Manzanares el Real, un castillo de película
Descubrir el castillo del Cid Campeador es algo
mágico, ¿verdad? Pues en el castillo de Manzanares el Real se rodó buena
parte de la superproducción que protagonizaron Charlton Heston y Sofía
Loren. Pero Hollywood no ha sido el único en admirar la antigua morada
de los Mendoza, una de las familias más importantes de España.
Castillo de la Mota, en Medina del Campo
Varias guías turísticas extranjeras lo consideran el
mejor de España. Su historia está marcada por su estrecha relación con
Isabel la Católica, que nació en 1451 en Madrigal de las Altas Torres,
una pequeña población de la provincia de Ávila.
Su agitada vida familiar y política la llevaron con
corta edad a asentarse en Medina. En 1468, su hermanastro, Enrique IV,
la reconoció como princesa de Asturias. A partir de ese momento, se
convirtió en la Señora de Medina.
Almodóvar del Río, el "guardián" del Guadalquivir
El castillo de Almodóvar del Río, en la provincia de
Córdoba, es el mejor conservado de Andalucía. Como todo castillo que se
precie, tiene su propia leyenda. Según cuentan las crónicas, hace casi
mil años que la princesa musulmana Zaida se refugió en el castillo de
Almodóvar.
Huía de los almorávides, que asediaban Córdoba. Allí
esperó en vano a que su amor, el príncipe Al Mamum, escapara del asedio.
El 28 de marzo de 1091, el alcázar cordobés cayó y el príncipe fue
asesinado.
Castillo de Guzmán el Bueno, en Tarifa
Desde que se convirtiera en una de las capitales
mundiales del windsurf, Tarifa es sinónimo de libertad. Sin embargo,
poca gente conoce que cuenta con uno de los mejores castillos de España.
El castillo de Tarifa había levantado por orden del califa Abderramán
III en el año 960 para defender el punto más estratégico del Estrecho de
Gibraltar.
Desde entonces, ha sido pieza codiciada por numerosos
enemigos (almohades, cristianos y, posteriormente, los piratas
berberiscos) y ha mantenido su condición de fortín.
Castillo de Santa Catalina, Jaén a vista de pájaro
Las vistas sobre Jaén son, quizás, el principal
atractivo de este castillo, que mantiene la impronta de su origen como
encrucijada de reyes y reinos, allá en el siglo XIII. El caudillo
cartaginés Aníbal fue el primero en erigir una fortaleza en el cerro de
Santa Catalina.
Con Roma se mantuvo esa fortaleza, que almorávides y
almohades convirtieron en todo un modelo de la arquitectura militar de
frontera. El alcázar árabe acabó siendo demolido y sus restos se
encuentran junto al restaurado edificio que actualmente es un Parador
Nacional.
Castillo de Sigüenza, la ciudad del Doncel
Sin duda, este municipio está marcado por su castillo,
actual Parador Nacional. Pero también por la leyenda medieval del Doncel
de Sigüenza y una artesanía única. El Castillo de Sigüenza fue edificado
en el siglo XII sobre una alcazaba árabe que dominaba la ciudad, bañada
por el río Henares. El primer señor de Sigüenza fue el arzobispo de
Toledo, Bernardo de Agen. Fue él quien recuperó la ciudad a los
musulmanes en 1123.
Quince años después, Alfonso VII concedió a los
obispos de Sigüenza la propiedad sobre la ciudad y sus gentes, de ahí
que se la conociera como 'la de los cien obispos de armas tomar'.
Palacio Real de Olite, los jardines colgantes de
Navarra
El Palacio Real de Olite tiene raíces francesas y es
reconocido mundialmente. Su fundador, Carlos III el Noble, fue rey de
Navarra entre 1361 y 1425, pero nació y se crió en suelo francés.
Entre 1402 y 1424 afrontó la construcción del Palacio
Nuevo, que, junto con la capilla de San Jorge, actualmente en ruinas, es
la parte visitable del recinto. Su antecesor, el Palacio Viejo, adosado
a sus muros, es un Parador Nacional.
Castillo de Peralada, pensado para el ocio
En 1923, el empresario Miguel Mateu, hijo del
cofundador de la legendaria marca de automóviles Hispano-Suiza, compró
el Castillo de Peralada. 75 años después, el municipio y su castillo son
un referente en el mundo cultural y del ocio gracias a una oferta que
incluye casino, campo de golf, hotel, bodegas y un prestigioso festival
de música.
Aunque Peralada fue una villa fortificada desde los
comienzos de la Edad Media, el incendio que asoló el viejo castillo en
1285 y el alejamiento de la frontera cambiaron su futuro. Los señores
del castillo, los Rocaberti, apostaron por una nueva fortaleza de aires
renacentistas.
Santueri, atalaya sobre la isla de Mallorca
El castillo de Santueri es una reliquia del pasado y
ofrece uno de los mejores puntos de observación de la Serra de Llevant
mallorquina. Ocupa un roquedal aislado de poco más de 400 metros de
altura. La aparición de la artillería hizo que el castillo, edificado en
1316, quedara relegado al olvido. Actualmente es de propiedad privada.
El actual recinto amurallado se construyó aprovechando
las ruinas de la antigua fortificación árabe. Tiene una planta
triangular, algo poco usual en la época- e incorpora diversas torres,
una de ellas circular.
Castillo de Coca, una joya del arte mudéjar
En los muros y salones interiores del castillo de
Coca, algunos de los mejores creadores del arte mudéjar y renacentista
dejaron una huella que todavía hoy resalta en su emplazamiento, en un
meandro del río Voltoya. En 1453, Alonso de Fonseca, arzobispo de
Sevilla, consiguió de Juan II la autorización para levantar una
fortaleza en la antigua Cauca romana.
Su construcción no se realizó siguiendo parámetros
militares, sino dando plena libertad a sus arquitectos, en especial a
los alarifes mudéjares. El castillo cuenta con volúmenes, adornos y
detalles que realzan la importancia del ladrillo como material de
construcción. Una diversidad y complejidad ajenas por entonces a la
austeridad castellana
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