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Jamaica se pavonea, y con
razón. Es una isla tropical con muchas cosas de las que enorgullecerse:
arrecifes de coral, reggae, pollo picante... ¡hasta James Bond!
Cálida tanto en clima como en espíritu, la pequeña isla
de Jamaica ha generado leyendas del deporte (Usain Bolt), genios
musicales (Bob Marley) y pilares culturales (estilo Rasta) de carácter
universal. ¿Aún no la conoces? Nosotros te ayudamos.
La capital, Kingston, tiene mala prensa.
Es una ciudad gris, de lejos la más grande del país y muy diferente del
resto de la isla, pero representa la Jamaica más real y allí nació el
reggae. En este lugar encontrarás el ritmo caribeño (inténtalo, al
menos), cuyo mejor exponente vibra en las fiestas improvisadas en la
calle, en los numerosos clubes explosivos y en la ruta Bob Marley.
Visita el museo dedicado al rey del reggae y también
sus locales favoritos en Trench Town y su estudio de grabación. Si
buscas más ruido, dirígete al popular Caymanas Park y
disfruta de las carreras mientras los lugareños gritan a los caballos
con entusiasmo y sin censura. Las competiciones suelen celebrarse los
miércoles y sábados y las apuestas se lanzan con desenfreno.
Dos mil metros por encima del escandaloso hipódromo se
alzan las Blue Mountains, la parte abrupta de Jamaica.
Esta zona alberga espesos bosques, gigantescos helechos, grandes
plantaciones de café que proporcionan unos de los mejores
granos del mundo y un deslumbrante arco iris de pájaros
tropicales, desde amazonas de pico amarillo a colibríes
portacintas piquirrojos.
Si te quedas en las montañas, levántate antes
de que amanezca (francamente, vale la pena) y date un paseo hasta el
Blue Mountain Peak.
El café local te dará energía. Con un poco de
suerte, al llegar a la cumbre, de 2.256 metros, al amanecer podrás ver
el largo recorrido hasta Cuba.
Ya basta de mirar al mar. Zambúllete en una de sus
asombrosas playas. La Seven Mile Beach de
Negril es justo lo que parece: la extensión de arena más larga
de Jamaica. Parte de esta playa es sólo para nudistas.
También puedes explorar otras orillas de la isla: la
solitaria Treasure Beach, donde se alza el Pelican Bar sobre unos postes
en medio del mar, y al que sólo se puede acceder en bote; la tranquila
Doctor's Cave Beach, de aguas turquesas en Montego Bay; la Boston Bay
Beach de Port Antonio y sus olas ideales para el surf...
Si deseas más
acción acuática, descubre las cataratas del río Dunn, una cascada de
tres kilómetros de longitud formada por piedra caliza y con hermosas
gradas.
Los barrancos, cavernas y charcas en la jungla de Cockpit
Country, agrestes y poco trillados (salvo por cultivadores de
marihuana), son para aventureros, con la ayuda de un guía experto. Allí
verás una parte de Jamaica que pocos descubren.
Alojamiento.
Agítate, remuévete y déjate mimar en el resort GoldenEye.
La casa donde Ian Fleming escribió las doce novelas de James Bond se ha
convertido en un conjunto de lujosos chalés en calas ocultas y jardines
tropicales.
www.goldeneye.co.
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