Estas playas y calas imprimen belleza.

Todas ellas poseen certificaciones internacionales en gestión de calidad y medioambiental; una auténtica garantía en los servicios que se ofrecen.

Además, en la costa dianense es posible encontrar numerosas microreservas de flora.

Destaca por ejemplo la Reserva Marina del Cabo San Antonio, área protegida que posee un ecosistema de alto valor natural.

Una muy bonita cala, ideal para fondear embarcaciones y disfrutar de la transparencia de sus aguas.

El acceso es difícil porque el camino a la playa se hace a pie (en verano está prohibido circular en coche).

Esto la dota de una cierta privacidad y quizás por ello es favorita de los practicantes del nudismo. La orilla es muy estrecha (de aquí su nombre), y en muchos tramos no supera los dos metros.

En un área densamente boscosa se erige esta playa virgen que es orgullo de los menorquines y puro goce para sus visitantes.

Sus aguas cristalinas son un verdadero placer que invitan a descansar y dejarse llevar.

Como curiosidad, se pueden visitar varias cuevas, una en la entrada de la cala llamada "Es Castell de Macarella". A menos de 500 metros se encuentra la Macarelleta, igual de virgen, bonita y más pequeña.

Playa de gran belleza, situada en las inmediaciones de la ciudad de Santander, entre Cabo Menor y Cabo Mayor, ocupando una cala al abrigo de altos acantilados.

A pesar de encontrarse aislada, suele tener una alta afluencia de público en verano. Cuenta con aguas limpias y un agradable paseo marítimo desde el que se aprecian unas vistas inmejorables.

Ubicada en la zona más septentrional del Parque Natural Cabo de Gata, Níjar, es una playa totalmente recta, como dibujada con una regla.

Tiene unas vistas magníficas y su agua ofrece unos tonos azules cautivadores.

Además, hay un islote que es habitualmente usado por nudistas. Su nombre, según cuentan, tiene que ver con los remolinos y corrientes de sus aguas.

Playa ubicada dentro del Monumento Natural de Los Ajaches. Es una gran cala de enorme belleza y abrigada por los paredones del cantil que la rodean por ambos lados.

Hay que ir bien preparado para pasar el día, porque si bien el acceso es fácil, al estar apartada de los núcleos de población, disponen de pocos servicios.

Esta playa une las islas de Monteagudo y del Faro del archipiélago de las islas Cíes. Posee una arena fina y blanca, así como unas aguas cristalinas de color esmeralda que deleitan a todo el que la visita y se anima a enfrentar el frío de sus aguas.

Junto a ella se conservan zonas de dunas naturales que, actualmente, están en recuperación.

Se puede pasar la noche en un idílico camping, situado entre grandes pinos y con una hermosa vista al océano.