Los miradores más bellos de España
Todos son diferentes, pero tienen algo en común: ayudan a
ofrecer un punto de vista distinto de los destinos en cuestión. Aunque
parezca una contradicción, desde la distancia, contribuyen a hacerlos
más próximos y contextualizan lo que antes o después se visita al
detalle. ·
La vista es uno de los sentidos que más se estimula en
los viajes. Un bello paisaje natural, una ciudad llena de historia o un
recinto monumental pueden ser la excusa perfecta para visitar alguno de
los miradores de esta selección.
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1. Torre de Collserola: Barcelona a los pies
La silueta de la Torre de Collserola es ya
una imagen icónica de Barcelona. En su interior, se
encuentra el mejor mirador sobre la capital catalana. Su
ubicación, en la montaña del Tibidabo, además permite al
visitante descubrir el Parc de Collserola, el pulmón verde
de Barcelona.
La Torre de Collserola
es una colosal obra de ingeniería. Construida para facilitar
el sistema de telecomunicaciones con vistas a los Juegos
Olímpicos de Barcelona, se inauguró en junio de 1992. Diseño
del prestigioso arquitecto sir Norman Foster, contó con
la colaboración del estudio Ove Arup & Partners para los
detalles técnicos.
2. Mirador del Fito, en Arriondas (Asturias): los
Picos de Europa como telón de fondo
Este es un lugar único que permite ver
al mismo tiempo cómo el horizonte se hunde en el Cantábrico
y el perfil nevado de los Picos de Europa: una conjunción
estelar entre mar y montaña. El mirador del Fito lleva 80
años de servicio para todos los que visitan esta zona del
Principado de Asturias.
El Fito se encuentra en Arriondas, un
pequeño pueblo que pertenece al concejo de Parres,
fronterizo con Ribadesella, en la parte oriental de
Asturias. Para acceder a él, hay que seguir la carretera que
lleva a Colunga. Una vez en el puerto de montaña del que
toma el nombre, hay un espacio reservado para los
visitantes.
3. Mirador del Río, en Lanzarote: isla de La
Graciosa a la vista
El famoso y reconocido artista
César Manrique ha sido quien mejor ha sabido respetar
la esencia de Lanzarote y conjugarla con el arte y la
estética. En el
Mirador del Río, mezcló como nunca el binomio arte y
naturaleza.
Esta obra ofrece actualmente una vista
privilegiada sobre la isla de La Graciosa y todo
el archipiélago Chinijo, permitiendo que el visitante se
integre con el paisaje. Pero, además, el propio mirador es
en sí mismo una pequeña obra de arte natural.
4. Mirador de San Nicolás, en Granada:
una panorámica patrimonio de la humanidad
El Albaicín, la antigua judería en
el barrio del Realejo, el centro urbano moderno y activo y,
en primer plano, la Alhambra: estas son algunas de las
postales panorámicas que ofrece el Mirador de San Nicolás.
Con razón es uno de los lugares más frecuentados por
quienes visitan Granada, una ciudad con
infinitas posibilidades para el viajero.
“Desde allí contemplé la mejor y más
grandiosa puesta de sol que nunca había visto”. En
este caso, es imposible desmentir al ex presidente de
Estados Unidos Bill Clinton. Él, como tantos otros, se quedó
prendado ante la vista que ofrece el Mirador de San Nicolás.
5. Mirador del Puente Nuevo de Ronda (Málaga): una
ciudad en picado
El Puente Nuevo de Ronda
protagoniza una de las estampas más famosas de España: un
arco de piedra que parece sujetar las dos mitades en las que
el río Guadalevín parte Ronda. No
por ello, cada vez que alguien contempla este monumento se
sigue quedando con la boca abierta de admiración.
La primera opción para apreciar el
Puente Nuevo de Ronda en su esplendor es asomarse desde los
miradores de la Plaza de España o de la calle de Ernest
Hemingway, en la parte nueva de la ciudad, justo a la
entrada del puente. Hay que desafiar la sensación de vértigo
que produce el Tajo de Ronda, la caída de casi cien metros
hasta el lecho del Guadalevín.
6. Mirador del Duque y Cañones del Sil: el
río sagrado que une Lugo y Orense
El río Sil es fuente de vida y
riqueza en la zona de Galicia conocida como Ribeira Sacra. Es
un territorio rico en monasterios, viñedos y miradores donde
se puede contemplar el curso del río. El Sil discurre
amparado por montañas que parecen abrirle paso con ánimo de
volver a cerrarse detrás de él.
El paso del Sil por la Ribeira Sacra es
todo un espectáculo. El río, que procede del Bierzo y se
encamina a encontrarse con el Miño, parece una interminable
serpiente azul acosada por gigantes de piedra. En muchos
puntos de su itinerario, el desnivel entre el río y
las montañas llega a los 300 metros.
7. El Balcón de Europa, en Nerja (Málaga): un pie
sobre el Mediterráneo
El Balcón de Europa forma parte
del imaginario colectivo español gracias a una serie
de televisión: Verano azul. Este
mascarón de proa, que se yergue sobre el
Mediterráneo, permite al visitante disfrutar de una
vista privilegiada sobre la costa de la Axarquía malagueña.
La Axarquía es una comarca histórica
andaluza que ocupa el extremo oriental de la provincia de
Málaga. Nerja es una de sus poblaciones más importantes.
Hasta no hace muchos años, sus habitantes vivían de la
pesca o de la industria de la caña de azúcar. Hoy es un
destino turístico de primer orden.
8. Mirador del Valle en Toledo, la ciudad del Tajo
Curiosamente, la mejor manera de
ver Toledo es saliendo de la ciudad. La Carretera
de Circunvalación, o Ronda del Valle, ofrece las mejores
perspectivas de una de las ciudades más bellas de
España. Esta ruta permite apreciar detalles que a
veces se pierden en el entramado de callejones, iglesias y
casas nobles del casco histórico. El resultado es una postal
de esta histórica ciudad.
Toledo ocupa un promontorio rodeado por un
amplio meandro del río Tajo. A un lado del mismo se
encuentra la ciudad, patrimonio de la humanidad y testimonio
de tres civilizaciones: la árabe, la judía y la cristiana.
Al otro, una serie de colinas ofrecen amplias panorámicas
sobre la ciudad.
9. El Balcón del Mediterráneo, en Tarragona: un
viaje en el tiempo a la época romana
Hay pocos lugares tan entregados a
su pasado como Tarragona, una de las ciudades
españolas declaradas patrimonio de la humanidad.
La observación desde el célebre Balcón del Mediterráneo del
anfiteatro y de las murallas de la antigua Tarraco supone
toda una sensación e invita a descubrir su historia.
El Balcón del Mediterráneo se encuentra
al final de la Rambla Nova, arteria que ha sido el eje de la
vida de Tarragona desde finales del siglo xix. Una forma
aconsejable de acercarse a él es, sencillamente, paseando
por esta amplia avenida procedente del centro.
10. El Mirador del Estrecho, en Tarifa (Cádiz): dos
continentes al alcance de la mano
El Mirador del Estrecho está situado a
seis kilómetros del centro urbano de Tarifa. Se trata
de una atalaya excepcional que permite contemplar la
accidentada costa gaditana del Mediterráneo al mismo tiempo
que se anuncia, en el horizonte, el contorno de África.
El acceso al Mirador del Estrecho se
realiza por la carretera N-340, que une Algeciras
con Tarifa. Aunque podría esperarse algo así, no es un
mirador en primera línea de costa. Está en un altozano en la
subida al puerto del Bujeo, a 300 metros sobre el nivel del
mar, englobado en el Parque Natural del Estrecho.
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Fuente: guia Repsol.com - Por Jose Sánchez
-
www.redestravel.com
Agradecimientos: © Patronato de
Turismo de Lanzarote. Consorcio de Turismo de la Ribeira Sacra.
Patronato Municipal de Turismo, Ayuntamiento de Toledo. Patronat
Municipal de Turisme de Tarragona. Turismo Andaluz. Turismo de Granada.
Lars Plougmann. Juanjo Ramos. Pablo Abad. Raúl Serrano. Torre de
Collserola. César González Palomo. Paul Harts. Héctor Garcia. Eduard
Maluquer. Matthew McLauchlin. Xavier Dengra. Teddy Sipaseuth. Miika Silfverberg.
Julie Jaguar. Jim Robbie. Sonti Malonti. Instituto de Promoción
Turística de Castilla-La Mancha. Pablo Forcón Soler. Javier Carro.
Carmen Martín. Ayuntamiento de Mérida. Turismo del Sella. |
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