por turismo, que en
2004
ascendieron a unos 37.250 millones de
euros, ayudan a compensar el
déficit de la balanza comercial española; el número de personas que
visitaron el país en ese mismo año fue de unos 85 millones.
Ciencia y tecnología
España está bien equipada
en términos de infraestructura tecnológica e industrial, habiendo
proliferado en los últimos años los parques tecnológicos en las
principales áreas industriales, así como en torno a las
Universidades y
Centros de Investigación y Desarrollo (I+D). Actualmente existen 41
parques tecnológicos (12 en funcionamiento y 29 en proyecto). En estos
parques están establecidas 1080 empresas, 108 Centros de I+D y 12
incubadoras. El gasto en I+D ha crecido fuertemente en estos últimos
años. El nuevo Plan Nacional de Investigación y Desarrollo (2004-2007)
prevé que el gasto alcance el 1,4% del Producto Interior Bruto en 2007.
Vivienda
España tenía un parque de
24.677.227 viviendas a finales del año 2006, según datos del
Banco de España, sobre un total de 16,03 millones de hogares
españoles. Estas cifras indican un promedio de 1,54 viviendas por hogar
español. Según las mismas fuentes, el 85% de las viviendas en España son
de propiedad, y sólo un 15% se disfrutan en régimen de alquiler.
El precio medio de la
vivienda nueva en España es de 2510
€/m2,
según datos de la
Sociedad de Tasación a 31 de diciembre de 2005. El precio de la
vivienda, sin embargo, varía ostensiblemente en función de las
comunidades autónomas y las capitales de provincia.
Transporte
España cuenta con 105
aeropuertos situados en las distintas regiones, de ellos 33 son
internacionales, donde operan más de 250 líneas aéreas, siendo el más
importante el aeropuerto de Madrid-Barajas. Tras la ampliación de
Barajas, este pretende ser uno de los aeropuertos de conexión más
importantes del mundo y tener una capacidad para 70.000.000 de viajeros
(casi 30 millones más que en el 2005). Barajas realiza un importante
papel de "hub" o conexión entre capitales de provincia y el extranjero.
El aeropuerto de Barcelona, no se queda atrás, y tras la inminente
inauguración de la nueva Terminal sur (T4 o D)(año 2008), será el
segundo aeropuerto del sur de Europa más importante, con 60.000.000 de
pasajeros al año,(unos 30.000.000 de pasajeros más que en el 2005).
También, en el 2012, seguirá la ampliación del aeropuerto de Barcelona
con la Terminal 5 o E, que aumentará la capacidad del aeropuerto hasta
los 75.000.000 de pasajeros, unos 15.000.000 más que con las 4
terminales operativas.
Las vías y estaciones de
la red de ancho ibérico son gestionadas por
ADIF. En
ellas ofrece sus servicios la compañía ferroviaria estatal
RENFE. Además, existen diversas redes de ancho internacional (FGC)
y algunas líneas de ancho métrico (FEVE).
El sistema ferroviario español es fundamentalmente radial con centro en
Madrid. La ciudad de Barcelona permite conectar España con Paris, Zurich
y Milán entre otras ciudades europeas.
Los servicios de
Alta Velocidad Española (AVE) prestados por
RENFE reducen a la mitad el tiempo de desplazamiento en coche y
alcanzan más de 250
km/h. La velocidad máxima comercial de sus trenes es de 300 km/h y
su velocidad punta es de 356,8 km/h.
La red de metro está
disponible en seis ciudades:
Barcelona,
Bilbao,
Madrid,
Palma de Mallorca,
Sevilla y
Valencia. Está en construcción en ciudades como Alicante, Málaga y
Granada; y planificada para Santander. La más extensa y con mayor número
de pasajeros al año es la de Madrid (310 km; 616 millones de viajeros),
seguida por la de Barcelona (115 km; 480 millones de viajeros).
La red de carreteras
española está formada por unos 370.000 km. Esta red comprende
autopistas de peaje, autopistas libres,
autovías,
carreteras de doble calzada y carreteras convencionales. En esta cifra
no están incluidas las carreteras y calles en medio urbano, ni las
carreteras o caminos agrícolas o forestales. Pero refiriéndose a
autopistas solamente, tiene una red que casi llega a los 13.200 km. El
plan de inversión del Gobierno supone que España contará en el año 2010
con una red de autopistas de más de 13 000 km, convirtiéndose en una de
las más amplias y modernas del mundo.
Así mismo, España goza de
excelentes comunicaciones marítimas con más de 53 puertos
internacionales en las costas atlántica y mediterránea. Cabe destacar el
puerto de Algeciras, el único de España considerado de primer orden
mundial por su elevado movimiento de viajeros y mercancías, así como el
puerto de Vigo, siendo también uno de los más activos en cuanto a
tráfico de mercancías, capturas vivas de pescado y congelados. El
Puerto de Sevilla es el único de carácter netamente fluvial que
existe en el país, pues aunque la ciudad está en el interior, tiene
salida al mar a través del
río Guadalquivir. El vecino
puerto de Cádiz es un punto estratégico para el embarque de
mercancías hacia el archipiélago atlántico de
Canarias. El
puerto de Barcelona, por ser líder del Mediterráneo en tráfico de
cruceros, y el segundo en ámbito mundial.
Telecomunicaciones
Finalmente, España posee
una buena red de telecomunicaciones; a la extensa red de cable de fibra
óptica convencional hay que añadir una de las mayores redes de cable
submarino y conexión vía satélite con los cinco continentes.
El operador mayoritario en
telefonía y acceso a Internet es la multinacional
Telefónica, con sede en Madrid, que opera tanto en telefonía fija
como móvil, y procede del monopolio estatal de la telefonía. Sin
embargo, el mercado de telecomunicaciones está abierto a la competencia
en todos sus sectores desde la ruptura del monopolio, en 1994 para la
telefonía móvil con la aparición de
Airtel y en 1998 en fija con la salida al mercado de
Retevisión.
En
telefonía fija y
acceso a Internet, en la actualidad existe un mercado de acceso por
cable organizado por
demarcaciones en la mayor parte de las cuales opera
ONO, además
de algunas empresas de ámbito regional en sus respectivas demarcaciones.
Además, el operador dominante (Telefónica) está obligado a permitir a
terceras empresas la prestación de servicios en su red mediante el
alquiler de los pares de cobre de su propiedad y de espacio en sus
centrales.
En
telefonía móvil, existen cuatro operadores con red propia y un
número considerable de
operadores móviles virtuales que se reparten un mercado en el que,
desde 2006, hay oficialmente más líneas que habitantes. España es uno de
los países de la
Unión Europea con mayor extensión y calidad de
cobertura; según un estudio del Ministerio de Industria de 2006, el
98% del territorio español cuenta con cobertura GSM, por delante de
países como Francia, Italia o Alemania.
Medio ambiente
FUENTE: Ministerio de Medio
Ambiente.
Desde el año 1996 el
índice se han incrementado las emisiones de
CO2 notablemente, incumpliendo de largo con los objetivos
del
Protocolo de Kioto sobre emisiones generadoras de
Efecto invernadero y contribuyentes del
Cambio climático. Los informes de medio ambiente sugeridos por las
recomendaciones de revisión del inventario español llevados a cabo por
la Secretaría de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio
Climático (SCMCC)
arrojan el siguiente resultado de dióxido de carbono (equivalente en
gigagramos):
España es un país
especialmente afectado por el fenómeno de la
sequía:
durante el período 1880-2000 más de la mitad de los años se han
calificado como de secos o muy secos. En la década de los 80, siete años
se han considerado secos o muy secos y cinco en los años 90. El cambio
climático preludia para España gravísimos problemas medioambientales,
agravando los rasgos climáticos más extremos.
Según el
premio nobel
de la paz,
Al Gore,
España es el país europeo más vulnerable al
cambio climático.
Por otro lado,
Ban Ki-moon ha pedido a España un "liderazgo todavía más activo" en
la lucha contra el cambio climático.
Religión
El artículo 16.3 de la
Constitución Española vigente define el país como un Estado
aconfesional: "Ninguna confesión tendrá carácter estatal". Sin
embargo, garantiza la libertad religiosa y de culto de los individuos y
asegura relaciones de cooperación entre los poderes públicos, y todas
las confesiones religiosas.
El
catolicismo es la religión predominante en el país.
La Iglesia Católica es la única mencionada expresamente en la
Constitución, en el mismo artículo 16.3: "... y mantendrán las
consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las
demás confesiones". Según el barómetro de opinión del
Centro de Investigaciones Sociológicas realizado en
Octubre
de 2009. El
76,6% de los españoles se consideraban católicos, los
ateos,
o no creyentes el 19,8% y otra religión el 1,7%. No obstante, el
porcentaje de practicantes es mucho menor. Según el mismo estudio, los
católicos o creyentes en otra religión, que dice no ir a
misa o a
otros oficios religiosos nunca o casi nunca son el 57,0%, y el 15,2%
dice ir varias veces al año, mientras el 14,3% dice acudir a oficios
religiosos casi todos los domingos y días
festivos, el 14,3 lo hace alguna vez al mes, y un 1,7% dice acudir
varias veces por semana. Por otra parte, según un estudio del
19 de abril de
2005 del
New York Times, sólo el 18% de los españoles acude a misa de forma
regular. Entre los menores de 30 años, ese porcentaje se reduce al 14%.
El 46% de los jóvenes españoles de 15 a 24 años dicen ser
agnósticos, ateos o indiferentes[cita requerida],
lo que indica el declive de la religiosidad de la población.
En cuanto a miembros, la
segunda religión en importancia es la
musulmana. Se calcula que hay unos 800.000 fieles, procedentes
fundamentalmente de las recientes olas de
inmigración. Les siguen los
Testigos de Jehová con 103.784 fieles. Hay también varias iglesias
protestantes, que suman cerca de 50.000 seguidores (la estadística
propia de los protestantes en España indica 1.200.000, de los cuales
400.000 son españoles y el resto son extranjeros que residen en España
más de seis meses), así como unos 20.000
mormones; por su parte, la comunidad judía en España no supera los
15.000 fieles.
En España existe el
concepto de religión de
notorio arraigo, un estatus concedido por el Ministerio de Justicia
a través de la Dirección General de Asuntos Religiosos tras el informe
correspondiente de la Comisión Asesora de Libertad Religiosa. Además del
catolicismo, tienen el carácter de religiones de notorio arraigo las
siguientes (por orden de acuerdo):
protestantismo,
judaísmo,
islam (todas desde 1992),
mormones,
testigos de Jehová y
budismo,
esta última aceptada en 2007.
Cultura
Fiestas oficiales
El calendario de fiestas
oficiales se fija cada año, dependiendo de la distribución semanal. El
repertorio de fiestas comunes para toda España suele elegirse de entre
las siguientes;
Además de nueve
festividades de ámbito nacional, cada
Comunidad Autónoma puede fijar dos festivos, aparte del día de la
Comunidad Autónoma, y cada
municipio otros dos, de tal forma que el máximo de días festivos en
cada localidad no exceda de catorce.
Festividades religiosas de ámbito público
La religión católica ha
sido la predominante en España a lo largo de la Historia. Así pues, es
significativo y trascendente el papel festivo que desempeñan en algunas
ciudades como
Granada,
Sevilla,
Málaga
o
Valladolid entre otras.
Las festividades
religiosas de ámbito público que destacan son aquellas relacionadas con
la Pasión de Cristo (como las
semanas santas de
Granada,
Málaga,
Sevilla o
Valladolid) y la Pascua, especialmente el
Pentecostés y el
Corpus Christi:
Arte
Los diferentes pueblos que
pasaron por España a lo largo de la Historia, la situación fronteriza de
la Península entre dos continentes con tradiciones culturares muy
diversas, el largo perídodo de influencia política de la monarquía
hispánica, y la expansión de la misma en el continente americano, han
determinado que el acervo cultural, artístico y patrimonial de España
sea uno de los más ricos, variados e influyentes de
Occidente.
España ha sido cuna de
grandes autores en prácticamente todas las disciplinas artísticas,
siendo singularmente relevante la aportación española al campo de la
pintura, con genios de signficación universal, como
Velázquez,
Goya o
Picasso, y de la literatura, que ha dado los nombres imprescindibles
de
Cervantes,
Quevedo,
Galdós o
Lorca, entre otros muchos.
Patrimonio de la Humanidad
Cabe destacar que España
es el segundo país del mundo tras Italia con más monumentos
Patrimonio de la Humanidad. En la actualidad cuenta con 40 más los
Pirineos que comparte con Francia.
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1984
Parque Güell,
Palacio Güell y
Casa Milà (Barcelona)
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1984
Monasterio y Real Sitio de El Escorial (Com.
Madrid)
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1984
Catedral de Burgos (Burgos)
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1984 La
Alhambra,
El Generalife y
Albaycín (Granada)
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1984
Centro histórico de Córdoba (Córdoba)
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1985 Monumentos de
Oviedo
y del Reino de Asturias (Asturias)
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1985
Cueva de Altamira (Cantabria)
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1985
Ciudad vieja de Segovia y su
Acueducto (Segovia)
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1985
Ciudad vieja de Santiago de Compostela (La
Coruña)
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1985
Ciudad vieja e iglesias extramuros de
Ávila
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1986, 2001
Arquitectura mudéjar de Aragón
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1986
Parque Nacional de Garajonay, en
La Gomera (Santa
Cruz de Tenerife)
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1986
Ciudad vieja de Cáceres (Cáceres)
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1986
Ciudad histórica de
Toledo
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1987
Catedral,
Reales Alcázares y
Archivo de Indias de Sevilla (Sevilla)
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1988
Ciudad vieja de
Salamanca
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1991
Monasterio de Poblet, (Tarragona)
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1993
Conjunto arqueológico de Mérida (Badajoz)
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1993
El Real Monasterio de Santa María de Guadalupe, (Cáceres)
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1993 El
Camino de Santiago de Compostela
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1994
Parque Nacional de Doñana, (Cádiz,
Huelva y
Sevilla)
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1996
Ciudad histórica fortificada de Cuenca (Cuenca)
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1996
La Lonja de la seda de Valencia (Valencia)
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1997
Palacio de la Música Catalana y
Hospital de Sant Pau, (Barcelona)
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1997
Las Médulas (León)
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1997
Monasterios de San Millán de Suso y de
Yuso, (La
Rioja)
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1998
Arte rupestre del Arco Mediterráneo de la península Ibérica
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1998 Universidad y
recinto histórico de
Alcalá de Henares, (Madrid)
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1999
Ibiza (Islas
Baleares), biodiversidad y cultura
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1999
San Cristóbal de La Laguna, (Santa
Cruz de Tenerife)
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2000 Sitio
Arqueológico de
Atapuerca, (Burgos)
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2000
Palmeral de Elche, (Alicante)
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2000
Iglesias románicas del Valle de Bohí, (Lérida)
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2000
Muralla romana de Lugo (Lugo)
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2000
Conjunto arqueológico de Tarragona (Tarragona)
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2001
Misterio de Elche, (Alicante)
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2001
Paisaje cultural de Aranjuez, (Madrid)
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2001
Construcciones, arte e historia de
Aragón
-
2003 Ciudades de
Baeza
y Úbeda,
(Jaén)
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2005 Portal de la
Natividad de la
Sagrada Familia y Cripta de la
Colonia Güell, (Barcelona)
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2006
Puente de Vizcaya,
Portugalete -
Guecho
(Vizcaya)
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2007
Parque nacional del Teide,
Tenerife (Santa
Cruz de Tenerife)
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2009
Torre de Hércules, (La
Coruña)
Tauromaquia
En España se conserva la
tradición de realizar diversos
espectáculos taurinos, tales como
encierros o
corridas de toros, que son seña de identidad de numerosas fiestas
populares.
Las
plazas de toros con mayor afluencia, así como trascendencia en la
temporada taurina son la de "Las
Ventas" en
Madrid,
la
Monumental en
Pamplona y la
"La Maestranza" en
Sevilla,
así como la de
Plaza de toros de Valencia.
Deportes
El deporte en
España
es dominado, principalmente, por el
fútbol
(desde el siglo XX), el
baloncesto, el
ciclismo, el
tenis, el
balonmano, y por los deportes de
motor,
siendo el
atletismo el más practicado. Hoy en día, España, es una potencia
mundial en el ámbito deportivo, sobre todo desde los
Juegos Olímpicos de 1992 en la ciudad de
Barcelona, que promocionó gran variedad de deportes en el país.
España es una potencia mundial en las artes marciales, especialmente
karate,
taekwondo y
judo .
España ha tenido campeones
del mundo en deportes tan dispares como:
fútbol sala,
pádel,
balonmano,
hockey patines,
waterpolo,
vela,
karate,
judo,
taekwondo,
boxeo,
tenis,
atletismo,
gimnasia,
trial,
enduro,
triatlón,
natación,
windsurf,
golf,
motociclismo,
rally,
ciclismo y, más recientemente,
Fórmula 1 y
baloncesto.
En 2010 España gana el Mundial de Fútbol en Suda África
En España se celebra
anualmente en verano la
Vuelta ciclista a España. |
Castillo de Sancti Petri, visto desde
Chiclana de la Frontera (Cádiz). En este lugar se hallaba el Templo de
Hércules Melkart.
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Teatro Romano de Mérida (Badajoz).
Castro prerromano del norte de España.
Busto del emperador Adriano, nacido en
Itálica, actualmente Santiponce (provincia de Sevilla).
Acueducto de Segovia
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La Muralla de Ávila, construida en la
Edad Media.
Interior de la Mezquita-Catedral de
Córdoba.
La Catedral de León, símbolo del
esplendor de la arquitectura gótica francesa española.
La rendición de Granada a los
Reyes Católicos, de Francisco Pradilla,
reconstrucción idealizada característica de la pintura historiográfica
española del siglo XI
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Mapa diacrónico que
muestra las áreas que pertenecieron al Imperio español en algún momento
durante un periodo de 400 años.
El Imperio español en su cúspide territorial alrededor de 1790
Regiones de influencia (exploradas y/o reclamadas pero nunca
controladas) o colonias en disputa o de corto control
Posesiones del Imperio portugués gobernadas por España entre 1580-1640
por anexión dinástica
Territorios perdidos en o después de 1717 por la Paz de Utrecht
Marruecos y Sáhara Occidental 1884-1975.
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Felipe II.
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Situación del Imperio español. En azul
los territorios independizados en la Guerra de Independencia
Hispanoamericana
La reina Isabel II.
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Alfonso XIII en 1901, fue rey de España
desde su nacimiento hasta el advenimiento de la Segunda República.
Juan Carlos I - Rey de España
Distribución geográfica del crecimiento
de la población española a lo largo del siglo XX.
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Congreso de los Diputados, parte de las
Cortes Españolas, una de las cámaras que constituye el poder
legislativo.
La Moncloa, residencia oficial del
Presidente del Gobierno, cabeza del poder ejecutivo.
Tribunal Supremo, culminación del poder
judicial.
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Comunidades autónomas de España.
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Un AV-8 Harrier II realizando un
apontaje vertical en el portaaviones Príncipe de Asturias (R11).
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Zapatero en la Asamblea General de la
ONU
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Faro de Melilla
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Posesiones españolas en el norte de
África.
Relieve de España peninsular y Baleares
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Las Médulas, en El Bierzo (León).
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El Teide, en la isla de Tenerife, es el
punto más alto de España.
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Densidad de población en España (2008)
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Principales áreas metropolitanas.
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Español
/ Castellano, oficial y hablado en todo el territorio
Catalán
/ Valenciano, cooficial
Euskera,
cooficial
Gallego,
cooficial
Asturiano,
sin carácter oficial, objeto de protección según el Estatuto de
Autonomía de
Asturias
Leonés,
sin carácter oficial, objeto de protección según el Estatuto de
Autonomía de
Castilla y León
Aragonés
- Aranés,
cooficial
Extremeño
- Fala
-
Fachada del Banco Español de Crédito
(Barcelona).
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Viñedos de La Rioja.
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Cartel publicitario de una compañía
bodeguera convertido en una imagen iconográfica del toro de lidia.
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Monumento al minero en Riotinto,
Huelva.
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Reservas internacionales globales - año
2007
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Cala Galdana. Isla de Menorca
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Símbolo del Euro y del BCE
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Gran Telescopio Canarias, perteneciente
al Instituto de Astrofísica de Canarias, en la isla de La Palma.
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Avión A320 de Iberia, primera compañía
aérea de bandera española, fundada en 1927.
Alta Velocidad Española (AVE). Talgo
350.
Uno de los Ferrys que realiza el
trayecto Algeciras-Ceuta.
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Fachada de la Catedral de Santiago de
Compostela (La Coruña).
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Dantzari bailando un
aurresku
Casteller
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Palacio Real
Palacio Real de La Granja
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Parque Güell
Alcázar de Segovia
Monasterio de Guadalupe
San Millán de Suso
Palmeral de
Elche
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Plaza de toros de Málaga
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La selección española de fútbol celebra
la consecución del
Campeonato Europeo de selecciones nacionales de 2008.
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En 2010 España gana el Mundial de Fútbol en Suda África
La selección española de fútbol
Campeón del mundo 2010.. ver |