Dalt Vila:
Es el centro de Ibiza, situado en lo más alto de la montaña y rodeado de
las viejas murallas. Contiene varios edificios interesantes por su
antigüedad.
El barrio de sa
Penya:
Es un típico barrio situado debajo de las murallas del pueblo de Ibiza
que destaca por su colorido. Es, a su vez, observador de la brillante
vida ibicenca, tanto de día como de noche.
La Catedral de la
ciudad:
Situada en Dalt Vila, su torre es del siglo X y la nave del siglo XVIII.
En su interior hay obras góticas, barrocas y renacentistas. También
recomendamos ver los museos arqueológicos y el museo monográfico de Puig
de Molins.
Santa Eulalia:
Una vez que se llega, podéis comprobar que es un llamativo pueblo de
pescadores y que se ha ganado el salir en las principales guías
turísticas. Tiene unas cuantas playas catalogadas como las mejores de la
isla, que son: Casa blanca o Es Canar y playas de Santa Eulalia.
San Juan:
Su mayor atractivo es una singular reliquia histórica, la Cueva des
Cuieram. También podemos destacar las siguientes calas: Cala de Sant
Vicent, Cala Portinaitx y Cala Xarraca.
San Antonio:
Conocido por su vida nocturna, no sólo sus playas son atractivas sino
también la gente que la frecuenta.
San José:
Se enorgullece de tener una de las iglesias más bellas de Ibiza y, cómo
no, de unas playas maravillosas como son Cala D'Or, Cala Bassa, Cala
Tarida o Es Vedrá. Ibiza en sí es una ciudad que hay que vivir tanto de
día como de noche, y ver la transformación que sufre. No hay que olvidar
que es la isla con más fiesta, ya que alberga las mejores discotecas del
país. |