El paraje es ideal para el senderismo a lo largo del cauce del río Águeda que la separa del territorio portugués, y sobre todo por el privilegiado Parque Natural de los Arribes del Duero.
La villa de origen medieval posee vestigios del asentamiento primitivo de vetones y romanos, destacando a la entrada de la población, el verraco prerromano denominado popularmente como “El Burro de San Antón”.
Verraco
El recinto amurallado de forma oval constituye la “cerca vieja” compuesta por cubos rectangulares del S. XII, torres albarranas del S. XIV y paredes abaluartadas construidas por los portugueses en 1700 durante la Guerra de Sucesión.
Cerca vieja
El castillo del Duque de Alba tiene su origen en la Torre del Homenaje construida por el rey Dionis de Portugal a finales del S. XIII. A la torre exenta de la muralla se le añadió posteriormente una doble barrera artillera.
Castillo del Duque de Alba
De las primitivas entradas al recinto medieval se conserva el Arco del Puerto y la Torre de las Campanas. La primera está formada por un arco apuntado del S. XIV mientras que la segunda es una torre de planta cuadrada de granito del S. XIII coronada por un campanario, accediendo al interior por un arco apuntado de transición al gótico.
Torre de las Campanas
La Plaza Mayor está presidida por la Casa Consistorial (S. XVI) y la Iglesia de Nuestra Señora entre dos Álamos. La iglesia abarca varios estilos desde el románico al plateresco pasando por el gótico y el barroco, iniciándose su construcción en el S. XIII (puerta románica), siendo la nave principal del S. XVI y las torres del campanario del S. XVIII.
Iglesia de Nuestra Señora entre dos Álamos
La villa cuenta con casas solariegas como La Alhóndiga, la casa de los Mayorazgo o la casa de los Señores del Ron.
Posee tres ermitas: la Ermita del Rosario, la Ermita de los Remedios y la Ermita del Divino Cordero, guardándose en esta última una imagen de Jesús Nazareno de gran fervor popular.
Ermita del Divino Cordero
Las fiestas del Noveno, en el segundo fin de semana de mayo, conmemoran la exención del pago de una novena parte de las cosechas de sus habitantes al Duque de Alba.
En el Centro de Turismo Rural Mesa del Conde podemos disfrutar de la cocina tradicional: revuelto de farinato, queso de oveja de los Arribes, cordero de la abuela Paca, chuletillas de cordero churro a la miel, tostón dorado o el chuletón de buey.
Todo ello se debe regar con los vinos con D. O. Arribes del Duero, donde la uva tinta autóctona Juan García es la predominante en los caldos, además de la uva Rufete y Tempranillo.