Arcos de la Frontera y otros
enclaves mágicos
En las provincias de Cádiz y Málaga se ocultan entre
peñas los pintorescos Pueblos Blancos. Su nombre se debe a la costumbre
de sus vecinos de encalar las casas y su ubicación, a la necesidad de
protegerse contra los enemigos de antaño.
Entre los pueblos más conocidos de esta ruta se
encuentra Arcos de la Frontera. Esta localidad gaditana se asienta sobre
una colina, a 96 metros de altura y bajo la cual fluye el río Guadalete.
La plaza del Cabildo, situada en lo alto de la
población, nos sirve de mirador. Allí se encuentra el imponente
castillo, antigua fortaleza musulmana y, desde 1493 hasta el siglo XVIII,
residencia de los duques de Arcos. Hoy es propiedad privada.
Paseando por Arcos de la
Frontera
Al lado del castillo se encuentra la iglesia
de Santa María, levantada sobre una antigua mezquita, que
tardó seis siglos en finalizarse.El
desnivel aconseja una visita tranquila, descendiendo desde
lo alto para perderse por un laberinto de callejuelas y
patios. En las casas encontraremos también las huellas de un
pasado señorial.
La suntuosa residencia de los condes de
Águila o el Palacio Mayorazgo, que guarda en su interior el
patio más antiguo de la ciudad, son prueba de ello. Las
estrechas travesías dan albergue a numerosas iglesias y
conventos.
En la actualidad, sólo uno sigue en
funcionamiento, el de las Mercedarias.
Montes con historia
Dejamos Arcos y seguimos el camino que nos
llevará a alguno de los diecinueve Pueblos Blancos
restantes.El primero lo encontramos
a unos 20 kilómetros: Algar, conocido por tener una iglesia
de inesperado estilo mejicano. La ruta nos conduce también a
municipios como Prado del Rey, el Bosque o Ubrique, famoso
por su artesanía de cuero.
También a Villaluenga del Rosario, donde
se refugiaban los bandoleros del siglo XIX. Zahara de la
Sierra es monumento nacional, a la vez que un pueblo
coqueto, productor de aceite y coronado por un castillo
árabe inexpugnable durante siglos.
Grazalema, en un entorno
natural privilegiado
Más allá del embalse de Zahara aparece
Grazalema. Situado a los pies del parque natural del mismo
nombre, este pueblo goza de reconocimiento por su industria
textil tradicional.Ya en el extremo
más oriental, encontramos Torre Alháquime, un municipio
pequeño y tranquilo de calles empinadas, muy pintoresco.
Y de regreso a Arcos, cerrando el círculo,
vale la pena pararse en Bornos, visitar su lago y recorrer
las calles y los jardines que surgieron alrededor del
alcázar de Fontanar.
Para amantes de la naturaleza
Si te gusta la naturaleza, visita el Parque
de Doñana navegando por el Guadalquivir desde Sanlúcar de
Barrameda. Si viajas en familia, puedes acercarte el sábado
a ver el espectáculo ecuestre de la Yeguada del Hierro del
Bocado, en Jerez.
Cultura y deporte
Si buscas cultura, visita la Torre Tavira en
Cádiz, la primera de España que tuvo una «cámara oscura»
para observar a hurtadillas la ciudad. Si prefieres el
deporte, puedes seguir una ruta por Los Alcornocales en
Mountain Bike.
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