Panorámica de Siurana
Entre sus escasas calles reina el silencio y en lo más alto del enclave rocoso se localiza los restos del castillo musulmán, que fue centro del último reino de taifa reconquistado en Cataluña en 1153 tras el asedio de Bertran de Castellet, dando lugar a la “leyenda de la Reina Mora”.
Siurana
Abd-al-Azia, la supuesta reina mora de la leyenda, era la esposa del walí de Siurana. Mientras se perfumaba, fue sorprendida por los cristianos, con la espalda y los brazos desnudos. Cuando la vieron los cristianos, se sorprendieron por su gran belleza y le prometieron la vida si se convertía al cristianismo.
La princesa tomó su caballo, lo montó y lo condujo hacia el precipicio; el caballo reculaba relinchando con fuerza delante del abismo.
Viendo la resistencia del caballo le asestó un golpe en el vientre y empezó a correr, pero de repente, justo delante del abismo se paró con suma brusquedad, dejando en la roca marcada la herradura de una de sus patas.
Abd-al-Azia clavó su espada en el suelo y el caballo, muy asustado, saltó y se perdió absorbido por el precipicio.
Castillo de
Siurana
La iglesia de Santa María es la joya de la población, una iglesia románica del S. XII. Posee una nave única y un ábside con una ventana central, siendo cuadrada la torre del campanario. La portada meridional posee tres arquivoltas sobre sus columnas con capiteles antropomórficos y vegetales.
Portada meridional
En el tímpano se representa una crucifixión, donde Cristo aparece rodeado por el sol y la luna, dos leones y ocho personajes sobre arquerías.
La portada y el tímpano son enmarcados por un guardapolvos en doble zigzag.
Tímpano de Santa María de Siurana
Numerosas rutas senderistas bordean el valle de Siurana y suben hasta la villa por el torrente del Estopiñá. En plena Sierra del Montsant las posibilidades para practicar senderismo son múltiples con infinidad de caminos P.R. y G.R.
En la cercana localidad de La Morera de Montsant encontramos los restos de la Cartuja de Scala Dei. Edificada en el S. XII es considerada la primera cartuja de la Península Ibérica. Las tierras donde asienta fueron donadas por Alfonso II el Casto en 1194.
Cartuja de Scala Dei
En pleno corazón del Montsant se pueden degustar platos como “cargols a la llauna”, el conejo con caracoles, los níscalos en otoño, la “truita amb suc” (tortilla en salsa) o el bacalao con alcachofas.
Los vinos con D. O. Montsant acompañan a esta gastronomía tarraconense, con predominio de la uva garnacha y cariñena.