Primera mañana. 10.00 h - Subida al Monte Igueldo
Comenzamos nuestra visita a lo grande, subiendo al
Monte Igueldo desde la playa para descubrir las mejores vistas que se
pueden tener de la ciudad.
Para llegar hasta allí, qué mejor que hacerlo en su
entrañable e histórico tren cremallera que encontraremos en la plaza del
Funicular.
Una vez arriba, podremos pasar un buen rato en su
parque de atracciones. Fue creado a principios del siglo XX y aún
conserva el encanto de la época.
12.30 h - El Peine del viento contra el mar
El Peine del viento es uno de los símbolos del País
Vasco y se encuentra en el paseo que lleva el nombre de su creador,
situado al lado de la plaza donde nos deja el tren cremallera.
Los tres peines que conforman la obra se encuentran
sobre las rocas de un acantilado. Ver cómo las rocas rompen sobre ellos
es un espectáculo digno de admirar.
Si nos ha sabido a poco, a escasos kilómetros de la
ciudad, en Hernani, se encuentra el museo dedicado a Chillida, donde
podremos contemplar su obra al aire libre.
Primera tarde. 14.30 h - Comer a pie de playa
En el número 13 del paseo Eduardo Chillida, muy cerca
de la obra que acabamos de ver, vamos a hacer nuestra primera parada
culinaria en San Sebastián. toda El restaurante Branka (recomendado por
Repsol) nos ofrece comida tradicional vasca en un ambiente moderno y
minimalista.
Además, muy importante, cuenta con vistas a la playa
de Ondarreta.
Sin duda, es una buena ocasión para probar sus
pescados a la parrilla.
16.30 h - La playa y el paseo de La Concha
Después de comer como señores (y señoras), vamos a
bajar la comida paseando por allí mismo, por una de las playas más
conocidas del país, la Playa de La Concha, que debe su nombre a la forma
semicircular que caracteriza la bahía.
Sobre ella, multitud de lugares interesantes se
asientan mirando al mar. Uno de estos lugares es el Palacio de Miramar,
mandado construir por la casa real como residencia veraniega de la
familia, lo que catapultó la ciudad como destino turístico.
Si viajamos con niños, al final del paseo
encontraremos el puerto y el Aquarium, donde podremos terminar la tarde
buceando entre todo tipo de animales marinos.
19.00 h - De pinchos por la parte vieja
Al final de nuestro paseo por la Playa de La Concha,
detrás del ayuntamiento de la ciudad comienza el casco antiguo, conocido
como Parte Vieja.
Solo hay que andar unos minutos por la calle Mayor
hasta llegar a la calle del Puerto, y girar a la derecha para
encontrarnos con la Plaza de la Constitución, epicentro de la Parte
Vieja.
Si nos fijamos en sus balcones, veremos que están
numerados, ya que antiguamente se utilizó como plaza de toros. En la
plaza y sus alrededores, encontramos numerosos bares de pinchos, como La
Cepa, donde no podemos perdernos sus chipirones y su jamón de jabugo ya
sea en plato o en bocadillo.
No podemos acabar esta ruta gastronómica sin probar el
pincho de foie de La Cuchara de San Telmo o las cigalitas del Gambara.
21.00 h - Una cena sofisticada
Si todavía nos hemos quedado con hambre después de
descubrir los pinchos, una cena en el Kokotxa (galardonado con un sol de
Repsol) es un buen final para este día.
Saliendo de la Plaza de la Constitución y a través de
la calle del Puerto, llegamos al restaurante, que nos espera en la calle
Campanario. Allí nos tratarán como reyes y nos dejaremos llevar por su
plato estrella: las cocochas de merluza.
Y como guinda para terminar la noche, un cóctel y unas
risas en el Dicken's, una coctelería a la que ya no le caben los premios
y que hace unos Gin tonics de impresión.
Lo encontraremos en el número 27 de la Alameda del
Boulevard. Otra opción muy típica en esta ciudad es ir a probar suerte
en el Casino Kursaal de San Sebastián, al comienzo de la calle Mayor.
Segunda mañana. 10.00 h - El Ensanche de Cortázar
Retomemos nuestra ruta por la ciudad donde lo dejamos
anoche, en la Alameda del Boulevard. Si seguimos por esta calle en
dirección a la Playa de La Concha, nos encontraremos con el ayuntamiento
de la ciudad.
Se trata de un edificio que era el antiguo casino. Es
un elegante edificio que mira al mar, con el incesante ambiente de la
Parte Vieja a sus espaldas y con la tranquilidad de los jardines de
Alderdi Eder enfrente.
Atravesando estos jardines, llegamos a la parte de la
ciudad conocida como el Ensanche de Cortázar, que une la calle Hernán
con la Avenida de la Libertad y la calle Loyola, hasta encontrarnos con
el Nuevo Mercado de San Martín, al que llegaremos tras veinte minutos de
paseo.
14.30 h - Lo mejor de la comida vasca
Como ir de compras es casi un deporte, también cansa.
Así que vamos a darnos un merecido descanso ante una buena mesa.
Salimos del Mercado de San Martín por la calle
Urbieta, y en la manzana de enfrente, en la parte de la calle San
Marcial, encontramos el Gran Bar La Espiga, en el número 48.
Si preferimos un ambiente más clásico, el Iturrioz
ofrece pinchos con los que han ganado más de un premio. Es un local con
solera que lleva muchos años alegrando a los donostiarras.
Lo encontraremos en la plaza de la Catedral, a solo
dos manzanas siguiendo la calle Urbieta desde el Mercado de San Martín.
16.30 h - San Sebastián monumental
En la misma plaza donde hemos comido en el Iturrioz se
encuentra la Catedral del Buen Pastor, que se alza sobre el resto de la
ciudad con su estilo neogótico.
Continuamos nuestro paseo saliendo de la plaza por la
calle Urdaneta, en la que se encuentra el edificio de Correos y el
centro cultural Koldo Mitxelena Kulturunea.
Llegaremos hasta la plaza Bilbao y, al cruzarla, nos
encontraremos con el puente de María Cristina sobre el río Urumea.
Siguiendo el curso del río hacia el mar y paseando
durante una media hora, llegamos a la plaza Oquendo, donde nos
encontramos con el teatro Victoria Eugenia.
19.00 h - El Kursaal, símbolo de la nueva San
Sebastián
Siguiendo el cauce del Urumea unos metros, antes de
que desemboque en el mar, cruzamos el puente de la Zurriola para llegar
al Kursaal, un palacio de congresos que ya todos conocemos.
En su interior, se celebra el mejor festival de cine
del país y el festival de publicidad más importante de Iberoamérica,
entre otras muchas cosas.
Los dos cubos de cristal, proyectados por el
arquitecto Rafael Moneo, son todavía más impresionantes vistos
iluminados cuando anochece y si queremos poner un broche de oro a esta
visita a San Sebastián, también podemos cenar en el restaurante Ni Neu
(recomendado por Guía Repsol) que el aclamado chef Martín Berasategui
regenta en su interior. ¿Por qué no nos damos un capricho?
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