Escapadas para parejas
Spa y
playa en Mallorca
La mayor de las Islas Baleares ofrece sol y relax
Mallorca es un destino vacacional de primer orden, en
el que luce el sol casi todo el año y perfectamente comunicado con las
principales capitales del continente. Este rincón del Mediterraneo atrae
cada temporada a millones de personas que se dejan seducir por la
belleza de sus 550 kilómetros de costa.
|
Cualquier época es ideal para visitar
Mallorca y disfrutar de su radiante sol y sus limpias playas
y calas. Y es que la mayor de las Islas Baleares luce
orgullosa algunos de los más bellos arenales del
Mediterráneo. Ocres o blancos, revestidos de vegetación o
flanqueadas por acantilados, estos paisajes de mar tienen un
claro efecto terapeutico en quienes los transitan.
Arenales para relajarse
Tradicionalmente la playa se ha considerado un
destino vacacional para desconectar y relajarse. En definitiva,
liberarse de las ataduras del estrés cotidiano y sentirse bien.
Factores como la brisa marina, el clima agradable o los baños
contribuyen a este estado de serenidad. Para que la experiencia
sea aún más revitalizante conviene visitar los múltiples centros
de belleza y spa que Mallorca ofrece, siempre en manos de
profesionales. Estos centros es fácil
encontrarlos en torno a las zonas costeras y obran milagros para
deshacerse de la tensión acumulada durante todo el año. Sus
tratamientos descubrirán una dimensión del agua diferente y
complementaria a la experimentada a pie de playa. Tampoco hay
que olvidarse de los programas más orientados a la estética y
belleza, para estar en plenas facultades durante todo el año.
Playa de Muro
Una de las playas más recomendables para el
relax es la de Muro,
caracterizada por su limpieza y su estado salvaje. Esta
playa de arena blanca y fina ocupa cinco kilómetros de un
litoral de tranquilo oleaje y aguas poco profundas. Se
dispone en un entorno dunar con vegetación baja donde tan
solo cabe buscar el cobijo de los pinares, cuya sombra
invita al visitante a comer y echar la siesta.
A su vez se integra dentro de la bahía de Alcúdia,
que alterna zonas vírgenes con otras urbanizadas y centros
turísticos integrados en el paisaje de forma no agresiva. No
por nada cuenta con una albufera declarada Parque Natural,
que sirve de hábitat para la flora y fauna autóctona. En el
paisaje de esta población indicada para perderse, también
destacan las siluetas de sus molinos de viento.
Cala Agulla
Algo más invadida se ha visto otra joya de los
arenales mallorquines. La hermosa playa de Cala Agulla es un
lugar tan preciado que ha visto uno de sus extremos literalmente
colonizado por el turismo extranjero. Por fortuna, aún se puede
buscar algo de paz al margen del complejo turístico y
reconciliarse con el paraíso que sigue siendo, gracias a su
arena blanca y fina y a sus aguas de tono azul claro que se
pierden en el horizonte.
Hoteles y balnearios
Al margen de la multitud de centros de Spa
de diversas características, hay que destacar las
instalaciones del Balneario San Juan de la Font Santa. En el
tranquilo y aislado pueblo de Campos
se encuentra este complejo termal a 45 km. de la capital
pero a escasos 3 kilómetros del mar. La paz que brinda su
entorno establece un más que interesante contraste con el
bullicio de las playas mallorquinas.
Sus aguas cloruradas, radiactivas y
sódicas están indicadas para tratar afecciones del aparato
respiratorio, neurológicas, de la piel, traumatología y
reumatismos. Sin embargo cualquiera puede disfrutar de la
tonificación que ofrecen sus baños-masajes de burbujas,
baños termales, duchas e inhalaciones. Además de sus
instalaciones hay que destacar el edificio decimonónico de
estilo mallorquín y un entorno natural con salinas y pinares
bordeando dunas en torno a una enorme playa salvaje.
Otro hotel entregado al relax se encuentra
en Llucmajor,
25 kilómetros al sur de Palma
de Mallorca. Se trata del Mallorca Marriott
Son Anten, que aunque se distingue por una propuesta
orientada al golf, también sobresale por su servicio de
jacuzzi, sauna y Spa.
|
|
|