El
Castillo del Buen Amor, en
Salamanca
(España)Existe todo un género literario dedicado al amor
cortés y a las luchas de los caballeros medievales en defensa de su
dama. Una visita al Castillo del Buen Amor y a las tierras salmantinas
que lo rodean invitan a recuperar una época llena de romanticismo en
pleno siglo xxi.
El Castillo
del Buen Amor
se encuentra ubicado en el pequeño municipio de Topas, al que se llega
después de tomar la salida 322 de la autovía de la Plata. Está situado
en medio de una dehesa jalonada de encinas, alcornoques, pinos y
almendros, junto al arroyo del Cañedo y sin ninguna edificación a la
vista que despierte al viajero de cierto ensueño.
La leyenda popular asegura que la fortaleza se
bautizó, allá por el siglo xv, como “del Buen Amor” al convertirse en
propiedad del arzobispo de Santiago, don Alonso de Fonseca, y su amante,
doña María de Ulloa. Sin embargo, estudios recientes han descubierto que
esta primera hipótesis no es del todo correcta: fue el obispo de Cuenca,
Ávila y Osma, del mismo nombre, el habitante de esta romántica morada.
Eso sí, junto a su amante, Teresa de las Cuevas y los cuatro hijos de la
relación.
Un
castillo reconvertido en hotel
El castillo, declarado monumento
histórico-artístico, se ha reinventado como un hotel donde vivir
una experiencia de película. Dispone de 41 habitaciones
inmensas, con camas enormes y con una decoración de evidente
inspiración medieval. Pero el confort y la comodidad han
sustituido la austeridad. Las bañeras dobles, las cabinas de
ducha y la televisión por satélite contrastan con la piedra de
las arcadas y las bóvedas. Una curiosidad es que el restaurante
del castillo ocupa las antiguas mazmorras.
Evidentemente, la quietud y el silencio reinan
en todas las estancias, pero no por eso esta escapada se debe
convertir en un retiro espiritual. El Castillo del Buen Amor
ofrece visitas guiadas a una ganadería de toros de lidia en
pleno campo charro (gentilicio de los salmantinos), rutas a
caballo, senderismo…
Salamanca, patrimonio de la humanidad
A apenas 20 kilómetros de Salamanca,
no se puede dejar pasar la ocasión de visitar esta ciudad
patrimonio de la humanidad. Es conveniente pasear tranquilamente
por sus calles, admirando los edificios históricos y dejándose
seducir por el ambiente estudiantil. La ciudad ofrece excelentes
alternativas culinarias: Chez
Víctor
(Galardonado con un Sol de Repsol) (tel.: 923 213 123,
galardonado con un Sol de Repsol), donde preparan un gran
picadillo de pato; Casa
Vallejo
(Recomendado por Guía Repsol) (tel.: 923 280 421, restaurante
recomendado por Repsol), donde espera una morcilla guisada; o Casa
Paca,
especialistas en chuletones y el famoso cocido.
El castillo también es un buen punto de
partida para visitar las cercanas poblaciones de Alba de Tormes,
Ciudad Rodrigo o Toro. Otra opción es conocer la Sierra de Béjar
y llegarse hasta Guijuelo,
la capital del jamón.
Gracias al microclima de la sierra y a la
curación artesanal, en Guijuelo el jamón de bellota se convierte
en un alimento de lujo con denominación de origen propia (tel.:
923 581 514). Es muy recomendable la visita al centro
de jamones y embutidos ibéricos 7 Bellotas .