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Promoción
Ballyfin, en Irlanda.
Viaje al interior de un cuadro.
La reconstrucción del antiguo palacete georgiano de Sir
Charles Coote ha buscado que los huéspedes puedan vivir el refinado
estilo de vida eduardiano en un entorno de una belleza difícil de
imaginar. Este es el motivo por el que se ha
empleado más tiempo en su restauración que en su construcción original
en 1820, cuando el insigne arquitecto Sir William Morrison Vitruvius y
su hijo William proyectaron una de las residencias georgianas más
admiradas de Irlanda.
La familia Coote disfrutó durante un siglo de la
propiedad, que fue vendida al iniciarse la guerra de la independencia
para convertirse en un internado de los Hermanos Patricios.
El respeto por el estilo de la decoración originario,
con antigüedades procedentes de todo el mundo, supuso un gran esfuerzo
inversor para conseguir un ambiente acogedor que los huéspedes
agradecieran.
Igualmente, los jardines –construidos siguiendo los
patrones naturalistas de Capability Brown, el genial paisajista
británico del siglo XVIII– permiten disfrutar de las mismas experiencias
que vivieron los Coote en las 242 hectáreas que encierran los viejos
muros de piedra.
Hoy, Ballyfin es un hotel de 15 habitaciones en la que
todas las estancias permiten vivir esa auténtica experiencia de descanso
eduardiano, pero que cuenta, a la vez, con nuevos atractivos modernos,
como las dos salas de tratamientos de belleza, un gimnasio y una piscina
cubierta.
La cocina irlandesa de Fred Cordonnier es otro de los
reclamos de Ballyfin, que ha querido que se convirtiera en un auténtico
‘chef privado’: los clientes están invitados a construir su propio menú
y, si lo desean, a seleccionar las verduras y las frutas de la huerta o
incluso, por ejemplo, los huevos de las gallinas camperas.
También pueden elegir donde comer entre una amplia
gama de lugares y estancias, como la biblioteca, la habitación, la
terraza, los jardines u, obviamente, en el propio comedor.
Además del saludable descanso en ese fantástico marco,
en Ballyfin pueden realizase variadas actividades, como la pesca en las
aguas del lago que hay junto al hotel, el croquet.
El tiro al plato y
con arco, el tenis, la caza, los paseos por los inverosímiles bosques y
praderas de los alrededores o la visita a la cercana ciudad medieval de Kelkenny o a los jardines del Birr Castle Demesne.
Más información en ballyfin.com
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