Tal reducción, llamada Santo Domingo
Soriano, es el antecedente de la actual Villa Soriano, en el
departamento de Soriano.
Pero la fuerte resistencia de los indígenas en contra
de una posible conquista, sumada a la ausencia de oro y plata en la
zona, limitaron el asentamiento en la región durante los siglos XVI y
XVII, llamado en aquel entonces Banda Oriental.
Los españoles ingresaron
el ganado, el cual se adaptó fácilmente al territorio estableciéndose
las Vaquerías del Mar. La ambición por colonizar se vio aumentada al
verse la expansión de Portugal hasta las fronteras del actual Brasil.
En 1680 los portugueses comenzaran 100 años de
dominio en la
Banda Oriental, violando el Tratado de Tordesillas, fundan la Colonia
del Sacramento frente a la ciudad de Buenos Aires, en el año El 22 de
noviembre de 1723 el Maestre de Campo don Manuel de Freytas Fonseca
funda Montevideo. El 22 de enero de 1724 los españoles de Buenos Aires
desplazan a los portugueses. Los portugueses fundan en el norte de la
Banda Oriental la ciudad de Río Grande 1737, Porto Alegre 1742 y la la
Fortaleza de Santa Teresa en 1762 en Rocha.
Existe un error histórico mediante el cual se
desconoce que la Madre Patria de la Banda Oriental y por ende del
Uruguay ha sido Portugal y en segunda medida España.
Montevideo fue fundada oficialmente el 24 de diciembre
de 1726 por el capitán español Bruno Mauricio de Zabala, llamado "Brazo
de Hierro", comisionado por las autoridades establecidas en Buenos
Aires. La nueva fundación recibió inicialmente el nombre de Fuerte San
José, y luego de San Felipe y Santiago, aunque el lugar era conocido de
antiguo por los españoles como Montevideu, nombre tal vez derivado del
término "monte videm" usado por quien avizorara por primera vez el cerro
existente en sus costas, Miguel de Triana . España solo tiene Montevideo
y sus cercanías Departamentos de San José, Flores, Canelones y
Maldonado. El 90 % de la Banda Oriental seguía siendo Portugues desde
1680. La Banda Oriental fue portuguesa en los hechos por cien años desde
1680 a 1777.
El 22 de noviembre de 1749, el rey de España nombra
primer Gobernador de Montevideo a José Joaquín de Viana. Éste, llega al
Río de la Plata en el barco Nuestra Señora de la Concepción el 3 de
febrero de 1751, desembarcando en Buenos Aires, donde jura el cargo de
primer Gobernador de Montevideo ante el Capitán General Andonaegui y
toma posesión del mismo en sesión solemne que el Cabildo montevideano
celebrara el 14 de marzo. La Gobernación de Montevideo comprendía los
territorios desde la boca del arroyo Cufré, en el oeste, hasta el cerro
Pan de Azúcar, al este, llegando por el norte desde las nacientes de los
ríos San José y Santa Lucía siguiendo la línea de la Cuchilla Grande
hasta el cerro Ojosmín, que se encuentra en el actual departamento de
Flores. Corresponde a los actuales departamentos de Montevideo,
Canelones y parte de los de San José, Flores, Florida, Lavalleja y
Maldonado.
El primer virrey del Río de la Plata, Pedro de
Cevallos (o Zevallos) reconquistó Montevideo y las Fortaleza de Santa
Teresa así como, la isla de Santa Catarina de donde fue desplazo
inmediatamente. Finalmente, en 1777, el mismo Cevallos, nombrado virrey
del recientemente creado Virreinato del Río de la Plata, conquista
definitivamente la colonia, conquista que es refrendada mediante el
tratado de San Ildefonso, firmado ese mismo año, por el que la frontera
hispano-portuguesa se fijaba en el río Negro, quedando España en poder
de la mitad sur del actual Uruguay.
España gobernaba entonces solamene el sur de Uruguay
quedando el norte de Uruguay, Rio Grande do Sul, Santa Catarina y Parana
así como las Misiones en poder Portugues en el año 1777. La Banda
Oriental desde 1680 seguía siendo portuguesa. Desde el año 1763 hasta el
año 1828 la fortaleza de Santa Teresa y luego el fuerte de San Miguel,
pasaran a manos portuguesas y españolas constantemente. El hoy
departamento de Rocha fue sucesivamente portugues y español.
España gobierna Montevideo solo 32 años y el sur de
Uruguay solo desde 1777 a 1807. Cuando Montevideo pasa manos Británicas
(ingleses) y desde 1807 por cuatro años hasta 1811 cuando Uruguay se
declara independiente. En 1815 Montevideo es Uruguayo bajo el mando de
Artigas y Ortorgues pero un año después desde 1816 a 1824 Uruguay es
Portugues. De 1824 y 1827 es Brasileño.
La primera parte del siglo XIX estuvo marcada por una
lucha entre España y Portugal para poder obtener el dominio sobre la
zona. Además, entre 1806 y 1807 el Reino Unido invadió Buenos Aires y
Montevideo, pero fue derrotado y se retiró.
Las poblaciones fundadas durante la época colonial
fueron:
- Colonia del Sacramento (1680)
- Real de San Carlos (1680)
- Santo Domingo Soriano (1708)
- Víboras (1780)
- Mercedes o Capilla Nueva (1788)
- Dolores, Espinillo o San Salvador (1800)
- Rosario o el Colla (1810)
- Maldonado
- Fuerte de San Miguel
- Fortaleza de Santa Teresa
- San Carlos
- Rocha (1793)
- Melonsito
- Montevideo
- Guadalupe o Canelones (1774)
- San Juan Bautista o Santa Lucía (1781)
- Pando (1781)
- San José (1781)
- Minas (1783)
- Piedras (1800)
- Florida
- Santísima Trinidad de Porongos (1803)
- Belén (1800)
- Paysandú (1772)
Lucha por la independencia
Iniciado el proceso revolucionario en Buenos Aires, en
la llamada Revolución de mayo de 1810, la Banda Oriental tardó en
sumarse. El denominado Grito de Asencio protagonizado por Pedro José
Viera y Venancio Benavides el 27 de febrero de 1811, se considera
tradicionalmente el punto de partida de la revolución en el país.
Rápidamente al día siguiente se ocuparon las villas de Mercedes y de
Santo Domingo de Soriano, solicitando auxilios a la Junta de Buenos
Aires. José Gervasio Artigas, hoy considerado máximo héroe nacional, se
sumó a la revolución y lanzó una exitosa revuelta en contra de España.
Tras ocupar Soriano, Benavides tomó El Colla (Rosario) el 20 de abril.
Manuel Francisco Artigas avanzó sobre las poblaciones del este, el 24 de
abril de 1811 tomó la villa de Minas, el día 28 entró en San Carlos y el
día 29 rindió Maldonado, luego un destacamento avanzó hacia el fuerte de
Santa Teresa. Fuerzas unidas de Manuel Francisco Artigas y de Benavides
ocuparon San José el 25 de abril tras tomar a Porongos.
Artigas en
la Ciudadela, óleo de Juan Manuel Blanes
José Gervasio Artigas dirigió sus tropas hacia
Montevideo y venció a los realistas en la batalla de las Piedras, el 18
de mayo del mismo año, sitiando pocos días después la ciudad amurallada
de Montevideo, último reducto de la colonia española en la Banda
Oriental, ya que Colonia del Sacramento había sido ocupada el 26 de mayo
por Benavides.
Estatua de José
Gervasio Artigas
El envío de un contingente portugués en auxilio de los
españoles llevó al Gobierno de Buenos Aires a pactar con los españoles,
ordenando la retirada de las tropas revolucionarias de la Banda Oriental
que incluida Entre Ríos, Sur de Corrientes, Uruguay, Misiones Orientales
Río Grande do Sul, Santa Catarina. Artigas acató el pacto, retirando el
sitio de Montevideo. Casi toda la población del sur de la Banda Oriental
excepto Montevideo, lo acompañó en la retirada hasta el arroyo Ayuí
Grande en la actual ciudad entrerriana de Concordia, dejando el
territorio virtualmente vacío. A este acontecimiento se le denomina el
Éxodo oriental o también La Redota y demostró el liderazgo de Artigas en
el pueblo del sur Banda Oriental.
La posición de Buenos Aires, aunque acatada, provocó
fuerte malestar entre los orientales. A partir del 26 de febrero de 1813
se reanuda el sitio de Montevideo, que cae finalmente el 23 de mayo de
1814. Durante ese período se incrementan los enfrentamientos entre
Artigas, partidario del federalismo y cuadillo de la Liga Federal, y el
gobierno de Buenos Aires. Entre las instrucciones que Artigas dio a los
diputados orientales a la Asamblea del año XIII, figuran los límites de
la Provincia Oriental que él pretendía:
Artículo 8º: El territorio que ocupan estos Pueblos
desde la costa oriental del Uruguay hasta la fortaleza de Santa
Teresa forman una sola Provincia, denominante la Provincia Oriental.
Pues el resto de la Banda Oriental esto es el Norte
del Río Negro mas todo Río Grande do Sul y Santa Catarina era Portuguesa
Artículo 9º: Que los siete Pueblos de Misiones, los
de Batoví, Santa Tecla, San Rafael y Tacuarembó que hoy ocupan
injustamente los Portugueses y a su tiempo deben reclamarse serán en
todo tiempo territorio de esta Provincia
En 1815, Artigas logró reunir en la ciudad entrerriana
de Concepción del Uruguay que pertencia por entonces a la Banda Charrúa
o Banda Oriental el protocongreso de la independencia argentina,
conocido como Congreso de Oriente, con representantes de la Banda
Oriental, Córdoba, Corrientes, Entre Ríos, las Misiones -mucho más
extensas que la actual provincia argentina de ese nombre, aunque sus
representantes no llegaron a tiempo- y Santa Fe, aunadas en la Liga
Federal a la cual fueron invitadas todas las otras provincias de los
territorios del antiguo Virreinato del Río de la Plata.
La Banda Oriental se divide en cuatro republicas:
Republica de Entre Rios (con Corrientes), Republica de Uruguay,
Republica de Rio Grande do Sul y Republica juliana (Santa Catarina) Las
que desde 1825 intentan ser independientes y confederadas. 1820 Ramírez
creó entonces la República de Entre Ríos 1820-1821 1825 Declaración de
independencia de la Banda Oriental 1828 Uruguay es independiente del
Brasil (solo el sur de la Banda Oriental el norte sigue siendo brasileño
1836 Se proclama la Republica Rio Grandense (norte de la Banda oriental
1839, la República Riograndense formó una confederación conjunta con la
República Juliana, la cual fuera proclamada ese mismo año, en Santa
Catarina, y cuya capital era la ciudad de Laguna
La Cisplatina y la Guerra del Brasil
Bandera de la Provincia Cisplatina.
En 1821 la ahora llamada Provincia Oriental del Río de
la Plata, actual Uruguay y ex Banda Oriental, fue anexada a Brasil por
Portugal siempre cultural e históricamente unida a Río Grande con el
nombre de Provincia Cisplatina, tras ser derrotado Artigas en el combate
de Tacuarembó (1820). Portugal entendía que el resto de la Banda
Oriental o Charrúa compuesto por Entre Ríos y Corrientes era parte suya
llamando a esa parte Provincia Transplatina (Entre Ríos y Corrientes) la
cual formo una republica que solo duro un año.
Bandera de la
Provincia Cisplatina
Cinco años después, en 1825, y con el apoyo del
gobierno argentino, un grupo de orientales, llamados los Treinta y Tres
Orientales y liderados por Juan Antonio Lavalleja, invadió la Provincia
Oriental para retirar a los brasileros. Eventualmente se suma el general
Fructuoso Rivera quien ofreció a los Portugueses una vasta región del
Uruguay a cambio de lograr la "Paz". El territorio cedido por Rivera a
los Portugueses limitaba al sur de la actual ciudad de Porto Alegre.
Para José Gervasio Artigas fue toda una traición.
El Juramento de
los Treinta y Tres Orientales, óleo de Juan Manuel Blanes
El 25 de agosto de 1825, en el Congreso de Florida, se
declara la independencia del territorio oriental, y su voluntad de
formar parte de las Provincias Unidas del Río de la Plata (lo que
actualmente es Argentina, excepto el territorio de Uruguay y el
departamento boliviano de Tarija.
La H. Sala de Representantes de la Provincia Oriental
del Río de la Plata en virtud de la soberanía ordinaria y
extraordinaria que legalmente reviste para resolver y sancionar todo
cuanto tienda a la felicidad de ella, declara: que su voto general,
constante, solemne y decidido es, y debe ser, por la unidad con las
demás Provincias Argentinas a que siempre perteneció por los
vínculos mas sagrados que el mundo conoce. Por tanto, ha sancionado
y decreta por ley fundamental la siguiente: Queda la Provincia
Oriental del Río de la Plata unida a las demás de este nombre en el
territorio de Sud América, por ser la libre y espontánea voluntad de
los Pueblos que la componen, manifestada con testimonios
irrefragables y esfuerzos heroicos desde el primer período de la
regeneración política de dichas Provincias. Dado en la Sala de
Sesiones de la Representación Provincial, en la villa de San
Fernando de la Florida, a los veinticinco días del mes de agosto de
mil ochocientos veinticinco.
Las Provincias Unidas derrotaron a Brasil luego de una
lucha de tres años, la batalla decisiva fue la de Ituzaingó. Sin
embargo, los problemas económicos obligaron a aceptar reclamos
brasileños y británicos, por lo que el 28 de agosto de 1828, bajo la
vigilancia del Reino Unido, se firma la Convención Preliminar de Paz, en
que se establecía la creación de un estado independiente de Argentina y
de Brasil en el territorio en el Sur de la Banda Oriental mientras que
el Norte se transformaría en dos estados brasileños. Río Grande y Santa
Catarina.
Independencia
La primera constitución nacional fue adoptada el 18 de
julio de 1830, dándosele el nombre de República Oriental del Uruguay al
novel país. Pese a obtener que Brasil abandonara las pretensiones sobre
la actual República Oriental del Uruguay, el estado brasilero mantuvo
ocupada una gran parte de la Banda Oriental: las nacientes del Río Negro
en el nudo de Santa Tecla, y todo el extenso territorio entre el Río
Cuareim y el río Ibicuy (en grafía portuguesa: Ibicuí) y su curso alto
llamado río Santa María. También por el noroeste, los brasileños
lograron correr a su favor las fronteras, pese a su derrota militar: la
frontera del noroeste pasó de ser el Piratiny o Piratiní a ser el Río
Yaguarón.
El primer presidente, electo bajo la Constitución de
1830, fue Fructuoso Rivera, desplazando a Lavalleja, que no era de
ningún modo del agrado de los brasileños. Fue sucedido por Manuel Oribe,
asumido en 1834. No obstante, gran parte del poder seguía en manos de
Rivera, gracias al cargo de Comandante General de la Campaña que se
había creado para él mismo durante su mandato.
Diversos incidentes llevaron a la revolución de Rivera
y sus partidarios en contra del gobierno en 1836. Oribe decretó que sus
seguidores usaran una divisa blanca, mientras Rivera adoptó una cinta
colorada (primero había elegido una celeste, pero debido a que se
confundía con el blanco decidió cambiarla). Es de esta forma que
nacieron los "blancos" y "colorados", quienes se enfrentaron por primera
vez en la batalla de Carpintería, el 19 de septiembre de 1836.
Apogeo del caudillismo
Las vinculaciones de los colorados con los unitarios
argentinos y de los blancos con los federales dieron lugar a una
constante intervención de la Argentina en los asuntos internos
uruguayos, a lo que se sumaba Brasil. También se debe destacar la
intención de Francia y Gran Bretaña de extender su predominio económico
al Río de la Plata.
Todas estas influencias extranjeras, sumadas a las
rivalidades internas en Uruguay, desencadenarían la llamada Guerra
Grande (1839-1851). Luego de que las tropas riverenses vencieran a las
de Oribe, éste renunció a la presidencia y en su lugar fue electo
Rivera, el 1º de marzo de 1839. Ya en febrero de ese año le había
declarado la guerra a Rosas, aliado de Oribe, dando comienzo a la
contienda.
Entre 1839 y 1843, la guerra fue favorable a Rosas y
Oribe. Este último impuso el sitio de Montevideo entre 1843 y 1851. Así,
el país quedó dividido en dos partes: Montevideo bajo el poder del
Partido Colorado, apoyado por los ingleses y franceses, que forman el
Gobierno de la Defensa; el resto del país, dominado por Oribe y los
blancos, que formaron el Gobierno del Cerrito, con su capital en la
ciudad de Villa Restauración, actualmente el barrio de la Unión. Oribe
fue el primer presidente oriental que homenajeó oficialmente a Artigas,
bautizando con el nombre del prócer a la principal calle de Villa
Restauración.
Durante este período, varias legiones extranjeras —
franceses, italianos, etc. — apoyaron la defensa de Montevideo, siendo
especialmente notable la participación de Giuseppe Garibaldi, quien
comandara las fuerzas navales de Montevideo.
Desde 1849, tras aplastar el imperio del Brasil a la
República Riograndense, al concluir la Guerra de los Farrapos — del
portugués "Guerra de los Harapientos" — arreciaron las incursiones y
ataques brasileños sobre el territorio uruguayo.
En 1851, el gobernador de la provincia de Entre Ríos,
Argentina, Justo José de Urquiza, forma una coalición con Brasil y el
Gobierno de la Defensa e invadió el territorio uruguayo. Simultáneamente
se produjo una nueva invasión brasileña. El cansancio generado por la
larga guerra provocó la rápida rendición del gobierno del Cerrito y la
firma de la paz, el 8 de octubre de 1851. Como resultado del tratado de
paz firmado en 1852, Uruguay reconocía la soberanía brasileña sobre las
Misiones Orientales — ya ocupada en los hechos por el Imperio de Brasil
— más una franja adicional, entre los ríos Cuareim e Ibicuy.
Al finalizar la Guerra Grande, el país se encuentra
destrozado: totalmente adeudado, decrecimiento de población, destrucción
de la mayoría del ganado (principal fuente de ingresos del país).
Muchos responsabilizaron a los bandos políticos por la
debilidad interna y propusieron una política de fusión para eliminar las
divisas, llegando en 1857 el presidente Gabriel Pereira a prohibir la
reorganización de los partidos políticos.
Al llegar en 1860 a la presidencia Bernardo Berro, a
pesar de ser blanco, se inclinó hacia la política de fusión. Intentó
implantar una política de neutralidad con Argentina, ya que opinaba que
Uruguay no se debía entrometer en asuntos externos.
Venancio Flores, el principal caudillo uruguayo en ese
momento, se alió con los gobiernos de Brasil y Argentina e invadió el
territorio uruguayo. Tras una breve pero violenta guerra, accedió al
poder en 1865. Flores pagó el apoyo brasilero y argentino uniéndose con
ellos contra el Paraguay, en la Guerra de la triple alianza.
Flores fue asesinado en 1868, siendo sucedido por
Lorenzo Batlle. En su período de gobierno, lo más destacado fueron las
crisis económicas y políticas. Entre estas últimas se destacó la
"Revolución de las Lanzas", comandada por Timoteo Aparicio. Este período
(1868) se caracterizó por gobiernos débiles, siendo presidentes: Lorenzo
Batlle (1868-1872), José Ellauri (1872-1875) y Pedro Varela (1875).
Modernización y Militarismo
La Modernización es un concepto que engloba el período
de militarismo que comienza en 1876, tras un caos político presidido por
la Revolución de las Lanzas de Timoteo Aparicio, y finaliza en el siglo
XX con las reformas impulsadas por José Batlle y Ordóñez.
El 10 de marzo de 1876 se efectuó una amplia reunión
de comerciantes, hacendados y extranjeros residentes que ante la
acefalía en el poder y las graves crisis que enfrentaba el país, debido
en gran parte a la inoperancia de los gobiernos democráticos decidieron
ofrecerle el poder al Ministro de Guerra Coronel Lorenzo Latorre. Éste
aceptó y tomó el poder como "gobernador provisorio".
Los objetivos principales del régimen latorrista
fueron el logro de la paz interna y el orden (en la campaña, sobre todo)
y la afirmación del derecho a la propiedad privada.
El militarismo significó desde el ángulo político, la
sustitución de las banderías tradicionales (blancos y colorados), por el
gobierno de los grupos de presión más fuertes en lo económico, aliados
al grupo de presión más fuerte en el poder real y coactivo: el ejército.
La inoperancia, la debilidad y el tono artificial que había asumido
paulatinamente la superestructura política de la República, se tradujo
pues en una asunción del poder casi directa por parte del alto comercio,
la clase alta rural y los inversionistas extranjeros. Latorre se basó en
los progresos técnicos de la época, para consolidar la estabilidad
política del país.
Los fusiles Mauser y Remington le dieron al ejército
un poder incontrastable e inalcanzable para los revolucionarios por su
costo. La importancia del telégrafo radica en la velocidad para
transmitir información hasta los lugares más alejados de la capital. El
ferrocarril permitió el rápido traslado de tropas, para sofocar las
revoluciones.
También produjo una modernización del aparato jurídico
sustituyendo a los alcaldes por jueces letrados departamentales.
Simultáneamente se aprobaron los Códigos de Procedimiento Civil e
Instrucción Criminal en 1878, así como el Código Rural y la creación del
Registro de Embargos e Interdicciones. En 1879 se aprobó la Ley de
Registro de Estado Civil, con la cual pasó a manos del Estado una
función realizada hasta el momento por la Iglesia. Los juzgados de Paz,
comenzaron a llevar cuatro registros: de nacimientos, de defunciones, de
matrimonios y de reconocimientos y legitimaciones.
En materia económica y para mejorar las condiciones
del campo, Latorre se cercioró de la consolidación del derecho de
propiedad privada mediante el Código Rural de 1879, que establecía la
medianería obligatoria, lo que le dio un enorme impulso al cercamiento
de los campos. Estableció la Oficina General de Marcas y Señales en la
que debía solicitarse las marcas de ganado para evitar repeticiones y
fraudes y asegurar la propiedad del ganado. Otra medida que se implantó
como ayuda para consolidar el orden interno en la campaña, fue la
autorización dada a los grandes propietarios para establecer policía
particular a cargo del comisario.
El alambre consolidó el régimen vigente de la
propiedad de la tierra. En segundo término, eliminó al minifundista
ganadero y provocó la primera desocupación en el país al eliminar el
trabajo de muchos peones, agregados y puesteros. Esto provocó su
concentración en los suburbios de los poblados, de ciudades del interior
y en Montevideo, dando origen a lo que se empezó a conocer como
rancheríos.
Una de las reformas más importantes durante el
gobierno del Coronel Latorre fue la educativa, impulsada por José Pedro
Varela quien se encontraba a la vanguardia en materia de las nuevas
corrientes pedagógicas.
José Pedro Varela
Lorenzo Latorre 1875
Latorre abrió cauce a la efectivización de los
proyectos varelianos, una situación que señala el historiador Enrique
Méndez Vives en "El Uruguay de la Modernización" como paradojal, habida
cuenta de las características del régimen. Varela entendió que lo
importante era llevar a cabo la reforma educativa, que contribuiría a la
eliminación de gobiernos semejantes en el futuro. "La escuela es la base
de la República; la educación, la condición indispensable de la
ciudadanía. Todas las grandes necesidades de la democracia, todas las
exigencias de la República, sólo tienen un medio posible de realización:
educar; educar; siempre educar...".
El decreto ley de la Enseñanza Común fue aprobado el
24 de agosto de 1877. Estableció tres principios básicos, que hasta hoy
siguen presentes. La educación ha de ser: gratuita, obligatoria y laica.
Los dos primeros principios pudieron ser llevados a cabo sin grandes
dificultades. El freno estuvo en el aspecto de la laicidad. Entonces
Varela propuso, como transición, que el catolicismo fuera enseñado a los
alumnos cuyos padres así lo solicitaran.
Más que reformar, Varela creó un sistema educativo.
Dio contenidos científicos a los programas de estudio; seleccionó
personal docente dando amplia participación a la mujer; implantó la
descentralización administrativa, procurando la participación popular en
el mejoramiento de la escuela pública.
Latorre no desarrolló un gobierno a favor de la clase
militar, pero tuvo importantes cantidades de autoritarismo lo que ayudó
para forjar un Poder Central capaz de encarrilar al país en las normas
necesarias para el desarrollo de una economía moderna. Defensa de la
propiedad privada de la tierra y del ganado, establecimiento del patrón
oro, reanudación del pago de la deuda pública; pero también,
modernización técnica y administrativa del Estado.
La Suiza de América
A finales del siglo XIX el país había completado su
organización y durante la etapa batllista consolidó su democracia y
alcanzó altos niveles de bienestar, equiparables a los europeos. Debido
a esto, Uruguay comenzó a ser conocido como "la Suiza de América".
La mayor parte del esfuerzo del primer mandato de José
Batlle y Ordóñez se destinó en asuntos políticos que incluyeron los
levantamientos de 1903 y 1904, protagonizados por Aparicio Saravia y el
Partido Nacional. De esta manera se pudo consolidar definitivamente la
autoridad del poder central en toda la República. Poco, fue el tiempo
que quedó para la realización de la obra económica y social.
José Batlle y
Ordóñez hacia 1900
En el plano económico se destaca: la erogación de 3
millones de pesos, con destino a la construcción y mejora de caminos de
la campaña. Se intentó favorecer el surgimiento de la industria nacional
y disminuir la dependencia del exterior por la importación de azúcares a
través de una ley en la que se otorgaban varias primas anuales y
semillas seleccionadas. Se ampliaron también, las obras de la Usina de
Luz Eléctrica. En el plano financiero, existió el deseo por parte del
Ejecutivo de lograr una paulatina independencia del financiamiento
inglés. En el plano educativo, en 1903 se creó la Facultad de Comercio
(futura de Ciencias Económicas) y en marzo de 1907 la Facultad de
Veterinaria y Agronomía. Se trataba de tecnificar el comercio y el agro
desviando a los hijos de estancieros de las tradicionales carreras de
abogado y médico. Se proyectó la instalación de diez liceos
departamentales, procurando otorgar en el interior de la República
elementos de cultura superior a la de la enseñanza primaria.
En el plano político, la tarea fue absorbida por los
levantamientos armados producidos por la política exclusivista de
partido desarrollada por Batlle y la negativa del Partido Nacional a
seguir aceptando su continua marginación del gobierno. Firmada en 1904
la Paz de Aceguá, las consecuencias de la revuelta fueron: A) La
consolidación de la unidad del Estado. El triunfo colorado implicó la
finalización de la política de coparticipación en los gobiernos
departamentales. B) Gobierno excluyente de partido y C) La Reforma
Electoral.
Con la asunción de Claudio Williman se continuó con un
gobierno batllista. El 25 de agosto de 1909 se produjo la inauguración
del puerto de Montevideo que estaría al servicio público y el Estado se
reservaba la administración portuaria. El país contaba desde este
momento con un medio que le permitiría competir con Buenos Aires en
relación con el tráfico de ultramar.
Durante la segunda presidencia de Batlle y Ordóñez
hubo importantes aportes a los derechos laborales de los trabajadores.
Se prohibía el trabajo de menores de 13 años, se restringía la jornada a
los menores de 19; la mujer dispondría de 40 días de descanso en el
período de embarazo, el descanso obligatorio era de un día cada siete y
un máximo de 48 horas semanales de trabajo. Se estableció la jornada de
trabajo en 8 horas. También se creó una ley de pago de indemnizaciones
por accidentes de trabajo. Se aprobó una pensión a la vejez que podían
utilizar todas las personas mayores de 65 años y de cualquier edad en
caso de invalidez absoluta, que se encontrara en la indigencia. Se
estableció la indemnización por despido que dependía de la cantidad de
años trabajados.
En lo que se refiere a la actividad económica del
Estado (estatización y nacionalización). El principio ideológico era que
los servicios públicos esenciales debían estar en manos del Estado, ya
que éste era el organismo representativo de la sociedad, es decir, de
todas las clases sociales, y estaba por encima de sus disputas; el
Estado debía intervenir allí, donde el capital privado fuera indeciso o
temiera perder dinero, porque no estaba guiado por el afán de lucro sino
de servicio público; el Estado debía sustituir a las empresas
extranjeras que se llevaban la ganancia fuera de fronteras debilitando
así el país.
Fue así que se produjo la estatización del Banco de la
República Oriental del Uruguay, 1911 y 1913, la del Banco Hipotecario
del Uruguay, en 1912, y la de los seguros, que pasaron de manos privadas
a manos estatales con la creación en 1911 del Banco de Seguros del
Estado. Se creó a su vez, en 1915 la Administración de Ferrocarriles del
Estado y se produjo la secularización de actos públicos.
Como jefe del ejecutivo aseguró la unidad nacional
acabando con diversas rebeliones departamentales, estableció la jornada
laboral de ocho horas, la indemnización laboral y promulgó la primera
ley del divorcio en Latinoamérica, que reconocía los derechos de las
mujeres; también creó institutos de enseñanza media en todas las
ciudades departamentales. Durante su presidencia, se crearon empresas
públicas que competían con las privadas, proporcionando servicios más
baratos.
Durante su segundo mandato, sentó las bases para la
futura reforma constitucional. Es decir, que produjo en todos los
ámbitos la modernización del Estado. Su filosofía, aún sigue presente en
la mentalidad de los uruguayos, independientemente de partidos
políticos.
Primera dictadura del siglo XX
Gabriel Terra, presidente el 1 de marzo de 1931, se
opuso desde un principio a la constitución de 1917. El 31 de marzo de
1933, con apoyo de la Policía, dirigida por su cuñado, Alfredo Baldomir,
el Ejército, y el sector mayoritario del Partido Nacional, dirigido por
Luis Alberto de Herrera, dio un golpe de estado, conocido como Dictadura
de Terra, por el que se disolvió el Parlamento y se censuró la prensa.
Gabriel Terra
Instauró un gobierno de carácter conservador,
autoritario y antiliberal al que se opusieron el batllismo y la
izquierda. En 1934 hizo promulgar una nueva constitución de carácter
presidencialista que tuvo vigencia plena hasta 1942. Fue elegido
presidente nuevamente en aquel año, y desempeñó el mando hasta el 19 de
junio de 1938.
Durante su mandato se desarrolló una política
industrializadora de sustitución de importaciones y se realizaron obras
publicas de importancia como la represa de Rincón del Bonete, inaugurada
en 1937. Rompió relaciones diplomáticas con la Unión Soviética en 1935 y
reconoció al gobierno de Francisco Franco en 1936.
Salió airoso de un atentado contra su vida en junio de
1935 y pudo igualmente sofocar un levantamiento armado contra su
gobierno, ocurrido en el mismo año.
Deterioro económico
Hacia 1955 , producto de un desarrollo económico
inarmónico y altamente dependiente, basado en el beneficio de un
reducido grupo social que detentaba los resortes de la producción
(básicamente ganadería extensiva y latifundista), la distribución (el
complejo frigorífico) y una escasa y poco especializada industria que se
basaba en la explotación de amplios sectores de obreros y asalariados,
se inició una crisis económica que afectó también a las instituciones
públicas. La depreciación de la moneda nacional, la dependencia de los
precios internacionales, el pobre desarrollo del mercado interno, el
clientelismo político y el peso de una burocracia político-estatal
entremezclada y comprometida con los grupos dominantes, terminó con la
"Suiza de América" que fue producto de una situación circunstancial en
la que el país sobrevivió sobre el ingreso de divisas provenientes de la
exportación de comestibles durante el período de la segunda guerra y los
años sub-siguientes. Ya establecida esa crisis del modelo dependiente y
débilmente desarrollado, durante la década de 1960 hubo un proceso de
gran deterioro económico y por lo tanto social con un notable aumento de
la conflictividad y de la búsqueda de alternativas por parte del
movimiento social, que también incluyó la lucha armada, propuesta
determinada por uno de los movimientos generados durante el período.
Esta estuvo protagonizada por la guerrilla urbana que llevaron adelante
grupos de extrema izquierda, entre los cuales destacan los Tupamaros, y
fuerzas de extrema derecha, como el Escuadrón de la muerte[cita
requerida] y la Juventud Uruguaya de Pie (JUP).
Las Fuerzas Armadas, alentadas por el discurso y la
acción propagandística y aún legislativa de algunos sectores de los
partidos tradicionales, que profundizaron el enfrentamiento del modelo
conservador contra las propuestas populares y ya desarrollada la primera
unidad del movimiento popular (CNT - Convención Nacional del
Trabajadores) y de la izquierda política (Frente Amplio) promovidas por
la propuesta de los más tradicionales partidos de la izquierda y algunos
sectores progresistas de los partidos tradicionales fueron asumiendo
gradualmente un nuevo protagonismo. Como única respuesta ante el clamor
popular, la crisis social, económica y política que vivía el país, y el
vaciamiento autopromovido de la institucionalidad, se dio un Golpe de
Estado cívico-militar, encabezado por el Presidente de la República,
Juan María Bordaberry.
Los gobiernos blancos
Las elecciones de 1958
En 1958, el Partido Nacional ganó las elecciones,
despojando del poder al Partido Colorado, que gobernaba desde hacía 93
años.
Así llegaba a su fin el denominado neobatllismo, o
sea, un segundo batllismo, cuya principal figura era Luis Batlle Berres,
líder colorado sobrino de José Batlle y Ordóñez, y que había intentado
impulsar la industria nacional.
En esta primera victoria del Partido Nacional el
sector más votado dentro de este partido fue el herrero-ruralismo, cuyos
dirigentes eran Luis Alberto de Herrera (caudillo blanco y una de las
principales figuras políticas del S. XX) y Benito Nardone, dirigente
ruralista que, apodado como Chico-Tazo, se había hecho muy popular en el
Interior del país con sus alocuciones radiales de corte populista, y que
decidido a entrar en la política, se había aliado con los blancos. El
otro sector (que triunfaría cuatro años después) era la UBD (Unión
Blanca Democrática), que representaba lo urbano. De esta forma el
Consejo Nacional de Gobierno (recordar que desde 1952 el Uruguay adoptó
un Poder Ejecutivo colegiado, donde el poder era ejercido por un consejo
de nueve personas, seis del lema más votado, tres del que lo seguía)
quedó integrado por Martín R. Echegoyen, Eduardo Víctor Haedo, Justo
Alonso (herreristas), Benito Nardone, Faustino
En estas elecciones, los blancos triunfaron con el
49.7 por ciento de los votos, lo que representa 499.425 ciudadanos, y
los colorados obtuvieron un 37.7 por ciento, lo que equivale a 379.062
sufragios.
Sin embargo, el cambio de mando de un partido político
a otro estuvo signado por la intranquilidad. Como ejemplo se puede
hablar del relato de Líber Seregni, líder político que por ese entonces
era coronel, al periodista Alfonso Lessa, en el que cuenta que algún
militar colorado le propuso a Luis Batlle Berres no entregar el poder, y
éste respondió echándolo "a patadas en el culo" (así se expresó el
testigo).
Primer gobierno blanco
El primer año de gobierno blanco fue bastante
complicado.
En abril de 1959 se desataron graves inundaciones en
los departamentos del litoral y del centro del país. El gobierno aplicó
Medidas Prontas de Seguridad entre el 15 de abril y el 23 de junio. Tuvo
que racionarse el consumo de energía, se creó una Comisión
Pro-Damnificados, para obtener recursos se lanzó un Empréstito
Patriótico y se modificaron los horarios laborales. Las consecuencias
fueron catastróficas: se calcularon 41.000 personas desplazadas, además
de pérdidas económcias y materiales millonarias.
Además, en poco tiempo la alianza entre el herrerismo
y el ruralismo se quebró, y comenzaron los ataques entre un sector y
otro. El 8 de abril de 1959 falleció Luis Alberto de Herrera.
Los blancos habían llegado al poder con la promesa de
desmantelar el modelo neobatllista, caracterizado por la intervención
del Estado y numerosos subsidios, además del tipo de cambio múltiple
(esto significaba que el dólar tenía distinto valor dependiendo de la
actividad de quien comprara o vendiera). En este sentido, los blancos
implementaron una política económica que apuntaba a liberar la economía.
El 17 de diciembre de 1959, fue aprobada la reforma cambiaria del
ministro de Hacienda Juan Eduardo Azzini, en la que, entre otras cosas,
se eliminaba el poder del Estado de fijar los tipos de cambio (a partir
de ese momento el valor de las monedas sería fijado por la oferta y
demanda), se sustituía el tipo de cambio múltiple por aranceles
aduaneros y nuevos subsidios, y se devaluó la moneda, que pasó de 4,11
pesos por dólar a 11 pesos. Como producto de esta reforma, que
significaba un duro golpe al Estado benefactor (o al menos esa era la
percepción de la opinión pública de la época), se disparó la
conflictividad social y en 1961 apareció la CTU (Central de Trabajadores
del Uruguay). El resultado inmediato de la reforma fue una inflación del
49 por ciento, producto de la devaluación, pero en los siguientes dos
años, fue moderada.
En materia de política internacional, Uruguay confirmó
ser un país influenciado por Estados Unidos. Por ejemplo, en Punta del
Este se llevaron a cabo las reuniones que crearon la Alianza para el
Progreso, y en 1961 Uruguay declaró personas no gratas al embajador
cubano y al primer secretario de la embajada de la URSS, y el año
siguiente, nuevamente en Punta del Este, se realizó la VIII Reunión de
Consulta de Cancilleres, en la cual se decidió la expulsión de Cuba de
la OEA. De este primer gobierno blanco también datan las primeras cartas
de intención firmadas con el FMI. Aunque también se debe destacar la
visita de Fidel Castro en 1959 (antes de que se declarara
marxista-leninista) y de Ernesto Guevara en 1961. Este último personaje
dio un discurso en el Paraninfo de la Universidad, en el que desconcertó
a todos los uruguayos, al afirmar que la fuerza era la última
herramienta y que sólo debía ser usada contra el que la ejerc
También en este primer colegiado blanco (así como en
el segundo) se llevaron a cabo importantes realizaciones en obras
públicas. A partir de 1959 se aprobaron sucesivos planes anuales
impulsados por el ministro de Obras Públicas, Luis Giannattasio. En
estos ocho años se construyeron las rutas 5 (Montevideo-Rivera) y 26
(Paysandú-Melo), con financiación del BID. Además se expandió la
Interbalnearia y se comenzaron a construir los puentes sobre el Solís
Grande y el Solís Chico, y se inciaron conversaciones con Argentina para
explotar el potencial hidroeléctrico de los ríos.
Segundo gobierno blanco
El 25 de noviembre de 1962 se llevaron a cabo
elecciones, con un paisaje político distinto al de cuatro años antes. El
Partido Socialista (dirigido por Vivian Trías, que había desplazado al
líder histórico Emilio Frugoni) se alió con escindidos nacionalistas
para formar la Unión Popular. El Partido Comunista del Uruguay se
presentó como el FIDEL (Frente Izquierda de Liberación), en el que se
agrupaba también a sectores que abandonaban los partidos tradicionales.
La vieja Unión Cívica del Uruguay se reformuló formando el Partido
Demócrata Cristiano. En el Partido Nacional, la UBD se alió con el
Herrerismo ortodoxo para disminuir la influencia de Nardone. El resto
del Herrerismo continuó aliado al dirigente rural. Dentro del Partido
Colorado continuaron las fragmentaciones, destacando la creación de la
Lista 99, integrada por elementos de la Lista 15 y de la Lista 14. La
recientemente creada lista presentaba un programa renovad.
Las elecciones fueron nuevamente ganadas por los
blancos, aunque el margen entre éstos y los colorados se redujo: de
120.000 votos hacía cuatro años, pasaron a 23.000 sufragios de
diferencia.
El nuevo Consejo Nacional de Gobierno fue integrado
por Daniel Fernández Crespo, Washington Beltrán, Carlos María Penadés,
Héctor Lorenzo y Losada (UBD), Luis Giannattasio, Alberto Héber Usher (Herrerismo
ortodoxo), Alberto Abdala, Amílcar Vasconcellos y Óscar Gestido (Partido
Colorado).
Este segundo gobierno blanco fue pronto víctima de las
enemistades internas. La alianza entre la UBD y el Herrerismo ortodoxo
pronto sucumbió, y los ministros blancos comenzaron a ser interpelados
por los senadores de su propio partido.
La situación económica internacional fue adversa a
Uruguay, ya que la Comunidad Europea comenzó a subsidiar a sus
productores y aumentó los aranceles, la URSS lanzó un programa para
aumentar la producción de carne y de leche, al tiempo que países como
Australia y Nueva Zelanda aumentaron su productividad. Los precios
internacionales cayeron. En 1963 el Banco República debió devaluar la
moneda, y el dólar pasó a valer 16,50 pesos. La conflictivdad aumentó, y
las huelgas, paros u ocupaciones se hicieron comunes (entre enero de
1964 hasta marzo de 1965 se contabilizaron 650 movilizaciones). En 1964
se formó la Convención Nacional de Trabajadores, organismo de
coordinación entre los sindicatos dentro de la Central de Trabajadores
del Uruguay (CTU) y los sindicatos no afiliados a ella (por ejemplo, los
bancarios o los trabajadores de la carne). El año 1965 fue devastador.
Se inició con una intensa sequía que afectó al país durante
También contribuyó a empeorar la situación la muerte,
en 1964, de los principales líderes políticos del país: Benito Nardone,
Luis Batlle Berres, Javier Barrios Amorín, Daniel Fernández Crespo
(todas muertes acaecidas en un período de tres meses) y el retiro de la
política de César Batlle Pacheco, que moriría en 1966.
Por otra parte, la movilización obrera provocó la
implementación en varias ocasiones de las Medidas Prontas de Seguridad
por parte del Gobierno (por ejemplo, en febrero de 1963, a raíz de la
huelga de los trabajadores de UTE, o en octubre de 1965, ante la presión
ejercida por los gremios para aumentar los salarios). Durante el segundo
colegiado blanco fue tomando forma el movimiento obrero, y a la creación
en 1964 de la ya mencionada CNT le siguió la realización del Congreso
del Pueblo en 1965, donde se proponían las salidas a la crisis, lo que
desembocaría con el establecimiento, en 1966, de la CNT como central
única de trabajadores.
En este segundo gobierno blanco tomaron lugar robos
que luego se sabría eran obra de la guerrilla urbana tupamaros. Se puede
señalar el robo de armas del Club de Tiro Suizo de Nueva Helvecia
(considerado el primer acto de los tupamaros), el bombardeo de la
embajada de Brasil después del golpe de Estado en dicho país, atentados
con bombas a domicilios de integrantes del Consejo Nacional de Gobierno
y a sucursales de bancos estadounidenses, etc. Además, por estos años se
llevaron a cabo las marchas cañeras, manifestaciones de trabajadores de
la caña de azúcar de Artigas, que reclamaron en Montevideo por los
despidos masivos. Estos trabajadores eran dirigidos por Raúl Sendic, al
punto de que la consigna de la movilización era "por la tierra y con
Sendic".
La reforma de 1966
Al llegar las elecciones de 1966, nadie discutía que
el Colegiado era un sistema ineficaz, inoperante, o demasiado
deliberativo. En efecto, la imagen que tenía el pueblo uruguayo del
Colegiado era una corporación deliberante incapaz de tomar las medidas
necesarias para lidiar con la crisis. Entonces, junto a las elecciones
para definir a los próximos titulares del Poder Ejecutivo, se
presentaron cuatro reformas constitucionales en las que se presentaban
nuevos sistemas de gobierno. Todas tenían como factor común la vuelta al
presidencialismo. Cada una fue apodada con el nombre del color de la
papeleta de votación. A continuación, una breve reseña de cada una:
La reforma "amarilla": iniciada por un grupo de
sindicatos y apoyada por el FIDEL. Promulgaba un Poder Ejecutivo
unipersonal aunque se le quitaban facultades al presidente, como, por
ejemplo, las Medidas Prontas de Seguridad. Obtuvo el apoyo del 5.21% del
total de votantes habilitados.
La reforma "gris": fue presentada por una parte del
Partido Nacional. Proponía, principalmente, un gran fortalecimiento del
Poder Ejecutivo, dándole facilidades para disolver las Cámaras, romper
con la autonomía de la educación, etc. Capturó el voto del 10.57%.
La reforma "rosada": obra del Partido Colorado,
coincidía con la "gris" en el fortalecimiento del Ejecutivo, aunque con
mayor respeto a las garantías individuales, pero al iniciarse las
alianzas con los blancos para presentar una reforma conjunta, quedó en
un segundo plano, siendo una porción minúscula de las preferencias del
electorado.
La reforma "naranja": fue presentada por la mayoría
del Partido Colorado y del Nacional. Proponía la sustitución del Consejo
Nacional de Gobierno por un Presidente con mandato de cinco años (con el
Colegiado eran de cuatro) sin posibilidad de relección inmediata.
Cambiaba fuertemente la relación entre el P. Ejecutivo y el Legislativo,
dándole más poderes al primero y otorgándole total control en el orden
económico-financiero. Fue la reforma que triunfó, con el 75% de los
votos, superando el 35% que era necesario para ser aprobada.
El golpe de estado de 1973
Artículo principal: Golpe de Estado del 27 de junio de
1973
El 27 de junio de 1973, argumentando “la acción
delictiva de la conspiración contra la Patria, coaligada con la
complacencia de grupos políticos sin sentido nacional, se halla inserta
en las propias instituciones, para así presentarse encubierta como una
actividad formalmente legal”, el Poder Ejecutivo disuelve las Cámaras de
Senadores y Representantes, crean un Consejo de Estado con funciones
legislativas, de contralor administrativo y con encargo de proyectar una
reforma constitucional que reafirme los principios
republicanos-democráticos, suspende los derechos civiles y faculta a las
FF.AA. y Policiales para asegurar la prestación interrumpida de los
servicios públicos. También dispone la instalación de un Consejo de
Estado que pretendía sustituir al parlamento.
En respuesta al golpe de estado, en la misma madrugada
en que se gesta el golpe, el secretariado de la CNT (Central Nacional de
Trabajadores) lanza un manifiesto en el que en el que llama a la
"ocupación de las fábricas, estado de alerta y asamblea". El Partido
Comunista del Uruguay toma resoluciones también en la noche del 26 de
junio respecto a la huelga general con ocupación de fábricas, moviendo a
miles de sus afiliados de agrupaciones de empresas que en la misma
madrugada se dirigen a sus lugares de trabajo y de las agrupaciones
barriales. Posteriormente se plegarían los gremios de estudiantes
universitarios. La huelga duraría 15 días, la más larga en la historia
del país.
Durante este período de terrorismo de estado se
practicó sistemáticamente la tortura, desaparición forzada y prisión.[6]
En las cárceles uruguayas murieron cerca de un centenar de prisioneros
políticos y continúan desaparecidas otras 200 personas.
En 1976, al terminar Juan María Bordaberry su mandato
constitucional, ante la convicción de que el caos político que había
vivido el país era responsabilidad de su sistema político, propone a la
Junta de Comandantes en Jefe de las Fuerzas Armadas una reforma del
sistema institucional del país, eliminando los partidos políticos y
sustituyéndolos por "corrientes de opinión" en un sistema de corte
corporativista.
Las Fuerzas Armadas, entendiendo que el problema no
eran los partidos políticos, sino sus integrantes, y que la solución al
problema vendría por la vía de una renovación de sus dirigentes, retiran
su apoyo al presidente, que se vería obligado a abandonar el cargo en
junio.
Mientras continuaba la represión, Bordaberry es
reemplazado por el entonces presidente del Consejo de Estado, Alberto
Demicheli, quien suspende las elecciones previstas para noviembre y
delega la presidencia en Aparicio Méndez (ex Ministro de Salud Pública),
quien la asume por un período de cinco años.
Retorno a la democracia
Los militares convocan en 1980 un plebiscito para
refrendar el proyecto de reforma constitucional propuesto por ellos, sin
permitir, a través de la censura, la expresión pública de opiniones
contrarios al mismo en los medios de comunicación. A pesar de ello, el
30 de noviembre de 1980 la ciudadanía mayoritariamente lo rechaza,
obligando a la dictadura militar a comenzar un lento proceso de apertura
política. El 1 de septiembre de 1981 asume la presidencia el general
Gregorio Álvarez, quien en 1984 llama a elecciones. Tras realizarse ese
mismo año, sale triunfante el Partido Colorado. Durante los primeros
días de 1985 Gregorio Álvarez deja el mando en manos del Presidente de
la Suprema Corte de Justicia en ejercicio, Rafael Addiego Bruno y
finalmente el 1 de marzo de 1985 el gobierno retornó a los civiles con
la asunción de Julio María Sanguinetti (del Partido Colorado) como
Presidente.
En los años siguientes se llevó a cabo una campaña de
recolección de firmas para derogar la ley 15.848 de la Caducidad de la
Pretensión Punitiva de Estado (popularmente conocida como "ley de
impunidad" o "ley de caducidad"), que consagra la impunidad a la
violación de los derechos humanos durante la dictadura (1973-1985). El
16 de abril de 1989, luego de que más de un 25% de la ciudadanía
uruguaya habilitara con su firma el plebiscito para derogar dicha ley,
se llevó a cabo el referéndum, con un triunfo del llamado "voto
amarillo" (por el color de la papeleta) con un margen de 57% contra 43%
a favor del "voto verde". El triunfo del "voto amarillo" significó no
derogar la ley de impunidad, e indultar en la práctica los crímenes
ocurridos durante el gobierno militar. En los comicios de noviembre de
1989 resultó electo Luis Alberto Lacalle (del Partido Nacional). En 1994
Sanguinetti resultó electo por segunda vez y en 1999 triun
Actualidad
Gobierno
En las elecciones presidenciales realizadas el 31 de
octubre de 2004 resultó electo Tabaré Vázquez, candidato por la
coalición de Izquierda Encuentro Progresista-Frente Amplio-Nueva Mayoría
con el 50,45% de los votos, alcanzando la victoria en la primera vuelta
y logrando un parlamento con mayorías absolutas. Es la primera vez en
174 años que no accede al gobierno ni el Partido Colorado ni el Partido
Nacional.
Tabaré Vázquez y su
vicepresidente, Rodolfo Nin Novoa, en automóvil descubierto desde el
Palacio Legislativo (al fondo).
En las elecciones municipales realizadas el 8 de mayo
de 2005 hubo un cambio significativo en los liderazgos departamentales,
logrando el partido nacional 10, el partido colorado 1 y EP-FA-NM 8 de
las 19 intendencias en disputa. Esto marcó un cambio histórico rompiendo
la hegemonía de 174 años de gobiernos departamentales blancos o
colorados.
El 29 de noviembre del 2009, en segunda vuelta, fue
electo como segundo presidente de izquierda del Uruguay, el actual
senador José "Pepe" Mujica. Obtuvo el 52,60 % de los votos frente a Luis
Alberto Lacalle, que obtuvo el 43,33%.
Derechos Humanos
En los años 2006 y 2007 hubo cambios trascendentes en
las políticas de derechos humanos; en 2007 fueron procesados los ex
presidentes de facto Bordaberry y Gregorio Álvarez junto con otros
militares por violaciones a los derechos humanos.
En el mismo año, un grupo de partidos políticos de
izquierda integrantes de la coalición de gobierno (Nuevo Espacio,
Partido Comunista y Partido por la Victoria del Pueblo), sumados a
organizaciones de trabajadores PIT-CNT y organizaciones de familiares de
detenidos-desaparecidos en la dictadura cívico militar, iniciaron una
recolección de firmas para anular por enmienda constitucional la ley de
caducidad; esta enmienda tiene importantes posiblilidades de prosperar
en las próximas elecciones de 2009.
En 2006 y 2007 se discutió y aprobó la ley de Unión
Concubinaria, proyecto que equipara al matrimonio las uniones de hecho
con una duración de al menos 5 años, tanto heterosexuales como
homosexuales, el proyecto, que contó con los votos de la totalidad del
partido de gobierno y un voto colorado en la cámara alta y dos votos
blancos en la cámara baja, se convirtió en un hito en la historia
uruguaya ya que reconoció otras formas de familias, como sucede en
Europa y América del Norte. La adopción se contempló parcialmente para
casos de separación (obligaciones).
En 2007 el Senado, tras un fallido primer intento,
votó la ley de Salud Sexual y Reproductiva que incluía la
despenalización del aborto; la misma fue aprobada por 15 votos
frentistas, 1 colorado y 1 blanco y rechazada por 10 blancos, 2
colorados y 1 frentista. Pese a que se da por descontada su aprobación
en la cámara baja, el presidente ha anunciado que la vetará, y la
situación actual impide levantar el veto por la presión de la Iglesia
Católica sobre los legisladores nacionalistas.
Existe la posibilidad de que se apruebe la eutanasia,
la ley de protección animal y el voto a uruguayos en el exterior, que ha
sido rechazado recientemente.
El pasado 29 de noviembre de 2009, el ex-guerrillero
tupamaro y senador por el Frente Amplio, José Mujica fue elegido
Presidente, tras derrotar en la segunda vuelta electoral al conservador
Luis Alberto Lacalle. Tomará posesión para el cargo el próximo 1 de
marzo, sucediendo así a Tabaré Vázquez; Mujica dijo que, a pesar del mal
resultado del referendo del 25 de octubre, juzgaría a los principales
dirigentes de la dictadura militar.
Política Internacional
Dada la coyuntura en la que se encuentra Uruguay en el
Mercosur, se ha planteado, en el seno de la sociedad uruguaya la
discusión sobre la posibilidad de que el país firme un Tratado de libre
comercio con Estados Unidos (principal destino económico de las
exportaciones uruguayas). El mismo diversificaría la economía uruguaya y
la haría menos dependiente de la inestable situación del Mercosur. Se
espera que las negociaciones con Estados Unidos comenzarían en octubre.
Esta situación llevó a que el senador Jorge Larrañaga
interpelara conjuntamente a los Ministros de Economía, Danilo Astori y
de Relaciones Exteriores, Reinaldo Gargano, en virtud de las posiciones
encontradas dentro del gobierno del Frente Amplio.
El presidente Tabaré Vázquez junto con el Ministro de
Economía y el de Industria tienen una posición favorable, mientras que
el canciller Gargano, junto con el sector político del Ministro de
Ganadería José Mujica están en contra del TCL, en virtud de las posibles
violaciones a la soberanía del país que podría significar el Tratado.
Por su parte, el propio José Mujica no se ha opuesto, hasta no conocer
el texto del tratado; misma postura seguida por la Ministra de
Desarrollo Social, Marina Arismendi, integrante del Partido Comunista.
A fines de 2006 Tabaré Vázquez anunció que el acuerdo
con Estados Unidos sería un "TIFA" por su sigla en inglés, de menor
alcance que un TLC. Dicho tratado fue firmado a principios de 2007.
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