Primera mañana: 09.00. A la sombra de San Salvador
Muchos conocen Oviedo como la ciudad de las
esculturas. No hay nada mejor que comenzar nuestra ruta junto a una de
estas obras, de Mauro Álvarez, situada en la Plaza de Alfonso II el
Casto. Se trata de la estatua de Ana Ozores, la protagonista de La
Regenta. Detrás de La Regenta, en la misma plaza, aparece la imponente
fachada gótica de la Catedral de San Salvador, que data del siglo XIV.
El interior de la catedral merece una visita sin prisas. Justo al otro
lado de la catedral, si damos una vuelta por la girola, llegaremos a la
Cámara Santa.
11.30 Viaje al origen
Iremos hacia la izquierda, por la calle de Santa Ana.
Después de caminar dos o tres minutos, nos daremos la vuelta para poder
apreciar una de las mejores vistas de San Salvador. Reiniciada la
marcha, dejaremos atrás la Iglesia de San Tirso, para seguir por
Canóniga, Corrada del Obispo y torcer de nuevo a la izquierda por San
Vicente. En esta calle, a unos 50 metros, se encuentra el antiguo
convento, levantado sobre el lugar donde el monje Máximo fundó la ciudad
en el año 761. Ahora es el Museo Arqueológico (San Vicente 3; tel.: 985
215 405). Al salir, podemos observar la fachada de Santa María la Real.
Desandamos nuestros pasos por San Vicente. Después de un paseo de diez
minutos, llegaremos a la Plaza del Paraguas -antiguo mercado de la
leche-, con su curioso paraguas de hormigón en el centro.
12.30 Los mejores dulces
Tomamos la calle Mon en dirección norte, retomando
Santa Ana, la Plaza de Alfonso II y El Águila. Es hora de pensar en la
comida mientras deambulamos por Jovellanos, una calle comercial que
sigue parte de las antiguas murallas. En el número 7 está, desde 1914,
Casa Camilo de Blas. No podemos irnos sin comprar dulces típicos como
los carbayones (pasteles de almendra y yema), las duquesitas (aros de
almendra y yema) o las nuglass (nueces confitadas y glaseadas).
Primera tarde: En busca de nuevas fuerzas
Hora de comer y de probar las excelentes tapas de la
ciudad, acompañadas de buena sidra asturiana. Para ello, cruzamos
Jovellanos hasta la calle Gascona, conocida como el Bulevar de la Sidra,
el mejor sitio de la ciudad a estas horas. Además de tapear, podemos
sentarnos a degustar una buena paella de mariscos o la inevitable fabada
asturiana.
15.30 Por la judería
La antigua judería de la ciudad comenzaba en la Plaza
de Juan XXIII, justo detrás del restaurante Casa Conrado, y seguía por
la Plaza Porlier, que se encuentra detrás. Regresamos en dirección hacia
la izquierda, por la calle Eusebio González Abascal. Tenemos la
catedral, a apenas 100 metros, como referente. Pasamos por delante de
los palacios de Conde Toreno, Valdecarzana y Marqués de Campo sagrado.
En la esquina de la Plaza de Alfonso II se halla un edificio singular:
la Capilla de la Balesquida, que fue cedida al gremio de sastres. Por
eso, si levantamos la vista, veremos unas tijeras en uno de sus
ventanales.
16.00 De visita a los genios
Si bordeamos la plaza hacia el sur, de nuevo por Santa
Ana, llegaremos en apenas cinco minutos al Palacio de Velarde, uno de
los edificios que forman el Museo de Bellas Artes de Asturias. El otro
es la Casa de los Oviedo-Portal, en la calle de la Rúa. El museo es de
entrada gratuita y tiene una gran colección, con obras de El Greco,
Zurbarán y Goya, entre otros.
18.00 El Oviedo de Clarín
Después de visitar el museo, salimos por Rúa y
seguimos hacia la izquierda. Tomamos la calle Cimadevilla, una de las
arterias más conocidas de la ciudad. Es una de las calles que más marcan
el ambiente novelado por Clarín en La Regenta. Pasaremos por debajo de
la Torre del Reloj del ayuntamiento hasta llegar a una amplia plaza
flanqueada por edificios con soportales: la Plaza de la Constitución.
Volveremos a pasar bajo la Torre del Reloj por Cimadevilla. A los pocos
metros, hacia la derecha, surge la Calleja de los Huevos. Si la
seguimos, llegaremos a la Plaza de Trascorrales, una de las más bonitas
de Oviedo.
19.00 Hacia la universidad
Tomamos de nuevo la senda de la Plaza de la
Constitución y pasamos por la calle del Peso hasta la Plaza de Riego. Si
tenemos tiempo, podemos entrar en la Librería Ojanguren. Es toda una
institución. Se fundó en 1856 y entre sus clientes se encontraba el
propio Leopoldo Alas, Clarín. Subimos por Ramón y Cajal hasta acceder al
contiguo edificio de la universidad por una de sus entradas nobles,
marcada por el suelo de piedra y las sillerías. Admiraremos su fachada y
entraremos para deambular como unos estudiantes más.
20.30 Delicias gastronómicas
El paseo por esta zona y su oferta de bares y
restaurantes nos recuerdan que ya se acerca la hora de la cena. Al lado
de la universidad, en el número 8 de la calle de San Francisco, se
encuentra Casa Fermín, que ostenta dos soles Repsol gracias a recetas
como el bacalao marinado, el mero con ostras de pistachos o los
caramelos de morcilla en salsa de cerezas. Para algo más informal,
podemos regresar a la calle Cimadevilla.
Segunda mañana: 09.00 Salimos hacia el Naranco
La jornada comienza en una de las grandes arterias del
nuevo Oviedo: la calle Uría. Allí tomaremos la línea 10 del autobús, que
nos llevará hasta las joyas del prerrománico astur, situadas en la falda
del Naranco, a tan solo tres kilómetros del centro. El palacio de Santa
María del Naranco, la Iglesia de San Miguel de Lillo y la cercana
Iglesia de San Julián de los Prados son patrimonio de la humanidad (tel.:
638 260 163).
12.00 El latido de Oviedo
Regresamos a Oviedo. Una vez en la calle Uría,
seguiremos hacia la derecha por las calles Fruela y del Rosal hasta el
Mercado del Fontán, en la Plaza 19 de Octubre, para muchos el verdadero
corazón de la ciudad. El mercado, la Plaza del Fontán y la Plaza de
Daoiz y Velarde, justo detrás de esta en dirección sur, ocupan el
terreno de una antigua laguna desecada.
Segunda tarde. 14.00 De tapeo por el Fontán
Tras dejar el hervidero de tiendas, puestos,
mercadillos y bares del Fontán, ha llegado la hora de volver a saborear
la gastronomía local. Podemos abrir el apetito con un aperitivo en La
Corte (Fruela 21) o unas sabrosas tapas en De Vinoteo con Mauro (Fruela
6) o la Bodega El Viajero (Plaza Porlier). Otras buenas opciones, son la
Sidrería Marisquería La Pumarada y el restaurante La Corrada del
Obisporecomendado por la Guía Repsol.
16.00 El teatro
Ha llegado la hora de conocer el Oviedo pujante,
decidido y ambicioso. Iniciaremos un tranquilo paseo desde la Plaza de
la Escandalera, enfrente del Campo de San Francisco y el edificio del
Parlamento de Asturias. Aquí se encuentran dos estatuas muy conocidas
por los ovetenses: Maternidad (o La Gorda), del colombiano Fernando
Botero, y Asturcones, de Manolo Valdés. Hemos llegado al famoso Teatro
Campoamor (19 de Julio 1; tel.: 985 207 590), sede desde 1981 de la
ceremonia de entrega de los Premios Príncipe de Asturias. Inaugurado en
1892, es un edificio de líneas claras y majestuosas, que rememora a los
grandes teatros líricos italianos.
17.00 De paseo por el campo
El Ensanche ovetense, surgido en el siglo XIX, no se
puede entender sin el Campo de San Francisco, el pulmón de la ciudad.
Para llegar a él, solo tenemos que ir hacia la derecha desde el Carbayón,
tomar de nuevo Argüelles y cruzar Uría. Podemos andar sin prisas por el
Paseo del Bombé, con su templete para actuaciones musicales; o por el de
los Álamos, paralelo a la calle Uría y que termina en el pabellón de
corte romántico de El Escorialín, hoy Oficina de Turismo, o hacernos una
foto con la escultura La torera, una de las más populares de Oviedo.
18.00 Un asturiano de Brooklyn
Si salimos del Campo por la esquina con Conde de
Toreno y cruzamos Uría, llegaremos a la calle de las Milicias
Nacionales. Aquí se encuentra la estatua más famosa de Oviedo... y es de
un neoyorquino, Woody Allen. Este director se ha convertido en un
personaje muy querido en la ciudad después de recibir el Príncipe de
Asturias y haber rodado Vicky Cristina Barcelona.
19.00 La casa encantada
Regresamos hasta San Juan el Real y seguimos hacia la
derecha por la calle Melquíades Álvarez. Esto nos sitúa de nuevo en Uría.
En la esquina con Independencia se encuentra uno de los edificios más
singulares de la ciudad: las Casas del Cuitu, encargo de un rico indiano
de principios del siglo xx al arquitecto Ulpiano Muñoz. Seguro que tanto
paseo ha terminado por cansarnos. Así que tomaremos un pequeño tentempié
en el tranquilo Café Cibeles (Fray Ceferino 11), a 200 metros de las
casas.
20.00 Símbolo de la ciudad
Ya en las últimas horas de nuestra visita, seguiremos
por Independencia hasta el cruce con Marqués de Pidal. En esta calle se
reúnen algunas de las mejores tiendas de la ciudad. Así alcanzaremos el
cruce con Gil de Jaz. A nuestra derecha, aparece la solemne fachada del
Hotel de la Reconquista. Este edificio del siglo XVIII está declarado
monumento nacional.
Es famoso porque aquí se hospedan los galardonados con
el Príncipe de Asturias. A pocos metros del hotel, tenemos el lugar
perfecto para una cena de despedida: el restaurante Bocamar. Sus
pescados y mariscos han seducido paladares de todo el mundo, Woody Allen
incluido, por supuesto.
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