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Promoción
Castillo de
Inverlochy, en Escocia (Reino
Unido) Europa.
En las tierras altas de Escocia, este castillo produce un
encantamiento a las personas que en él se alojan: es el hechizo de los
bosques, lagos y montañas que envuelven al hotel y los tesoros que
descubren en su interior al calor de la chimenea.
Era habitual en el siglo XIX que las familias
aristocráticas británicas compraran propiedades en las tierras altas de
Escocia, como residencia de verano para organizar banquetes y fiestas,
excursiones de caza y pesca.
El castillo de Inverlochy fue construido por Lord
William Abinger en 1863 y durante más de cien años fue exclusivamente
una residencia familiar.
Cuando estuvo listo, Lord Abinger abandonó la
urbe para instalarse junto a Helen, su joven mujer de origen americano.
Sus cuatro hijos nacieron y crecieron en el castillo,
traspasando la propiedad de generación en generación. Así transcurrió un
siglo hasta que tras una saga de infortunios familiares se puso la
propiedad a la venta.
Su comprador, el canadiense Joseph Hobbs, adquirió el
castillo con otros fines: en 1969 abrió sus puertas al primer huésped
del hotel.
En poco tiempo, Inverlochy ya se había convertido en uno de
los hospedajes con más encanto y prestigio de Europa.
Este hotel de cinco estrellas dispone 17 habitaciones decoradas con
diferentes estilos, aunque en todas ellas se comparte la atmósfera
británica.
En los dormitorios los huéspedes serán seducidos por las
vistas panorámicas a las 200 hectáreas de jardines naturales que
integran la propiedad.
No es para menos, pues la antigua construcción se
encuentra en el lago Na Marga a los pies del monte más alto de Gran
Bretaña, el Ben Navis.
En Inverlochy, el huésped más exigente queda
complacido en su restaurante galardonado con una estrella Michelin y
tres AA Red Rossettes.
Para completar la experiencia, los tres comedores
han sido decorados con muebles obsequiados por el Rey de Noruega.
El menú presenta una elaborada propuesta de la
gastronomía británica con productos frescos de la región como cangrejo
de la isla de Skye acompañado de manzana verde, seguido de una pechuga
de faisán hembra cocinado en gin y servido con cromesquis.
El castillo de Inverlochy se encuentra en
el oeste de las Highlands, a cuatro kilómetros del visitado pueblo de
Fort Williams.
Para llegar a este apacible enclave natural se puede
acceder por carretera o helicóptero.
Otra opción recomendable es tomar el tren Caledonian
desde Londres y disfrutar de un viaje que ofrece un asombroso trayecto
entre las montañas.
Estos mismos parajes sedujeron a la propia reina
Victoria, quien en el año de 1873 pasó unos días dibujando y pintando en
el castillo Inverlochy.
Al finalizar la estadía le confesó a su diario, “nunca
antes he visto un lugar tan encantador y romántico como éste”.
Más de un
siglo después, el castillo de Inverlochy es el hotel que continúa
encarnando, con elegancia, el espíritu de estas tierras indómitas
tapizadas de verde. Sólo es cuestión de dejarse encantar.
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