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Los 12 mercados cubiertos más bonitos de
Europa
1. Markthal, Róterdam
¿Por dónde empezar
a describir la increíble experiencia que es pasear a cualquier hora por
el bellísimoMarkthal,
el corazón pulsante de la ciudad holandesa?
Podríamos hablar de su estructura, un arco altísimo y de
colores que deja ver el cielo y acoge a 228 apartamentos con vistas a la
plaza. Debajo hay un centenar de paradas que venden especialidades
gastronómicas fresquísimas y únicas, todas tan buenas que elegir una te
costará horrores. Y también hay que mencionar el estupendo restaurante
del primer piso, el supermercado que está bajo tierra, la escuela de
cocina, los miles de personas que cada día acuden a esta meca de la
gastronomía. Pero mejor dejamos de hablar. ¡Ve a descubrirlo por ti
mismo!
2. Nagycsarnok, Budapest
Nacido como mercado de frutas y verduras a finales del
siglo XIX, hoy esta espléndida estructura metálica acoge el mercado más
grande y más antiguo de Hungría. Años más tarde este castillo de las
gastronomía (tiene más de 10.000 metros cuadrados) fue dañado durante la
II Guerra Mundial. Pero la reconstrucción en el año de su centenario le
ha devuelto su antiguo esplendor a esta estructura de hierro y cristal.
Tanto es así que hoy el mercado central de Budapest es una atracción
imprescindible para cualquiera que visite Budapest. Rebusca entre todas
las especialidades locales y ve a la caza de algún recuerdo sabroso.
3. La Boquería, Barcelona
España es tierra
de mercados, eso es algo indudable. El más mágico es seguramente La
Boquería, nacido como una extensión dedicada a
la carne de otro mercado de la ciudad y que fue creciendo a lo largo de
los siglos (sus orígenes se remontan al siglo XV) hasta convertirse en
un pequeño universo dedicado a la comida junto a la Rambla. Está lleno
de paradas en las que se puede encontrar verdaderamente de todo: fruta y
verdura fresca, por supuesto, pero también bebidas, carne, pescado,
dulces, platos preparados, pequeños bares y un ambiente increíble.
Olvídate de la dieta y atrévete a catar varios embutidos, por ejemplo.
4. Saluhall, Estocolmo
Quién habría dicho
que a pesar del frío los suecos serían unos expertos de verdad en cuanto
a mercados y comida callejera. Lo demuestra el hermoso Saluhall en
el barrio central de Óstermalm, un verdadero templo dedicado a los
productos locales e internacionales en el que podrías pasarte horas
mirando, probando delicias y charlando con los propietarios de las
paradas, con años de experiencia a su espalda. La estructura en sí se
merece una mención de honor: desde fuera la torre de ladrillos rojos
podría darte miedo, pero una vez hayas entrado te encontrarás bajo un
techo de hierro forjado y cristal que alberga paradas de madera de lo
más elegante. Te sentirás como en casa.
5. Mercado Central, Florencia
Construido cuando
la bella Florencia era la capital de Italia, a finales del siglo XIX, el Mercado
Central es
el edén para los amantes del buen comer y un mercado cubierto la mar de
bonito.
La planta baja es
el corazón latiente de la estructura, evocando los ecos del antiguo y
famoso Mercado de San Lorenzo. Aquí encontrarás las mejores tiendas
tradicionales con productos de calidad únicos en el mundo: pasta fresca,
frituras, quesos, panes, vinos, café y muchísimo más. Hay incluso una
preciosa librería y mesitas para sentarte a degustar lo que acabes de
comprar. Y todo bajo la cubierta protegida del arquitecto Mengoni (el
mismo de la Galería Vittorio Emmanuele en Milán, por ejemplo). ¿Qué, te
animas a pasar por Florencia?
6. Borough Market, Londres
A la orilla del
río Támesis, en el corazón de una de las ciudades más caóticas y
vanguardistas del mundo, elBorough
Market es
una isla feliz, perfecta para recargar energías a buen resguardo de la
fastidiosa lluvia londinense. Aquí la palabra más pronunciada es
“multiculturalidad” y entre los puestos encontrarás una gran variedad de
comida de todo el mundo: de África a los Balcanes, de la India a
Tailandia, pasando naturalmente por las especialidades locales
británicas.
Mientras haces la
compra (o curioseas) podrás entretenerte con la música callejera o
demostraciones culinarias. Un festín para los ojos pero, sobre todo,
para el paladar.
7. Bazar de las Especias, Estambul
Abandonamos las atmósferas grises del norte para viajar a
una de las ciudades más coloridas y fragantes del Mediterráneo.
Bienvenidos a Estambul, donde un paseo por el mercado se convierte en
una experiencia cultural de 360 grados. El famoso y antiquísimo Bazar de
las Especias (no confundir con el Gran Bazar, que muy bonito pero más
turístico) está en el barrio de Eminönü, no muy lejos del Bósforo.
Aquí se mezclan las paradas con saquitos de especias de
colores y aromas indescriptibles con las hierbas, los frutos secos, los
dulces y muchas otras maravillas que querrás probar y fotografiar. Te
aconsejamos que vayas con tiempo para poder charlar con los vendedores:
descubrirás historias y recetas que no están en ninguna otra guía.
8. Kauppahalli, Helsinki
Abierto en 1889,
el mercado cubierto (traducción literal del finlandés Kauppahalli)
de Helsinki es otro espléndido edificio de ladrillo y cristal que en su
interior alberga 24 paraditas dedicadas a la buena comida y es la meta
ideal para resguardarse del frío y cargar pilas a cualquier hora del
día.
Aquí encontrarás
carne y pescado local, un café óptimo, muchísimos tipos de pan y dulces,
fruta fresca, quesos e incluso productos orientales, además de una rica
oferta de cocina vegetariana. Vamos, que tienen de todo y para todos los
gustos.
9. Mercado de San Miguel, Madrid
Y volvemos al sur,
una vez más a España. Pero ahora a la capital. Madrid ha sabido
adaptarse a los nuevos tiempos en esto de los mercados, tal y como
demuestra el hermoso complejo de San
Miguel, situado en el centro mismo de la
ciudad, a tiro de piedra de la fabulosa Plaza Mayor.
Construido en el año 1916 y realizado por completo en hierro, hoy es el
hogar de paradas de productos enogastronómicos de alta calidad, muchos
de los cuales son biológicos o tienen el certificado de excelencia. De
la carne a la verdura, del yogur a la pastelería, tu boca se hará agua
ante tantos platos por catar directamente en el sitio con la compañía de
los alegres madrileños. Y todo regado por algunos de los mejores vinos y
cervezas del panorama.
Porque en España siempre es un buen momento para tomar
algo con amigos.
10. Arminius
Markthalle, Berlín
Llamarlo mercado
sería quedarse corto. Los berlineses demuestran todavía hoy un gran amor
por las atmósferas un poco retro y muy bohemias, y en ningún lugar mejor
que en este grandísimo y espléndido edificio situado en el barrio de
Moabit, en el noroeste del centro.
En el Arminius
Markthalle hay
muchísimas paradas que venden productos frescos y platos preparados
(tradicionales o no). Pero también encontrarás rincones en los que comer
o tomar algo para matar el gusanillo, acomodado en sofás vintage y
rodeado de mesitas de madera, plantas, lámparas de cristal y, si tienes
suerte, algún concierto improvisado. ¡Berlín siempre es muy especial!
11. Mercado
Central de Valencia,
España
El Mercado
Central de Valencia es
impresionante y no sólo por la maravillosa cúpula de hierro y vidrio que
corona esta estructura. Esta construcción de estilo modernista se empezó
a construir en 1914 por Francesc Guàrdia i Vial y Alexandre Soler i
March, dos arquitectos que habían trabajado en Barcelona con Domènech y
Montaner.
Hoy en su interior
hay unas 400 paradas en las que podrás encontrar todo lo que tu paladar
desee ya que es el mayor centro de Europa dedicado a los productos
frescos. Pasea por esta catedral de la gastronomía y disfruta del
ambiente auténtico que se respira.
12. Mercado de Colón, Valencia
En la capital valenciana no hay uno, sino dos de los
mercados cubiertos más bonitos del mundo. Si el Mercado Central te
dejará boquiabierto, el de Colón no hará menos. Esta joya del modernismo
en ladrillo rojo, hierro y vidrio, fue restaurado por completo en 2
003 y hoy es un parada imprescindible en cualquier ruta
cultural o gastronómica por Valencia. Levantado entre 1916 y 1916, es
Monumento Nacional y en él se aprecian las claras influencias de Antoni
Gaudí i Domènech i Montaner en la obra de Francisco Mora.
Si te da el
hambre elMercado
de Colón es
ideal porque es un centro de hostelería con una horchatería tradicional,
cervecerías y hasta un restaurante que conviven con una floristería y
tres paradas de alimentación tradicional.
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