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Promoción
Aventura en un moderno poblado
de Quintana Roo
Inscrito al mexicano Grupo Posadas, The
Explorean Kohunlich es toda una garantía de ecoturismo verdadero.
Como
vivir en mitad de la selva no obliga a pasar penalidades, parte de los
encantos de la nueva hotelería boutique de México han sido aplicados a
un poblado de apariencia primitiva pero de lujos y placeres
contemporáneos.
El poder magnético de la civilización maya aún perdura
en los yacimientos vecinos y alcanza a recorrer los rincones de este
hotel para aventureros acomodados.
Poblado primitivo de lujos
contemporáneos
El sureste mexicano, focalizado en el
estado de Quintana Roo, se tapiza de bosque selvático. Al hotel se llega
a través de la carretera que conduce hasta la zona arqueológica maya de
Kohunlich. A menos de dos kilómetros de las suites, se alzan las
pirámides de la civilización maya, el templo del sol, el juego de la
pelota, los palacios y las máscaras esculpidas en la piedra milenaria.
El tupido manto selvático que rodea la antigua ciudad maya de Kohunlich
hace hueco a un pequeño conjunto de cabañas un poco al estilo de algunos
eco lodges africanos.
Por encima de la densa maleza, sólo asoman las
estructuras de palmas secas y maderas que cubren cada espacio común o
privado. Las palapas, de origen filipino y legadas como viviendas del
occidente mexicano, conforman un paisaje reconocible.
Diseño integrado en el paisaje
Al aire libre, destaca una plataforma
soleada en donde se ha instalado la piscina, una fina laminilla
longitudinal cuyo intenso color azul resalta frente a las hamacas
blancas del solárium y entre tanto verde al que se asoma.
Las vistas
desde ella, tan relajantes como inquietantes, tan ilimitadas como
opresivas y asfixiantes. Ni un solo claro en la jungla.
Su diseño no
entorpece, todo lo contrario, resulta armónico. Al extremo de la
alberca, una colosal pieza rojiza se eleva como un tótem sobre el
promontorio del complejo. A modo de las típicas banderolas de los
hoteles, ya desfasadas, comunica la presencia de un apeadero en mitad de
la nada.
Interiores decorados con materiales y detalles
autóctonos
Las techumbres de las villas camuflan
una intervención un poco más sofisticada. Se trata de un poblado
indígena modernizado.
Estas cubiertas tradicionales contrastan con el
tapiado y su colorido.
Ya dentro de una de estas cabañas, el registro se
realiza en un escritorio con el fondo de una colección de réplicas de
estatuas mayas.
La ambientación interior ha cuidado los detalles
locales: el empleo de materiales autóctonos, el trabajo rústico y de
artesanía...
Al caer la tarde...
La recreación de un poblado rodeado de
selva invita a encontrar silencio y a vivir una experiencia lejos del
tráfico y de los grandes hotelones.
Por lo tanto, The Explorean
Kohunlich atrae a parejas de enamorados que quieren darse un festín de
romanticismo sin escapatoria a la civilización.
Como mucho, a la
exhibida en las ruinas arqueológicas cercanas. Una cena a la luz de las
velas, contemplar las estrellas desde telescopios, un masaje en la
cabina de relajación... Familias y amigos a la búsqueda de unas
vacaciones diferentes, dispuestos a navegar en kayak o a tumbarse a la
bartola.
Equipamiento de habitaciones
El resort dispone de 38 bungalós y 2
cabañas, en realidad de similares prestaciones salvo por incluir un
pequeño salón, un lavabo doble y, sobre todo, una piscina privada, bajo
la intimidad del saliente porticado de la palapa. Los dormitorios
presentan lo imprescindible, sencillez étnica a más no poder. Paredes
desnudas, jarapas, cojines de colores, camas de madera, bordados...
Sin
televisión que valga, el espectáculo está fuera y puede ser admirado en
la comodidad de los sillones y hamacas con que se amueblan la terraza y
el jardín privado, dispuesto detrás de cada suite. No olvidar el
repelente anti-insectos. Por su parte, los cuartos de baño son amplios
aunque sin demasiada gracia. Mármol, remates en madera y el albornoz
colgado de un poste antes de entrar en la zona de la ducha.
¡Buenos días!
El despertador de la selva siempre es
ensordecedor. La fauna se despereza y anuncia la llegada de la hora del
desayuno. Una bandeja colocada a la puerta de la habitación ofrece café
caliente y pan recién horneado. Es el primer paso para saltar de la cama
y acudir al restaurante en donde se sirven desayunos continentales o
caprichos fuera de carta.
No faltan los huevos revueltos y las típicas
tortitas mexicanas. Junto a la piscina, a la hora del almuerzo, el
restaurante La Palapa propone sugerencias regionales e internacionales.
Y en la misma piscina, cualquier hora es buena para un cóctel.
Actividades
El hotel no elude su relación con el entorno, por lo
que acerca a los huéspedes la exuberante naturaleza y la ancestral
cultura de la zona. Un completo programa de actividades sacia de
aventura al más inquieto.
Las excursiones dan para una ruta en bicicleta
o en camioneta por las ruinas arqueológicas del mismo Kohunlich, de
Dzibanche o de Campeche, llegar a la zona colonial de Chichan-Há,
practicar el rappel en una pared de 70 metros de altura, navegar en la
Laguna de Bacalar la Laguna de los Siete Colores-, visitar el poblado de
Xul Ha y acceder en kayak a su cenote, atravesar el canal de Jade y
remontar el río Hondo frontera natural con Belice-, y hasta avistar
cocodrilos en la Laguna de Chakanbakan.
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