Carriles bici con calefacción 

No hay ninguna duda de que la meca de la bicicleta es Holanda.

El amor de los holandeses por este medio de transporte es casi legendario, así como las montañas de bicis a la entrada de la estación central de Ámsterdam o el poco gasto en candados que se ven obligados a hacer por la escasez de robos.

Allí la bicicleta no es en absoluto un vehículo recreativo, sino que mucha gente lo utiliza diariamente para hacer el tipo de desplazamientos que en España se realizan fundamentalmente en coche, como ir a trabajar.

Pero Holanda también es un país bastante frío en los meses de invierno, con abundantes lluvias y nevadas, lo que puede dificultar bastante esta práctica y aumentar el riesgo de accidentes.

Es por esto que la empresa de ingeniería Tauw ha diseñado un sistema muy ingenioso para intentar facilitar la vida a los ciclistas más empedernidos.

El sistema todavía es un proyecto, pero la región de Utrecht y la ciudad de Zutphen están considerando muy seriamente su instalación.
 

Consiste en un circuito de tubos situado bajo el carril bici por el que circula un fluido que recoge el calor de los meses de verano y lo almacena a más de 50 metros de profundidad.

Posteriormente, en invierno, este calor vuelve a la superficie, derritiendo el hielo y secando rápidamente los carriles por los que pasarán las bicicletas.

El coste de la instalación es elevado, entre los 25.000 y 50.000 euros por kilómetro, sobre todo debido a la profundidad a la que se tienen que realizar las obras, pero también es cierto que es una inversión de futuro y que elimina otros gastos que actualmente se realizan, como sal o serrín, y reduce drásticamente los accidentes.