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Fin de semana
Granada en 48h -
Granada (Andalucía)
España
Hay un dicho que dice: “No hay pena más grande que ser
ciego en Granada”. Y es que quien piense que no hay nada más allá de la
Alhambra se equivoca, y mucho. Pero en esta ciudad no solamente hay qué
ver, sino que también hay qué sentir.
Es una alegría para los sentidos y las emociones.
Granada hay que vivirla. Cuenta con sabores propios y sus gentes
derrochan pasión. Preparémonos porque nos esperan 48 horas que no
pararán de estimular nuestros sentidos.
Primera mañana
10.00 h - La catedral de los estilos
Empezamos nuestra ruta en la Catedral
de Granada,
situada en la Gran Vía de Colón (fijémonos en las curiosas y
modernas farolas de la calle). Es un templo singular donde
los haya, ya que se comenzó a construir sobre los restos de
la Gran Mezquita Nazarí. El primer arquitecto quiso levantar
una catedral gótica, pero, cuando solo se habían construido
los cimientos, el proyecto pasó a las manos de Diego de
Siloé, quien la continuó al estilo renacentista.
Un siglo más tarde, se sumó la fachada
barroca. Esta mezcla de estilos forma un templo muy original
del que los granadinos están muy orgullosos. Lo que
impresiona en su interior es la piedra blanca y el ábside
trabajado en oro.
12.00 h - La tumba de los Reyes
Católicos
La capilla
real
se encuentra pegada a la catedral y es, ni más ni menos que
el lugar donde se encuentran enterrados los Reyes Católicos.
Quisieron descansar en este lugar como símbolo de su
conquista más costosa: la expulsión de los árabes del Reino
de Granada.
Además, también se encuentran aquí los
restos de Juana la Loca y Felipe el Hermoso. Sus mausoleos
esculpidos en piedra están cargados de simbolismo del poder
que tuvieron. Bajo ellos, se encuentra la cripta donde
reposan los féretros en un pequeño espacio totalmente
austero.
No tenemos que olvidarnos de visitar la
sacristía, que ahora acoge un museo con piezas del
importante legado que los Reyes Católicos dejaron en vida.
Destacan una importante colección de pinturas de las
escuelas flamenca, española e italiana. Incluso podremos ver
la corona que llevaron como símbolo de su poder. Una pieza
que, aún hoy, impresiona de verdad. Es espectacular.
Primera tarde
14.30 h - Una comida como una
"Catedral"
La catedral y sus tesoros nos han llevado
toda la mañana. Ahora, nos merecemos comer como reyes. En
los alrededores de la Catedral encontraremos alguno s de los
mejores restaurantes de la ciudad. Para darnos un buen
festín a base de pescado y marisco, el restaurante Cunini
es nuestra mejor opción. encuentra a menos de cien metros de
la fachada de la catedral, en la Plaza de la Pescadería.
Hasta allí, llegaremos hasta él a través de la calle de la
Paz. Es una de las barras con más solera de Granada (más de
50 años le contemplan), donde podremos regalarnos el paladar
con su pulpito frito o las personales lágrimas de Boabdil.
Otra alternativa, allí mismo, es el Restaurante
Sevilla,
que se encuentra en la misma plaza por donde hemos accedido
a la capilla real. Este era uno de los restaurantes
favoritos de Federico García Lorca y de muchos otros
personajes ilustres.
16.30 h - Compras por la
Alcaicería y tranquilidad en el Monasterio de San Jerónimo
Ahora, podremos bajar la comida combinando
dos actividades fantásticas cuando vamos de viaje: la
cultura y las compras. Primero nos empaparemos un poco del
pasado mudéjar de la ciudad. Sin embargo, lo haremos de una
forma entretenida. No vamos a visitar ningún monumento, sino
que vamos a dedicar este rato a perdernos entre las tiendas
de la Alcaicería.
Este es el nombre de una calle situada muy cerca de la
capilla real, a la que llegaremos por la calle de los
Oficios en un par de minutos.
Lo que fue antes un antiguo bazar famoso
entre los árabes y los cristianos, ahora es un conjunto de
calles estrechas en las que encontraremos multitud de
puestos de artesanía y cerámica. Notaremos que se respira un
ambiente relajante; es el olor a incienso que invade la
zona.
Seguiremos callejeando un rato más,
curioseando entre las tiendas, charlando con los
comerciantes y, si nos gusta regatear, seguro que pasaremos
un buen rato. ¡Es todo un arte! a tienda que lleva el mismo
nombre que la calle es famosa por su gran surtido de
artesanía local, como la cerámica pintada que recibe el
nombre de Fajalauza.
Si nos hemos quedado con ganas de más,
podemos acercarnos al monasterio de San
Jerónimo.
Llegaremos desde la catedral atravesando la calle San
Jerónimo. Allí, además de contemplar el claustro dorado de
la iglesia y un patio poblado de naranjos, el ambiente
invita a unos minutos de contemplación.El silencio es
total.
Después, en la tienda, podremos comprar
productos artesanos hechos por las monjas que allí habitan.
A ellas no las podremos ver (son monjas de clausura), pero
si tenemos suerte, las escucharemos cantar.
19.00 h - Tapeo a la granadina
Dejemos la Alcaicería para descubrir otro
de los encantos de los que los granadinos se sienten más que
orgullosos: su cultura de cañas y tapas. Caminaremos hasta
la Gran Vía de Colón, donde hemos comenzado la mañana, y
seguiremos por la calle Almireceros, donde al cabo de dos
manzanas nos cruzaremos con la calle Elvira, famosa zona de
bares de tapeo
de la ciudad.
Pero no nos preocupemos por nuestro bolsillo porque es
costumbre en Granada que cada cerveza o bebida vaya
acompañada por una tapa totalmente gratuita, lo que no
significa que cada bebida vaya a tener un precio
desorbitado.
Los camareros se aseguran de que en cada
ronda tengamos una tapa distinta, o incluso podemos
elegirlas nosotros mismos dentro de una carta. ¿Acaso se
puede pedir más?
Podemos empezar a tapear en las Bodegas
Castañeda, en el número 5 de la calle Elvira, que se ha
ganado su fama a base de buenas y generosas tapas. Cabe
destacar las cazuelas de salmón con queso fundido. A partir
de aquí, lo mejor será que vayamos de bar en bar para no
dejar ni una tapa sin probar.
23.00 h - Granada 10, un cine
convertido en discoteca
Tras una cena típica de tapeo granadino
podemos tomarnos una primera copa tranquilamente mientras
escuchamos buen jazz en el Bohemia Jazz Café (Santa Teresa,
17). Un lugar donde estar tranquilos y planificando el resto
de la noche. Otra opción es el del sugestivo nombre de El
Harén de Arquímedes (Sol, 13) donde la copa ya se toma al
ritmo de música más movida.
Para alargar la noche se puede probar la
discoteca más emblemática de la ciudad. Se trata del Granada
10 un
antiguo cine de influencia clásica, construido en los años
40 y ahora transformado en una pista de baile espectacular.
La discoteca se encuentra en la calle Cárcel Baja, entre las
calles Elvira y Gran Vía de Colón.
Granada también goza de un gran ambiente
de música alternativa, por lo que si somos adeptos a este
tipo de música, el Ruido Rosa será nuestro lugar. El mejor
pop y rock de todos los tiempos está en el número 10 de la
calle Sol.
Otra alternativa es la sala Kapital (Plaza
de Gracia) donde se puede disfrutar de dos ambientes
diferenciados. En uno se pincha música comercial nacional e
internacional con algunos toques de house y dance pero sin
llegar a agobiar. En la otra sala se puede escuchar música
española y latina. Para todos los gustos.
Segunda
mañana
09.00 h - La Alhambra y los
jardines del Generalife
Aunque no nos guste madrugar, tendremos
que hacer un pequeño esfuerzo si no queremos perdernos la
maravillosa Alhambra
y sus alrededores. De lo contrario, nos toparemos con las
largas colas ya que, además, las visitas están restringidas
a un número de personas determinado, dependiendo de la
época. Sin embargo, si planeamos con tiempo el viaje,
podremos comprar las entradas por Internet.
Será fácil llegar hasta allí en autobús,
utilizando las líneas 30 y 32 que salen desde la plaza de
Isabel la Católica. Una vez hayamos conseguido entrar,
tocará disfrutar de este paraíso terrenal construido para
alojar al monarca y a la corte nazarí.
El nombre Alhambra tiene sus orígenes en
una palabra árabe que significa "castillo rojo o bermellón",
debido quizás al tono de color de las torres y muros. Creada
originalmente con propósitos militares, la Alhambra era una
alcazaba (fortín), un alcázar (palacio) y una pequeña medina
(ciudad), todo al mismo tiempo. Este triple carácter nos
ayuda a comprender las numerosas características de éste
monumento.
No existe ninguna referencia de la
Alhambra como residencia de reyes hasta el siglo XIII,
aunque la fortificación existe desde el siglo IX. Los
monarcas Ziries fueron con toda probabilidad los emires que
construyeron la Alhambra, comenzando en 1238. La Alhambra,
sin embargo, se convirtió en una corte cristiana en 1492
cuando los Reyes Católicos conquistaron Granada. El
Emperador Carlos V, que pasó varios meses en Granada,
comenzó la construcción del Palacio que lleva su nombre e
hizo algunas reformas en el interior de los edificios.
La pregunta que uno se hace cuando lo visita por primera vez
es que cómo podían hacer todo eso en aquella época. No
dejaremos de impresionarnos por lo que estamos viendo en
cada pared, en cada patio y en las fuentes. Realmente es tan
impresionante como dicen.
13.00 h - El Albaicín
Seguimos nuestra ruta para conocer el que
es, sin duda, el barrio con más encanto de Granada. El Albaicín
se encuentra a los pies de la Alhambra, y llegaremos bajando
la cuesta de Gomérez en un agradable paseo. Una vez allí,
podremos perdernos entre sus callejuelas estrechas de color
blanco y olor a jazmín. Como este barrio se encuentra en una
zona de cuestas, podremos tomarnos un pequeño descanso en
alguna de las teterías de la calle de la Calderería Nueva,
acompañados de algún pastelillo árabe.
Ya con las fuerzas recuperadas, y
siguiendo la estrecha calle de San Juan de los Reyes,
podremos llegar hasta la cuesta del Chapiz. Allí
encontraremos uno de los pocos cármenes públicos de Granada.
Los cármenes son fincas privadas que cuentan con un jardín
interior, donde sus habitantes pueden encontrar un poco de
tranquilidad. El Carmen de la Victoria, al que hemos
llegado, es público ya que pertenece a la universidad de
Granada. Tendremos todo el tiempo que queramos para
visitarlo.
Pero estando en El Albaicín, una opción
que resulta indispensable para el viajero es subir hasta el
mirador de San Nicolás. Desde allí podremos disfrutar de la
mejor vista panorámica de la Alhambra y de la ciudad.
Este
mirador es una pequeña plazoleta de suelo empedrado, con la
iglesia de San Nicolás a la espalda. Desde allí, además de
la Alhambra y El Albaicín, podremos vislumbrar desde las
alturas de Sierra Nevada (al fondo, a la izquierda), hasta
la casi totalidad de la Vega de Granada.
Segunda
tarde
15.00 h - Una comida con vistas
monumentales
Subiendo un poco la cuesta donde nos
encontramos y girando a la izquierda por el carril de San
Agustín, toparemos con otro de estos cármenes, que ahora se
ha convertido en el restaurante Las
Tomasas.
Sentémonos en su terraza, con inmejorables vistas a la
Alhambra, para dejarnos llevar por el impecable servicio con
el que tratan a cada cliente. El tartar de pato sabe todavía
mejor cuando se disfruta con este escenario.
Otra opción para una comida con vistas a
la Alhambra es el restaurante San
Nicolás,
situado en la calle del mismo nombre, al que llegaremos tras
pasar el carril de San Agustín, siguiendo por la cuesta de
las Tomasas. La cocina ecléctica que se cuece entre sus
fogones es un capricho para el paladar, y combina la
vanguardia con la tradición andaluza.
17.00 h - Sacromante, un barrio
con mucho duende
Terminaremos esta ruta en el barrio con
más duende por metro cuadrado. Llegar hasta aquí no tiene
pérdida. En la cuesta de Chapiz, donde antes hemos estado,
acaba el Albaicín y comienza el Sacromonte,
siguiendo la carretera de la Abadía. Este barrio es muy
conocido por sus casas, ganadas a la montaña y con forma de
cuevas. De hecho, se conocen con el nombre de casas-cuevas.
Recorriéndolo nos invadirá eso que llaman embrujo al son de
bulerías y saetas.
Cada tarde tienen lugar las zambras,
pequeñas reuniones en las que sus habitantes sacan todo el
flamenco que llevan dentro. Es un espectáculo espontáneo con
mucho sentimiento. Y quizás por aquí nos encontremos a Curro
Albaicín, el gitano más famoso de todo el Sacromonte. Curro
vive por y para este barrio y estará encantado de ofrecernos
su ayuda.
Otro dicho dice que al sol le da pereza esconderse en
Granada. Sin embargo, el atardecer desde el Sacramonte, con
vistas a la Alhambra y a Granada es mágico.