Al norte de la capital se extiende la Plana Alta,
comarca administrativa que cuenta con algunos de los principales
núcleos del turismo de playa castellonense: Oropesa del Mar y
Benicàssim.Comienza tomando la salida
44 de la AP-7 en dirección a Torreblanca. La CV-1430 lleva del
centro urbano a la playa de Torrenostra. Aquí está el Centro de
Información del Parc Natural del Prat de Cabanes-Torreblanca, un
espacio protegido de marismas y carrizo con 7,5 km de costa
hasta Torre de la Sal, vestigio de los torreones de defensa de
los ataques berberiscos. Hay un sendero que lleva a las dos
torres de observación de aves acuáticas. Es el humedal más
importante de Castellón, así que no olvides los prismáticos.
Para llegar a Cabanes puedes tomar la CV-13,
desde Torreblanca hacia el aeropuerto, o la N-340 hacia Oropesa
y enlazar por la CV-148 por el Paraje Natural del desierto de
las Palmas: se pasa junto a las ruinas del castillo de Miravet,
conquistado por el Cid en 1090. Hay un sendero de 3 km que sube
desde la Font de Miravet, junto a la carretera.
Cabanes, y en especial el barrio del Sitjar,
merece una visita. Podrás acercarte a pie a la milenaria Vía
Augusta (a unos 2 km por la CV-157), donde está el Arco de
Cabanes, resto de un monumento funerario del siglo II, vinculado
a una villa romana de la zona.
Visita la fábrica de turrones San Luis (Tél.
964 33 14 84), donde explican todo sobre la industria turronera.
Sigue por la CV-157 hacia Val d’Alba, zona de
buenos caldos; podrás visitar las Bodegas Mas de Rander (Tél.
964 30 24 16) o la Bodega Flors (Tél. 671 61 88 51), en Les
Useres, y recorrer a pie o en bici viñedos y plantaciones de
cítricos.
A la salida de La Barona verás el desvío que
conduce a la Font de la Penella, junto a la ermita de San
Antonio, con una pequeña zona de picnic donde se puede hacer un
alto antes de retomar la CV-162 en dirección a La Foia y
Vilafamés
Sorpresa secular
Vilafamés, colgada literalmente sobre el
trazado de sus murallas medievales y con multitud de pintorescos
rincones, es uno de los lugares más bellos de toda la provincia.
Puedes empezar haciendo una parada en la
Vinoteca Crianza (Pl. Font, 102) y luego visitar el Museo de
Arte Contemporáneo Vicente Aguilera Cerni (Diputación 20),
ubicado en el Palau del Batlle, un robusto edificio gótico del
siglo XV.
Continúa hacia el cerro del castillo y haz un
alto en Trafic d’Art (Mesón, 13) espacio creativo de Jesús
Llopis y Amparo Domínguez. La fortaleza, de la Orden de Montesa,
conserva parte de sus defensas y una torre circular. Disfruta de
las panorámicas y desciende a la iglesia de la Asunción.
Benicàssim (a 28 km) es el final del
recorrido. Su diminuto casco antiguo se tiende sobre la calle de
Santo Tomás, un hervidero de gentes. Acércate a la playa de las
Villas, donde se levantan las mansiones de algunos opulentos
veraneantes valencianos del siglo XX. Junto a ellas discurre la
Vía Verde.
Y, desde Benicàssim, serpentea la CV-174 que
sube al monasterio nuevo del Paraje Natural del Desierto de las
Palmas: espectacular.
Para saborear
Comienza degustando la oferta culinaria de
Benicàssim en El Vermut (La Pau, 7), con suquet de peix,
escalibada con bonito del Norte o esgarraet (con bacalao,
mojama, verduras al horno, huevo duro y aceitunas) y, en la
barra del mesón El Lipizano (Sto. Tomás, 15), con fama de ser
una de las mejores de Castellón, pide gamba roja a la plancha
(15,50 euros).
Dónde alojarse
El jardín vertical
Alzado doce metros sobre la muralla medieval
de Vilafamés, el refugio de Gloria es uno de los
establecimientos rurales más exclusivos y bellos de todo
Castellón. Lo abrió al público hace ya doce años y con su
pericia de decoradora y la sabia ayuda de sus dos hijos, Pablo y
Teresa, ha ido encajando las piezas de este puzzle lleno de luz,
color y tranquilidad. Las estancias son enormes, cálidas y muy
acogedoras. En especial la nº 7, una suite que aúna todas las
alabanzas de este jardín vertical que teje la enredadera sobre
la piedra roja del pueblo. Calificación: Excelente.
En Vilafamés. 8 habitaciones. Tél. 964 32 99
38. Entre 115 y 255 euros, con desayuno.
L'ermita Casa Ripo
A las afueras de Val d’Alba, junto a la ermita
de San Cristòfol, este complejo de turismo rural cuenta con
diecinueve habitaciones dobles situadas en el edificio
principal. Son estancias sencillas pero muy bien equipadas, con
una excelente relación calidad/precio. La gestión del complejo,
de propiedad municipal, la llevan Ricardo y su hijo Jonathan, lo
que incluye también un restaurante donde degustar una
contundente propuesta marinera (gestionan otro local en el Grao
de Castellón) y un buen repaso a los vinos de Les Useres-Vilafamés.
Calificación: Buena
En Val d’Alba. 19 habitaciones. Tél. 964 76 67
47. Por 40 euros.
Voramar
La familia Pallarés, ya en la cuarta
generación, ha gestionado este hotelito desde su inauguración,
con el obligado paréntesis de la Guerra Civil y la posguerra, en
que fue utilizado como hospital militar y sede del Auxilio
Social. Está situado en un extremo de la playa de las Villas (o
de Voramar) y mantiene la esencia de la tradición del veraneo en
Benicàssim. Las habitaciones estrella son las situadas frente al
Mediterráneo, sobre un pequeño jardín con palmeras. ¡Prueba a
echarte la siesta en la hamaca que cuelga de su terraza!
Calificación: Muy buena
En Benicàssim. 58 habitaciones. Tél. 964 30 01
50. Entre 94 y 145 euros, con desayuno.
El Forn
Situada en el casco antiguo de Cabanes, junto
al portal del Sitjar y en un edificio catalogado por la
existencia de un horno del siglo XIII, la casa conserva los
arcos góticos de piedra originales y es un pequeño museo
etnográfico con aperos de labranza y otros utensilios. Dispone
de cuatro habitaciones dobles (con posibilidad de cama
supletoria), cocina, salón y terraza. Todo sencillo pero muy
confortable: suelos de gres, mobiliario convencional y mucha
luz. Se alquila completa o por habitaciones. Calificación: Buena
En Cabanes. 4 habitaciones. Tél. 609 14 79 38.
Por 60 euros.