Los valles pasiegos son de un verde intenso y
luminoso, de suaves colinas, angostos valles, vacas y pastos,
casonas, palacios y cabañas. Es la Cantabria que permanece
inalterable en el tiempo, con la misma forma de vida y las
mismas tradiciones y costumbres de siempre.
Selaya -
Ayuntamiento de Selaya
La ruta comienza siguiendo el curso del río
Pisueña desde Sarón, muy cerca de la N-634, yendo
directamente a Villacarriedo y Selaya por la CA-142. Se
trata de poblaciones de bellas casas montañesas y palacios
con blasones pertenecientes a viejos linajes.
Palacio
de Soñanes Villacarriedo - Gtres
El palacio de Soñanes, una de las joyas
arquitectónicas de Cantabria, se encuentra en Villacarriedo.
Levantado a principios del siglo XVIII sobre una torre de
1516, dos de sus cuatro fachadas son de estilo
barroco-churrigueresco; ahora es un hotel-restaurante. A
pesar de su intensa remodelación, aún sigue siendo el lugar
favorito de las anjanas, hadas cántabras que viven en el
cercano monte de Soñanes.
Ayuntamiento de San Roque de Riomera
Dejando Villacarriedo se hace un alto en
Selaya. Su principal monumento es el palacio de Donadío.
Continuando por la CA-262 se llega a Vega de Pas, pero antes
merece la pena ir desde Selaya por la CA-264 a San Roque de
Riomiera, una de las tres villas pasiegas junto con Vega de
Pas y San Pedro del Romeral.
Ayuntamiento de San Roque de Riomera
En San Roque de Riomiera se tiene una
sensación de soledad frente a la naturaleza. Volviendo a
Selaya, serpenteando por el valle y ascendiendo por la
montaña se alcanza Vega de Pas. En el ascenso, pero ya
arriba, una parada en cualquier punto del camino permite
contemplar los prados donde los pasiegos aún siegan con
dalle (guadaña).
Ayuntamiento de San Roque de Riomera
Esta villa es el corazón mismo de los valles
pasiegos, con casas de enormes galerías y calles empedradas.
Desde aquí los pasiegos subían al monte con sus vacas, iban
de cabaña en cabaña y tardaban meses en regresar a sus
casas. Para adentrarse más si cabe en la vida pasiega, se
puede visitar el Museo de las Villas Pasiegas.
Estación
de Yera - T.Rotondas
Saliendo de la Vega de Pas por la CA-631 se
asciende al puerto de Estacas de Trueba para disfrutar de
una carretera entre altas montañas verdes en verano y
blancas en invierno. Muy cerca está la estación de
ferrocarril de Yera y a unos cientos de metros, el túnel de
la Engaña, que nunca llegó a abrirse al tráfico ferroviario.
Desde allí se regresa por la CA-263 hacia
Entrambasmestas, pero antes merece la pena desviarse hacia
San Pedro del Romeral, la tercera de las villas pasiegas; la
plaza, la iglesia y las vistas son admirables.
En Entrambasmestas se accede de nuevo a la
N-623 y se atraviesan Alceda y Ontaneda, dos poblaciones con
una impresionante arquitectura civil en forma de casonas y
palacios. Ontaneda es la capital comercial de los valles
pasiegos.
Monasterio de Nuestra Señora de Soto
Estamos en el curso del río Pas, una zona de
media montaña de gran belleza. Lugar de robledales,
barrancos, arroyos y cascadas, como la que se encuentra en
las proximidades de Borleña, con 20 metros de caída.
Llegando a Iruz, impresiona un convento,
importante conjunto arquitectónico del siglo XVIII, formado
por iglesia, sacristía y claustro.
Hotel
Balneario de Puente Viesgo
Seguimos la ruta hacia Santander por la N-623
y llegamos a Puente Viesgo, con su hotel balneario.
Éste es un lugar para tranquilas tardes de
merienda, senderismo, rutas en bicicleta a través de la
antigua vía del ferrocarril y la práctica de la pesca. El
recorrido se cierra en Castañeda contemplando su colegiata,
una de las joyas del románico cántabro.
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